La relación entre Dios y Vallejo

La relación de Vallejo y Dios

Cesar Vallejo, un escritor peruano mestizo, considerado uno de los mejores poetas que Latinoamérica pudo tener, último de once hermanos, proveniente de una familia católica, destinado a ser sacerdote y a estudiar por ello, pero así no sucedieron las cosas. Al menos él no terminó como sacerdote y mucho menos terminó siguiendo la religión de su familia. 

Él se centró más en la vida y la muerte, pero con base religiosa obviamente, ya que esos años en los que estudió para ser sacerdote se notan ya que la mayoría de sus poemas tienen vocabulario bíblico. Sin embargo, no se le puede considerar como un poeta cristiano, ya que no presenta una actitud cristiana ante Dios y rechaza a la religión para centrar todo su amor y preocupación en el hombre. 

De hecho, en Los Heraldos negros hay presencia de su gracia, ironía, contradicción y hasta colera hacia Dios, además lo representa a veces como un ser impotente y digno de lástima, lo ve como alguien hostil, lo cual contradice a la escencia de la divinidad, por lo que en una conclusión lógica hacia esos conceptos, es que Dios no existe. 

En el poema Liminar se puede ver a una fuerza malévola persiguiendo a la humanidad, que se pueden interpretar como la hostilidad de Dios hacia la humanidad, “golpes como del odio de dios”. Otro poema hace referencia a Dios como un creador irresponsable de un universo donde la humanidad está condenada a sufrir, y como él solo conoce el bienestar, es insensible al sufrimiento que le ha impuesto a su creación y frente a la injusticia divina, el yo poético, en este caso Vallejo, adopta un tono de rebeldía hacia Dios. “ Hay ganas de… no tener ganas, Señor; a ti yo te señalo con el dedo deicida.”

Ahora, en Trilce hay pocos poemas de tema religioso. Sin embargo en Trilce XXXI se ven muchas pruebas del cristianismo de Vallejo. Incluso en una estrofa se puede ver cómo afirma su fe en Dios. “ Cristiano espero, espero siempre.” No obstante, conforme van avanzando los versos, en los dos últimos de este poema, resalta la idea de que Vallejo no está seguro de que su fe esté justificada ni de que Dios tenga la capacidad de remediar los infortunios del hombre. “ Y Dios sobresaltado, nos oprime el pulso, grave, mudo, y como padre a su pequeña, apenas, pero apenas, entreabre los sangrientos algodones y entre sus dedos toma a la esperanza.” 

En Trilce XIX, Vallejo parodia ciertas ideas cristianas e incluso podría decir que le falta respeto a la propia religión. En ese poema, él hace presente la escena de la Navidad, escenificando el nacimiento del Hijo de Dios en términos de la inocencia humana como una excreción del niño y de los animales. “ El establo está divinamente meado y excremento por la vaca inocente y el inocente asno y el gallo inocente.” 

En otra estrofa se puede ver su rechazo hacia lo divino para dirigir su atención hacia lo humano, ya que, Vallejo toma la imagen de la Concepción Inmaculada como una imagen de la concepción del amor y la inocencia en el alma del hombre. El dice, si Cristo nació de un amor divino sin contaminarse de la tierra, por qué el nacimiento de un amor humano y terrestre se contagia del cielo. Para Vallejo la redención se realizará cuando la humanidad deje de pensar en Dios y empiece a pensar en sus semejantes. Así que, acá, se puede ver su rechazo por lo divino y su interés por la humanidad.  

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