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La Disciplina

Jumilca2 de Julio de 2015

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DISCIPLINA EN EL HOGAR CRISTIANO

por Micaela Briceno de Zacarias.

DISCIPLINA DE LOS HIJOS EN EL HOGAR CRISTIANO

Formando una Descendencia para Dios.

Es hermoso saber que todo el ejemplo para nuestras vidas es la palabra de Nuestro Dios. En cuanto a la disciplina podemos ver la interacción real de Dios con su pueblo escogido. A pesar de sus constantes caídas en el pecado Dios muestra su misericordia y disciplina; con el propósito de volver a su pueblo al camino correcto. Es lo mismo que nosotros como padres queremos lograr en la vida de nuestros hijos, traerlos al camino de Dios en amor y disciplina. Es una verdad que nuestros hijos desde que nacen son pecadores Sal.51:5, y son herencia de Jehová Sal.127:3 y como tal debemos administrar bien esa herencia y guiarlos a los principios dados por Dios Prov.22:6. No olvidemos que la necedad está ligada al corazón del hijo debemos corregirla.Pov.22:15.

En Sal.127:4 nuestros hijo son como flechas que nosotros como padres lanzamos a un blanco que es Cristo, es por eso la responsabilidad de instruirlos.

Dios nos muestra por su palabra un orden en cuanto a la disciplina, no podemos invertirla; no podemos disciplinar primero sin enseñar y advertir; no podemos advertir sin enseñar. El orden es:

1. Enseña: La Biblia nos da más versos sobre enseñanza que disciplina, y nosotros como padres a veces aplicamos más disciplina que enseñanza y por eso tenemos hijos rebeldes, hijos que no temen y aman a Dios.

Dios dice en Dt.6:6-7 la enseñanza es constante en todo momento, a toda hora, en todo lugar, etc. Prov.22:6, Dt.4:9. Muchas veces en nuestra actualidad los quehaceres rutinarios, el trabajo, etc. Nos limita a enseñar, pero debemos orar al Señor para que nos ayude a dar más tiempo a nuestros hijos Mt.7:7-8. Y ahora se preguntaran ¿Qué debemos enseñar?

Como amar a Dios y al prójimo. Mar.12:30-31.

Como obedecer Ef.6:1.

Como hacer las cosas con contentamiento ITim.6:6.

Y muchas cosas que se pueden presentar en diferentes circunstancias.

2. Advierte: Lev.26:14-46. El Señor es claro con su pueblo y también con nosotros.

Advirtamos a nuestros hijos, que si no cumplen con lo que le has enseñado habrá consecuencias por su desobediencia.

La advertencia debe ser en una forma, controlada tratando de hacer recordar al niño la enseñanza, sin ser guiados por los gritos o reproches como “te lo advertí” (gritando), “yo te dije” (gritando y jalando la oreja o el cabello), esto es muy malo porque estas enseñando sin querer a que el niño sea gritón, o peleonero, que reaccione por sus impulsos y por su ira. Advierte de una manera calmada, que el niño vea en ti una postura controlada.

3. Disciplina: Este es un punto en la que muchos padres no quisieran llegar. Pero tranquilos no puede ser así si haces una disciplina correcta, en la forma correcta, en el lugar correcto, con la herramienta correcta.

Tengo dos hijos pequeños, una niña de 6 años y un niño de 3 años, agradezco a Dios por las cosas que me ha enseñado a lo largo de mi vida usando su palabra y escuchando buenos consejos y los he aplicado en la crianza de mis hijos, y quisiera compartir 5 puntos que debes hacer antes de disciplinar, aparte de enseñar y advertir:

Debo elogiar a mis niños por sus logros Rom.13:7, esto te ayudara a mantener la confianza con ellos.

Debo jugar con mis hijos Prov.17:22. El poco o mucho tiempo que puedas pasar con ellos es de vital importancia. El sentarme con mi niña a jugar el té, o mi esposo cuando juega futbol con mi hijo, son momentos inolvidables para ellos.

Debo orar con ellos y por ellos Sant.1:5 enseñarle a juntar sus manitas y orar ayuda para que ellos aprendan el valor de comunicarnos con Dios. Esto nos ayudado a mí y a mi esposo para que mi hija pueda conocer a Cristo como su salvador y hacer que more en su corazón a la edad de 5 años. ¡Maravilloso!.

Luego debo usar causa y efecto, es decir, ofensa hecha ofensa corregida, no debo esperar que el sol se ponga sobre nuestro enojo, debo corregir al instante la falta de mi hijo, hacerle ver su error, hacerle reconocer su pecado, pedir perdón si es necesario, y después disciplinar.

Y por último castigarlos sin temor, con firmeza, en amor y por completo. ¿Por qué? Porque si lo hacemos bien el niño va aprender y el castigo será menos.

La crianza de los hijos está relacionada con el tiempo que pasamos con ellos, las correcciones que realizamos, el ejemplo que presentamos y la disciplina que aplicamos.

Es muy difícil castigar a un niño sin dañar su cuerpo por eso gracias a Dios hay un lugar muy propicio para el castigo, es en las nalgas, muchos expertos en medicina humana dicen que en ese lugar se encuentran muchos pequeños nervios listos a mandar la información al cerebro que duele y no hará daño al niño. La herramienta es la vara Prov.23:13-14, nosotros usamos una tablita de madera como una paleta de pin pon de 1” de grosura y bien prolija para no causar raspones. Esto parece muy duro pero es necesario para aplicar la disciplina. Tal vez se preguntan ¿Por qué usamos la vara?

Porque muestra tu amor a tu hijo Prov.13:24 yo amo a mis hijos y no quiero que se pierdan por eso el castigo.

La vara lo uso para edificar la vida de mi hijo mi intención no es destruirlo. Prov.19:18 los hijos deben saber porque se les castiga.

La vara lo uso para llegar al corazón de mi hijo Prov.22:15 cuando estamos listos para la disciplina antes leemos una porción de la palabra de Dios y les muestro su pecado y la ofensa que hicieron ellos deben reconocer que hicieron mal y pedir perdón.

La vara no lo va a matar Prov.23:13-14 (bien usada) pero la idea es que si les produzca dolor.

La vara les da sabiduría, alegría y a nosotras descanso Prov.29:15,17, después de la disciplina ellos están contentos no hay rencor, ni tristeza, lo digo por experiencia.

Nuestros niños son como adultos pequeños no en capacidad sino en potencial. Mientras tengamos a nuestros niños pequeños tenemos el deber de instruirlos, debemos aprovechar el tiempo. Y si ya son grandes nunca es tarde para empezar, con métodos que se ajusten a sus necesidades pero sin perder el orden enseñar, advertir, disciplinar.

Otra verdad bíblica podemos ver en Ef.6:4 No debemos abusar de nuestra autoridad, regañándoles o haciendo una mala disciplina como jalarle el cabello, castigarle donde le caiga eso causa daño físico y espiritual.

Es erróneo castigar por enojo. El enojo que nos descontrola produce una barrera entre los padres y el niño.

Si no castigas ¿Qué sucede?

• Aborreces a tu hijo Prov.13:24

• No amas a tu hijo Prov.3:11-12

• No estás dispuesto a enseñar a tu hijo y estás dispuesto a dejar que se pierda Prov.4:1

• Puedes perder la oportunidad de guiarlo mientras este en la edad de hacerlo Prov.19:18

• No podrás corregir su corazón y cuando menos lo pienses no abra esperanza para librarlo del infierno Prov.23:14

• Tendrás un hijo necio Prov.22:15

• Tendrás un hijo consentido que pronto te dará vergüenza Prov.29:15

• No tendrás descanso y te causara tristezas Prov.29:17.

Estos principios bíblicos nos ayudan para tener una mejor y correcta crianza de nuestros hijos, para formar hijos que amen al Señor, que adoren y alaben a su creador.

Muchas personas confunden la disciplina con el castigo y el castigo con el abuso. Algunos padres, cada vez que piensan en disciplina piensan en el castigo físico que deben realizar a sus hijos. Hay quienes no tienen ni idea de procedimientos disciplinarios, ni comprenden la motivación que debe existir en la mente de un padre que intenta disciplinar a sus hijos. La disciplina escomo un discipulado de un padre discipulador con un solo propósito el de guiar al conocimiento de Nuestro Dios.

Pero también hay el punto de vista humanista que va en contra de lo que dice el Señor en su palabra, se basan en lo que quiere el niño y no en lo que quiere DIOS para la vida del niño. Algunos ejemplos tenemos:

Gina Green, psicóloga, dice “Si quieres que tu hijo o hija sea cariñosa, te respete y sea disciplinado, no uses el castigo. Con los niños pequeños, utiliza la diversión, estructura, límites y retirada de atención”. Esto no puede ser porque si haces eso solo conseguirás obediencia temporal o solo distracción superficial, más no corregirás su corazón.

Y también dice “Con los niños grandes establece expectativas y explica cuál será la recompensa”. No estamos en contra de las recompensas, al contrario podemos usarlo como resultado de su obediencia más NO para obtener la obediencia.

Norine G. Jhonson, psicóloga, “El castigo supone una conducta agresiva por parte de un adulto, la misma conducta que rechazamos en los niños”, es por eso que se debe disciplinar de una manera calmada, en control, tratando de llegar al corazón del niño.

Terry Mizrahi, psicóloga, dice “En la educación de los hijos, dicho castigo se ejerce a menudo mediante azotes a los hijos”. Esto va en contra de Dios mismo, de su naturaleza, de su concepto de amor, de su concepto de disciplina, el abuzo va en contra de Dios. El mismo dijo en Mt.19:14 Dejad a los niños venid a mi….

A todo esto solo le podemos llamar una disciplina insuficiente es necesario establecer reglas y cuando nosotros mismos las quebrantamos, el hijo no sabe en qué terreno está pisando.

Otro punto muy importante que se puede tomar como una manera de instrucción para nuestros hijos es el ejemplo que nosotros como padres les damos a nuestros hijos. Ellos imitan nuestro comportamiento,

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