La Tentación.

La tentación.

¿Cuáles fueron las tentaciones de cristo?

Que el diablo le pidió que le demostrara que si era el hijo de Dios convirtiera las piedras en pan; le pidió que se arrodillara y adorara al diablo y le pidió que comprobara si era hijo de Dios lanzándose de la muralla más alta.

¿Cómo se actualizan en nuestra vida actual, socia, cultural etc.? Cuando otras personas nos piden que les demostremos cosas para tenerlos satisfechos o contentos, que nos ofrecen grandes cosas a cambio de cosas malas .

Muchos creyentes se resisten a admitir que Jesús, estando inmune de pecado, experimentara la tentación. Quienes así arguyen, la consideran un mal. Sobre todo si su inspirador es el diablo. Y yo pregunto: ¿por qué? A mi entender, la tentación no es ni buena ni mala. Sino simplemente necesaria. Viene exigida, en efecto, por nuestra debilidad.

La tradición sinóptica ubica su experiencia tentaciones en los aledaños del desierto, antes de iniciar su vida pública, no creo desacertado su encuadre toda la tentación de Jesús estuvo polarizada por su entrega al ideal, diversas tentaciones de Jesús, cada

una de las cuales se encuadra en un marco concreto. Ello no excluye, sin embargo, que todo acoso a nivel de vivencia se ajuste a un mismo patrón: incitar al "no" donde se impone el "sí" la tentación es única, aunque con un sinfín de matices. En el fondo, todo ser humano siente un bloqueo interior ante el reto del compromiso la critica renuncia hoy a las disquisiciones especulativas, clama más bien por un análisis de cada relato, en busca de pistas para fraguar una catequesis de la tentación.

Marcos es tan incisivo como escueto. Supone, en efecto, que Jesús -tras su bautismo en el Jordán- es empujado por el espíritu hacia el desierto para que allí lo tiente Satanás, este

no cesa de acosarlo durante sus cuarenta días de ayuno total, a ello ha de añadirse un detalle de sumo interés: Jesús pasó su cuarentena en compañía de las fieras.

Mateo sugiere que la tentación comenzó después de sus cuarenta días de ayuno , Lucas la asocia con ellos, ambos, coincidiendo en conectar con el desierto el primer envite diabólico, difieren en el orden de los otros dos: templo.

La tentación del nuevo Israel.

Los evangelistas presentan a Jesús como nuevo Israel, el cual cataliza los relatos de las tentaciones. Y es lógico, pues en ellos Jesús restaura el orden quebrado por los israelitas en su estancia en el desierto. La tradición evoca, en efecto su infidelidad, la cual alcanza su culmen en los tres episodios siguientes: murmuraciones antes del envío del maná, engreimiento en Masá y culto idolátrico en el Sinaí. No se oculta que estos relatos han calado hondo en la conciencia de los creyentes su coreografía es muy simple. Jesús, tras un ayuno muy prolongado, acaba por sentir hambre. Y entonces entra en escena el tentador, brindándole la solución. Aun admitiendo la carga mítica de este relato, impacta su coherencia. Pero, en el fondo, Nadie será tan ingenuo como para vincularla con un apremio de índole biológica. Quien calma el hambre, pone fin, no a una tentación,

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