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La Disciplina


Enviado por   •  2 de Julio de 2015  •  4.145 Palabras (17 Páginas)  •  192 Visitas

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DISCIPLINA EN EL HOGAR CRISTIANO

por Micaela Briceno de Zacarias.

DISCIPLINA DE LOS HIJOS EN EL HOGAR CRISTIANO

Formando una Descendencia para Dios.

Es hermoso saber que todo el ejemplo para nuestras vidas es la palabra de Nuestro Dios. En cuanto a la disciplina podemos ver la interacción real de Dios con su pueblo escogido. A pesar de sus constantes caídas en el pecado Dios muestra su misericordia y disciplina; con el propósito de volver a su pueblo al camino correcto. Es lo mismo que nosotros como padres queremos lograr en la vida de nuestros hijos, traerlos al camino de Dios en amor y disciplina. Es una verdad que nuestros hijos desde que nacen son pecadores Sal.51:5, y son herencia de Jehová Sal.127:3 y como tal debemos administrar bien esa herencia y guiarlos a los principios dados por Dios Prov.22:6. No olvidemos que la necedad está ligada al corazón del hijo debemos corregirla.Pov.22:15.

En Sal.127:4 nuestros hijo son como flechas que nosotros como padres lanzamos a un blanco que es Cristo, es por eso la responsabilidad de instruirlos.

Dios nos muestra por su palabra un orden en cuanto a la disciplina, no podemos invertirla; no podemos disciplinar primero sin enseñar y advertir; no podemos advertir sin enseñar. El orden es:

1. Enseña: La Biblia nos da más versos sobre enseñanza que disciplina, y nosotros como padres a veces aplicamos más disciplina que enseñanza y por eso tenemos hijos rebeldes, hijos que no temen y aman a Dios.

Dios dice en Dt.6:6-7 la enseñanza es constante en todo momento, a toda hora, en todo lugar, etc. Prov.22:6, Dt.4:9. Muchas veces en nuestra actualidad los quehaceres rutinarios, el trabajo, etc. Nos limita a enseñar, pero debemos orar al Señor para que nos ayude a dar más tiempo a nuestros hijos Mt.7:7-8. Y ahora se preguntaran ¿Qué debemos enseñar?

Como amar a Dios y al prójimo. Mar.12:30-31.

Como obedecer Ef.6:1.

Como hacer las cosas con contentamiento ITim.6:6.

Y muchas cosas que se pueden presentar en diferentes circunstancias.

2. Advierte: Lev.26:14-46. El Señor es claro con su pueblo y también con nosotros.

Advirtamos a nuestros hijos, que si no cumplen con lo que le has enseñado habrá consecuencias por su desobediencia.

La advertencia debe ser en una forma, controlada tratando de hacer recordar al niño la enseñanza, sin ser guiados por los gritos o reproches como “te lo advertí” (gritando), “yo te dije” (gritando y jalando la oreja o el cabello), esto es muy malo porque estas enseñando sin querer a que el niño sea gritón, o peleonero, que reaccione por sus impulsos y por su ira. Advierte de una manera calmada, que el niño vea en ti una postura controlada.

3. Disciplina: Este es un punto en la que muchos padres no quisieran llegar. Pero tranquilos no puede ser así si haces una disciplina correcta, en la forma correcta, en el lugar correcto, con la herramienta correcta.

Tengo dos hijos pequeños, una niña de 6 años y un niño de 3 años, agradezco a Dios por las cosas que me ha enseñado a lo largo de mi vida usando su palabra y escuchando buenos consejos y los he aplicado en la crianza de mis hijos, y quisiera compartir 5 puntos que debes hacer antes de disciplinar, aparte de enseñar y advertir:

Debo elogiar a mis niños por sus logros Rom.13:7, esto te ayudara a mantener la confianza con ellos.

Debo jugar con mis hijos Prov.17:22. El poco o mucho tiempo que puedas pasar con ellos es de vital importancia. El sentarme con mi niña a jugar el té, o mi esposo cuando juega futbol con mi hijo, son momentos inolvidables para ellos.

Debo orar con ellos y por ellos Sant.1:5 enseñarle a juntar sus manitas y orar ayuda para que ellos aprendan el valor de comunicarnos con Dios. Esto nos ayudado a mí y a mi esposo para que mi hija pueda conocer a Cristo como su salvador y hacer que more en su corazón a la edad de 5 años. ¡Maravilloso!.

Luego debo usar causa y efecto, es decir, ofensa hecha ofensa corregida, no debo esperar que el sol se ponga sobre nuestro enojo, debo corregir al instante la falta de mi hijo, hacerle ver su error, hacerle reconocer su pecado, pedir perdón si es necesario, y después disciplinar.

Y por último castigarlos sin temor, con firmeza, en amor y por completo. ¿Por qué? Porque si lo hacemos bien el niño va aprender y el castigo será menos.

La crianza de los hijos está relacionada con el tiempo que pasamos con ellos, las correcciones que realizamos, el ejemplo que presentamos y la disciplina que aplicamos.

Es muy difícil castigar a un niño sin dañar su cuerpo por eso gracias a Dios hay un lugar muy propicio para el castigo, es en las nalgas, muchos expertos en medicina humana dicen que en ese lugar se encuentran muchos pequeños nervios listos a mandar la información al cerebro que duele y no hará daño al niño. La herramienta es la vara Prov.23:13-14, nosotros usamos una tablita de madera como una paleta de pin pon de 1” de grosura y bien prolija para no causar raspones. Esto parece muy duro pero es necesario para aplicar la disciplina. Tal vez se preguntan ¿Por qué usamos la vara?

Porque muestra tu amor a tu hijo Prov.13:24 yo amo a mis hijos y no quiero que se pierdan por eso el castigo.

La vara lo uso para edificar la vida de mi hijo mi intención no es destruirlo. Prov.19:18 los hijos deben saber porque se les castiga.

La vara lo uso para llegar al corazón de mi hijo Prov.22:15 cuando estamos listos para la disciplina antes leemos una porción de la palabra de Dios y les muestro su pecado y la ofensa que hicieron ellos deben reconocer que hicieron mal y pedir perdón.

La vara no lo va a matar Prov.23:13-14 (bien usada) pero la idea es que si les produzca dolor.

La vara les da sabiduría, alegría y a nosotras descanso Prov.29:15,17, después de la disciplina ellos están contentos no hay rencor, ni tristeza, lo digo por experiencia.

Nuestros niños son como adultos pequeños no en capacidad sino en potencial. Mientras tengamos a nuestros niños pequeños tenemos el deber de instruirlos, debemos aprovechar el tiempo. Y si ya son grandes nunca es tarde para empezar, con métodos que se ajusten a sus necesidades pero sin perder el orden enseñar, advertir, disciplinar.

Otra verdad bíblica podemos ver en Ef.6:4 No debemos abusar de nuestra autoridad, regañándoles o haciendo una mala disciplina como

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