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Los Milagros De Cristo


Enviado por   •  29 de Julio de 2013  •  4.392 Palabras (18 Páginas)  •  275 Visitas

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Introducción

En el presente trabajo a tratar se realizará un resumen acerca del tema ‘Los Milagros de Cristo’, que distingue diferentes temas que se subdividen a su categoría; tema con mucha relevancia actualmente pues nos lleva a la gran incógnita que a la mayoría se les presenta sobre si son o no son ciertos los acontecimientos milagrosos, ¿Qué es un milagro? Y sobre todo ¿Cómo actúa Jesús frente a un milagro? ¿Es importante? Introducimos el tema con el evangelio de Mateo 4, 23: Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la buena nueva del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo… Podemos distinguir en el evangelio anterior la forma de actuar de Jesús frente a su reino, por lo que se destaca a Jesús como una figura con poder y bondad; con el poder para curar toda enfermedad y dolencia y con la bondad de hacerlo con quienes más lo necesitaban.

Un milagro es un acontecimiento que ocurre con una intervención especial de Dios que escapa al orden de las causas naturales que Él mismo ha establecidas y destinado a un fin espiritual.

El milagro hay que verlo, pues al no ser un ocurrente no podremos encontrar otra revelación que la que se nos ha dado en Cristo.

I. Los milagros y el reino

Tema en el cual distinguiremos las diferentes posturas y comportamientos que tomaba Jesús frente a su reino y quienes seguían de Él. Es Cristo mismo el que relaciona sus milagros con el reino.

En su predicación Jesús pretende destruir el dominio de Satanás, el cual subyuga al hombre por medio del pecado, la enfermedad y la muerte, por lo que, mediante la conversión, curaciones y exorcismos, Jesús destruye efectivamente el reino de Satanás para que su pueblo no tema ni desconfíe de su poder.

Los milagros de Jesús aparecen sobre el reino como signo de salvación, ya que Cristo, cuando obre en un milagro invita a su reino a la conversión de su fe. Jesús exige la fe tanto por sus milagros como por su predicación con buena disposición.

JESUS ESPERA LA CONVERSIÓN TANTO DE SU PREDICACIÓN COMO DE SUS MILAGROS, para así llegar a lo más profundo de los corazones de sus seguidores para que nunca pierdan la fe.

Se debe de tener en cuenta que Jesús habla del demonio en momentos cruciales y con palabras solemnes. A los suyos los pone en guardia contra el demonio, y en el mismo sermón de la montaña. En el Padrenuestro Jesús pide al Padre que nos ‘’libre de maligno’’. Se podría objetar a todo esto que Jesús se adapta a la mentalidad judía que pensaba que el demonio era un ser personal. Pero esto no fue así. Aparte de que no todos los judíos creían en la existencia del demonio, son muchos los casos en los que Jesús corrige la mentalidad equivocada de su época.

II. El estilo de Jesús

El estilo personal de Jesús; un estilo hecho a base de sencillez y de autoridad, de una extrema sencillez y de una autoridad única. Jesús se mezcla con los niños, los enfermos, los pobres y los pecadores, hasta el punto de que se encuentra en su ambiente con ellos y llama la atención y provoca escándalo por su trato con los pecadores. Presenta una autoridad inaudita.

Jesús obra los milagros con una autoridad única: ‘’Yo te lo ordeno, levántate’’, ‘’Yo te lo digo’’; no invoca a Yahvé ni hace los milagros en nombre de nadie, como lo hacían los profetas del Antiguo Testamento; los realiza en nombre propio.

Jesús no se limita a curar, (con respecto a la Lepra) manda al leproso que se presente a los sacerdotes para que comprueben su limpieza. En tiempos de Jesús, la lepra era considerada como un castigo por determinados pecados. El leproso era tenido como castigado de Dios y estaba excluido del templo y de la comunidad de Israel.

Jesús tiene un estilo de amar inconfundible. Es muy sensible al sufrimiento de la gente. No puede pasar de largo ante quien está sufriendo. Al entrar un día en la pequeña aldea de Naín, se encuentra con un entierro: una viuda se dirige a dar tierra a su hijo único. A Jesús le sale desde dentro su amor hacia aquella desconocida: "Mujer, no llores". Quien ama como Jesús, vive aliviando el sufrimiento y secando lágrimas.

Los evangelios recuerdan en diversas ocasiones cómo Jesús captaba con su mirada el sufrimiento de la gente. Los miraba y se conmovía: los veía sufriendo, o abatidos o como ovejas sin pastor. Rápidamente, se ponía a curar a los más enfermos o a alimentarlos con sus palabras. Quien ama como Jesús, aprende a mirar los rostros de las personas con compasión.

III. Dimensiones del milagro

Cuando se habla de los milagros de Jesús, hay que evitar siempre un doble extremo. Popularmente, se concibe a veces el milagro como un simple prodigio deslumbrante al margen de toda connotación salvífica en reacción a esta mentalidad, hoy en dia no pocos teólogos resaltan la dimensión salvífica de tal modo, que prescinden por completo de la dimensión apologética del milagro. Pero ambas propiedades, la salvífica y la apologética, configuran el milagro tal como aparece en la Biblia.

1) Dimensión apologética:

Hoy día ha caído ya, ciertamente de que Dios no puede variar las leyes naturales que el mismo ha creado. Se entiende que si Dios obra por encima del curso de las leyes naturales, no lo hace por capricho, sino por un motivo claro como es el de dar a conocer su intervención en nuestra historia.

Hoy la objeción contra el milagro proviene de pensar que, en el fondo, no sabemos hasta dónde puede llegar la fuerza de la naturaleza humana.

Ciertamente, hemos de responder que no sabemos hasta dónde puede llegar la sugestión o la fuerza misma de la naturaleza, pero sabemos hasta donde no puede llegar: el agua no se convierte en vino por sugestión, los panes no se multiplican por una palabra de mando y una oración. Y, para determinar si un fenómeno en concreto es milagro o no, basta con utilizar un criterio como el que el padre Dhanis aduce con buen juicio:

- Que se trate de un hecho que supere el curso de la naturaleza, observada en muchas y variadas ocasiones.

- Que tal fenómeno no tenga paralelos en el mundo profano.

- Que se excluya la intervención de posibles factores humanos que pudieran explicarlo.

Así por ejemplo, la conversión

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