Las bienaventuranzas Mateo 5:1-12

Las bienaventuranzas

Mateo 5:1-12

Introducción

El evangelio de Mateo se caracteriza por sus grandes discursos, pero el principal de todos es el sermón del monte.

En este discurso se establecen los principios fundamentales del reino de los Cielos.

Es también llamado:

• El discurso inaugural del reino
• El manifiesto del Rey
• La carta magna del Reino

Y en otros casos se ha descrito como “El discurso supremo de la literatura mundial”

Hoy solo vamos a ver una parte de este gran sermón, solo veremos las bienaventuranzas.

¿A quien iba dirigida esta enseñanza? (V. 1 y 2) a sus discípulos.

¿Saben porque Jesús enseñaba? Por diversas razones.

1. Para preparar a sus discípulos. Dios quiere que nos preparemos para un día nosotros poder enseñar a los demás. La gran comisión de Jesús era la de hacer discípulos y enseñarles a guardar todo lo que él les estaba enseñando. Por esta razón Jesús los preparaba dándoles enseñanzas.
2. Para no ser engañados. es fácil engañar a alguien que no sabe, a alguien que ignora las Escrituras es fácil manipularla.

Versículo 3 bienaventurados los pobres es espíritu porque de ellos es el reino de los cielos.

• Primero entendamos que significa bienaventurado.
• Proviene del vocablo hebreo que significa, feliz, feliz, feliz o tres veces bendecido.
• Y del termino griego Makarios, que también quiere decir feliz pero de una condición interna no de una felicidad superficial, sino de una felicidad que nace en el interior de la persona.
• Es una felicidad que el mundo no lograría entender jamás, nosotros como cristianos debemos comprender a la perfección este tipo de felicidad.

Por eso dicen que los cristianos somos aburridos y que no podemos disfrutar de la felicidad, porque no entienden que nuestra felicidad no proviene de lo externo sino del interior.

Si le preguntas a una persona como encontraría la felicidad, muchos dirían que es el dinero, otros que sus hijos, sus parejas, el trabajo, el poder social.

Y ciertamente ellos logran ser felices teniendo dinero, pero que pasa si de la noche lo pierden todo. Qué pasa si sus parejas los dejan, que pasa si no tuvieran un trabajo o una posición social elevada. Sienten que la vida se les va porque su felicidad depende esas cosas.

El Señor les enseña a sus discípulos la verdadera felicidad que solo Él puede dar.

1. Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

• ¿Quiénes son los pobres en espíritu? No se refiere a la pobreza material.
• Lucas 18:9:14, este hombre se humillo a sí mismo y esa es la pobreza en espíritu.
• La pobreza de espíritu nos conduce a buscar el perdón y la ayuda de Dios.
• Los pobres en espíritu son como era Jesús, son los mansos y los humildes de corazón.
• Son las personas que reconocen su profunda necesidad espiritual.

Se requiere tener un espíritu así para entrar en el reino de Dios.

SE REQUIERE HUMILDAD PARA ENTRAR EN EL REINO DE DIOS.

1. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

En otras versiones de la Biblia, se refieren a los que sufren, a los afligidos, a los que están tristes.

Veamos unos puntos a los que hace referencia este versículo en cuanto a los que lloran.

• Las penas y los sufrimientos de los demás.
• El estado de perdición en que se halla el mundo.
• La conciencia de nuestra indignidad y nuestro pecado.

Los teólogos dicen que se refiere más a esta última, cuando pecamos y ofendemos a Dios nos duele tanto que lloramos por la falta que hemos cometido. Hay a quienes ya les da igual y ya no tienen esa sensibilidad, hay personas que hoy hablan mal de alguien y por la noche duermen tranquilos, hay quienes durante el día ofendieron a alguien y le hicieron sentir mal y a ellos les da igual, hay quienes mienten, quienes roban y ya les parece normal, pero hay quienes al cometer algún pecado saben que le fallaron a Dios y lloran pidiendo perdón.

1. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

 Mateo 11:29

Se refiere a un espíritu suave, apacible, que no reacciona mal ante las ofensas de los demás.

El mundo tiene el mal concepto de que el hombre manso es débil, dejado, tímido y sin firmeza de carácter.

Pero la mansedumbre del Señor se refiere al dominio propio, no es fácil reaccionar bien ante las ofensas de los demás.

2 Timoteo 1:7 si no respondemos mal a las ofensas no es porque seamos cobardes sino porque tenemos un espíritu de poder, de amor y de dominio propio.

Muchas personas reaccionan conforme a la ley del talión.

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