Libro Las Voces Del Decierto

LAS VOCES DEL DESIERTO

Las voces del desierto es un libro muy interesante en donde nos narra cómo viven los aborígenes de Australia, nos describe su típica vestimenta y su forma de convivir.

Marlo menciona que el grupo de los aborígenes era regida por los mismos miembros de la tribu, también mencionaba al anciano de la tribu, que no era exactamente el más viejo, si no al que se le podría considerar como el jefe.

Ellos dicen que, todo el mundo debe experimentar todos los diferentes papeles alguna vez, sin excepción, tarde o temprano, si no es en esta vida, en alguna otra.

En la tribu la economía estaba basada en las piedras preciosas que ellos mismos recolectaban, debido a que no se podían comer y en una nación sin mercados no servían para comprar alimentos, se valoraban tan solo por su belleza y por el uso que se les pudiera dar. Con el tiempo los aborígenes se dieron cuenta que las piedras eran muy apreciadas por los hombres blancos. Así que la tribu empezó a utilizar las gemas para financiar los gastos de la persona de la tribu, que periódicamente va a la ciudad y luego regresa con su información.

En la tribu se manejaba una política a la que todos sus miembros respetan y ejercen, la cual se desprende de su religión, yendo de la mano, rigiendo todas sus actividades y costumbres.

Ellos creen en un solo dios “la divina unidad” quien es la esencia, la creatividad, la pureza, amor, una energía infinita. Diesen que ella siente la intención y la emoción de los seres, que no están interesados, que no esta tan interesada en lo que hacemos como el modo de hacerlo.

Los aborígenes son totalmente analfabetos, sin ambiciones ni empujes para el éxito.

Ellos decían que es bueno observar, aprender y almacenar la experiencia para ser más sabios.

Se dice que un adolecente aborigen se convertía en hombre cuando le rajaban el pene desde el escroto hasta el meato con un cuchillo de piedra embotado, sin anestesia y sin una sola prueba de dolor. Para ser considerado como adulto, era necesario que un hombre santo le partiera un diente con una roca, que su prepucio se sirviera como comida a los parientes masculinos y que lo enviaran al desierto, solo, aterrorizado y sangrado, para demostrar que podía sobrevivir.

Cada uno recibe un nombre al nacer, pero se sobreentiende que lo perderá cuando crezca y que elegirá un apodo más apropiado por sí mismo. El nombre de cada persona cambiara varias veces durante su vida medida de que su sabiduría, su creatividad y sus objetivos se definan asimismo con mayor claridad al transcurrir el tiempo.

Ellos habían rechazado el lenguaje escrito por que consideran que se pierde capacidad memorística. El conocimiento era producto de la transmisión de generaciones, mediante sus danzas, canciones y danzas.

Los

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