La importancia del termino "Hijo de Dios" en el evangelio de Marcos.

Inmediatamente después de escuchar la expresión “Hijo de Dios” viene a nuestra mente la idea de Jesús el Nazareno, pero no siempre fue asi.

 Probablemente la imagen que tenían los primeros lectores del evangelio de Marcos dista del entendimiento en un creyente del siglo XXI con la totalidad del canon a su alcance, y décadas de teología desarrollada.

Cobra mucho sentido el realizar un escrito para interpretar lo que Marcos el discípulo de Pedro^[1], escribe respecto a Jesús como “Hijo de Dios”.

Antecedentes

“Diversidad” es un buen adjetivo para la cultura Greco-Romana del primer siglo, tomemos en cuenta que según la mitología Griega Zeus precedía sobre un panteón de dioses, aptados por la cultura Romana que cambio sus nombres, Júpiter para Zeus como ejemplo.

 Se tenía la idea que de vez en vez, estos dioses convivían con los hombres, en algunos casos hasta mantenían relaciones con humanos, un caso específico es Hércules, quien era hijo de Zeus y la reina Alcmena. Lo que hace común el concepto “Hijo de Dios”.  

Con el nacimiento del Imperio Romano, el emperador actuaba como sacerdote principal ante los dioses Romanos, lo que dio lugar a lo que ahora se conoce como Pontifex Maximus^[2].

 Fue Augusto el primero en usar “hijo de dios” una vez que el consejo determinara esto después de su fallecimiento. Algunos otros emperadores reclamaron  la condición divina mientras vivían.

Otras religiones profesaban su fe en la región del impero, entre ellas el judaísmo, entonces el sincretismo era un común denominador para la gente de aquellos días.

 Un ciudadano podía adorar a una deidad local para obtener una buena cosecha, declarar al Cesar como señor y practicar un rito supersticioso para curar alguna enfermedad.

Aun cuando los judíos se resistieron adoptaron varios elementos foráneos, aun trataban de no sucumbir ante la llegada de la cultura helenista. Cuando observamos Hechos 2:9-11 entendemos lo cosmopolita y diversa de la cultura que se vivía.

La Teología “Hijo de Dios”

El término “Hijo de Dios” es un término Cristológico donde se expresa la realidad en la relación de Jesús de Nazaret con Dios. El termino es empleado unas 80 veces en el NT (Ropero Berzosa, 2014).

Marcos no declara específicamente su intención al escribir  como Lucas, pero es evidente el encabezamiento que presenta con su primer enunciado “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”.

 El autor del tercer evangelio inmediatamente trata de evocar una paradoja que no representa mucho problema para el pensamiento del Romano helenista, aunque si para el Judío. En ambos casos parece que su intención es animar al lector a seguir los hechos realizados por el Hijo de Dios.

Ahora bien andar por un camino del que probablemente no se pueda salir, es el aventurarse a dar conjeturas respecto al significado ontológico del término. Es por ello que resulta importante descubrir la connotación del concepto a transmitir.

En el Éxodo 4:22 Dios habla expresamente de Israel como su Hijo, Jesús siendo un judío pasa a ser un “hijo de Dios”.

En la genealogía de Lucas, Set es hijo de Adán (3:38), por lo que en Lucas probablemente Jesús es hijo de Dios en este sentido.

 Pero, ¿Tendrá Marcos la misma idea? de Jesús el Cristo, el “Hijo de Dios” o ¿Corresponde a un sentido mucho más profundo?

Varios autores como Silvano Fasti en su Libro: Una comunidad lee el evangelio de Marcos, proponen que:

El termino Hijo de Dios literalmente en el griego quiere decir Hijo del bendito, según la tendencia Judía a no pronunciar el nombre de Dios…evoca a Jesús como lo solemos entender en la fe cristiana cuando leemos los Salmos y el evangelio de Mateo, como un Salvador. pp 634

Proponemos que no se puede llegar a esa conjetura con argumentos basados en la gramática Antiguo Testamentaria dejando a un lado la perspectiva de los primeros lectores del evangelio de Marcos.

 Examinado el apelativo “Hijo de Dios” contextualmente, podría aplicar  a un rey, un pueblo, o cualquier persona que ha nacido de nuevo como lo expresan tanto evangelios como la teología Paulina (Romanos 8:15).

        Entendemos también que “Hijo de David” sería más adecuado si Marcos tratara de referirnos a Jesús como Mesías, esto tomando en cuenta la profecía del Segundo libro de Samuel 7:13-16,29.

“El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo...Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro; y tu trono será estable eternamente… Dígnate entonces bendecir a la familia de tu siervo, de modo que bajo tu protección exista para siempre, pues tú mismo, Señor omnipotente, lo has prometido. Si tú bendices a la dinastía de tu siervo, quedará bendita para siempre”

Asumimos que el concepto “Hijo de Dios” al que Marcos se refiere es mucho más incisivo que el mero carácter mesiánico de Jesús expresado en diversas profecías, siendo este evangelio el que mayor importancia asume en torno al término.

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