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La prevención no descansa en los días de fiesta


Enviado por   •  31 de Mayo de 2013  •  Monografías  •  18.313 Palabras (74 Páginas)  •  1.956 Visitas

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1.- La prevención no descansa en los días de fiesta

A todos nos gustan los días de fiesta. ¡A quién no! Y sobre todo si es un fin de semana largo. Y ojalá fueran todos largos, ¿no les parece? Pero con ser tan buenos y tan deseados, algunos fines de semana sólo acarrean desgracias personales a algunos de nuestros compañeros. ¿Qué clase de accidente creen ustedes que es el más frecuente en un fin de semana?...Exactamente, el accidente de tránsito. No es un secreto que en nuestro país mueren miles de personas en las carreteras anualmente. No hay día en que en el periódico no se lea acerca de alguno. Y a este número gigantesco de muertes, hay que añadir las lesiones personales que no son fatales, aunque muchos accidentados terminan en una silla de ruedas. Pero, todos los accidentes no los causan los conductores alocados, ni los conductores embriagados, aunque el licor juega un papel importante en muchos accidentes. La mayoría de los accidentes los sufren conductores normales que no toman su conducción seriamente. Esto aparece, principalmente, en los fines de semana. Muchos conductores piensan que el llegar al destino, es lo más importante. Conducen a velocidades demasiado altas para las condiciones reinantes; corren continuamente riesgos al pasar; cruzan las líneas divisorias cuando no debieran; no se preocupan en lo más mínimo por respetarlas señales de tráfico...Si hay alguien entre nosotros, que hace esto con frecuencia y todavía está aquí, tiene suerte. Generalmente quién no respeta las leyes de tráfico, termina por sufrir un accidente. Pero, no es sólo en las carreteras en donde se puede sufrir accidentes los fines de semana. Hay quienes se ahogan, se rompen una pierna al caerse de un árbol, se matan cuando tratan de escalar una montaña, etc. Algunos incluso mueren a consecuencia de la mordedura de una serpiente. En las estaciones de caza, hay muchos que mueren al disparárseles las escopetas, ya que nunca aprendieron a usarlas y llevar las correctamente. Otros se despreocupan totalmente y no leen las instrucciones que vienen con las armas de fuego. Algunos se queman cuando echan kerosén o gasolina a un fuego para que las ramas húmedas prendan con más facilidad.

Y así podríamos pasarnos todo el día describiendo accidentes, que son fáciles de evitar. Y si examináramos cada uno de estos accidentes con detención, veríamos que con un poco de sentido común se podrían haber evitado, incluso los más extraños, como el que les voy a narrar. Una pareja de recién casados recibió, como regalo de bodas, una cabaña junto a un lago, adonde se fueron a pasar la luna de miel. El marido llevó consigo una herradura de la suerte que le había regalado un compañero de trabajo, el día antes de la boda. Al llegar a la cabaña, lo primero que hizo fue colgarla de un clavo en el dintel de la puerta. Al poco rato se fue al lago a pescar, olvidándose de cerrar la puerta. Su nueva esposa, fastidiada al ver la puerta abierta, la cerró con fuerza. El golpe hizo vibrar el dintel de la puerta y la herradura cayó, rompiéndole la nariz. Este es un accidente curioso y difícil de creer, aunque ocurrió en realidad. Y como éste hay muchos que se pudieron haber evitado, con un poco más de cuidado. Lo que debería haber hecho el esposo, era asegurarse de que la herradura estaba bien sujeta, y haber previsto que un golpe fuerte podría derribar la herradura, como realmente sucedió. Hay muy pocos accidentes que ocurren en los fines de semana, que se deben a situaciones muy peligrosas y difíciles de evitar. La mayoría de los accidentes se debe a des-preocupación, demasiada confianza, etc. Para terminar, quisiera que antes de empezar una actividad, cualquiera, los fines de semana, dediquen unos breves minutos a considerar la forma en que deberán actuar para evitar que ustedes mismos, sus familias o cualquier otra persona, puedan resultar lesionados. Si actuamos de esta forma, será muy fácil evitar accidentes los días festivos.

La prevención no descansa…

2.- Ropa de Protección

Hoy, quiero hablarles sobre la ropa protector ay los equipos que se diseñan para nuestro uso personal. Empezaré por decirles que el no usarlos, o el abusar de ellos, es una de las razones por la que los trabajadores siguen sufriendo toda clase de lesiones incapacitantes, que podrían evitarse sencillamente siguiendo unas reglas básicas. Aunque no podamos decir que estos accidentes son debido totalmente al descuido, esta afirmación se acerca mucho a la realidad. A veces, sin embargo, son consecuencia directa de la ignorancia. Es una forma de descuido que condenaríamos, seguramente, si lo viéramos en cualquier persona, pero no lo hacemos cuando lo vemos en nosotros mismos. Si cualquiera de nosotros tuviéramos que salir a caminar, en medio de una tormenta de una noche fría de invierno, nos abrigaríamos con la ropa más apropiada. Nos prepararíamos para esa situación. Aquí, en nuestros departamentos, diariamente nos enfrentamos a muchos peligros y, sin embargo, no usamos la ropa adecuada para protegernos. Todos ustedes conocen su trabajo y saben lo que necesitan para protegerse en el desempeño del mismo. Todos saben que en trabajos donde hay partículas voladoras, es necesario protegerse con anteojos protectores. Donde se manejan objetos pesados, es necesario llevar zapatos con punteras de acero. Un soldador eléctrico tiene que llevar un casco equipado con un vidrio oscuro, para proteger sus ojos de las luces cegadoras y de las chispas de los arcos eléctricos, si quiere evitar las lesiones en las que incurren los trabajadores que no llevan la protección necesaria. Nuestra ropa protectora puede ser simplemente guantes para proteger nuestras manos, botas de goma, un traje de amianto, un cinturón de seguridad o arnés de protección contra riesgos de altura, o cualquier otro de los equipos y ropa de protección personal que existen, dependen de la necesidad. Supongamos que hiciéramos un inventario de todas las protecciones que habitualmente llevan los trabajadores que realmente las necesitan. ¿Cuántos de ustedes pensarían que esa ropa protectora es peligrosa? Segura-mente ninguno, y en cambio muchos de ustedes actúan como si así lo fuera, y trabajan sin valerse de la protección que ofrecen. Yo no estoy aquí representando a un fabricante de ropa de protección, tratando de venderles nada. Estoy aquí simplemente para decirles que paga el estar preparados. Paga por que las estadísticas demuestran que los trabajadores que llevan habitualmente, protección sufren muchas menos lesiones que los que no la llevan. Sabemos que cuando una regla dicta que en un trabajo se lleven anteojos de protección, ese requerimiento es para nuestra protección y para la protección del departamento. En cambio, nos olvidamos muchas veces y

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