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Mito guaraní sobre el origen del lenguaje humano


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2013  •  Ensayos  •  1.845 Palabras (8 Páginas)  •  1.197 Visitas

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Mito guaraní sobre el origen del lenguaje humano

El verdadero Padre Ñamandú, el Primero, de una pequeña porción de su propia divinidad, de la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora, hizo que se engendrasen llamas y tenue neblina.

Habiéndose erguido (asumido la forma humana), de la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora, concibió el origen del lenguaje humano.

Creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje humano e hizo que formara parte de su propia divinidad.

Antes de existir la tierra, en medio de las tinieblas primigenias, antes de tenerse conocimiento de las cosas, creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano (o es el fundamento del futuro lenguaje humano) e hizo el verdadero Primer Padre Ñamandú que formara parte de su propia divinidad.

Habiendo concebido el origen del futuro lenguaje humano, de la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora concibió el fundamento del amor al prójimo.

Antes de existir la tierra, en medio de las tinieblas primigenias, antes de tenerse conocimiento de las cosas y en virtud de su sabiduría creadora del amor al prójimo lo concibió.

Habiendo creado el fundamento del lenguaje humano, habiendo creado una pequeña porción del amor, de la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora el origen de un solo himno sagrado lo creó en su soledad.

Antes de existir la tierra en medio de las tinieblas originarias, antes de conocerse las cosas, el origen del himno sagrado lo creó en su soledad para sí mismo.

Habiendo creado, en su soledad, el fundamento del lenguaje humano; habiendo creado, en su soledad, una pequeña porción de amor; habiendo creado, en su soledad, un corto himno sagrado, reflexionó profundamente sobre a quién hacer partícipe del fundamento del lenguaje humano; sobre a quién hacer partícipe del pequeño amor al prójimo, sobre a quién hacer partícipe de las series de palabras que componían el himno sagrado.

Habiendo reflexionado profundamente, de la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora creó a quienes serían compañeras de su divinidad.

Habiendo reflexionado profundamente, de la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora creó al Ñamandú de corazón grande y valeroso.

Lo creó simultáneamente con el reflejo de su sabiduría (el sol).

Mito mataco sobre la creación

Los matacos habitan en la Región del Chaco, en el norte de Argentina.

Hubo un tiempo en que la tierra estaba arriba y el cielo abajo. Tanto era la suciedad que caía que el cielo se quejó y pidió la inversión de los planos. Desde entonces el cielo está arriba y la tierra abajo. Entre ambos está el territorio de los vientos y las nubes.

Bajo la superficie (ríos, lagunas, bañados, campos, bosques) están el bajo tierra y el bajo agua. Cada estrato tiene sus seres. Todo está rodeado por líquido y aire y a lo lejos está el fuego.

Hubo otro tiempo en que un gran árbol unía los diversos mundos. El de la copa, el de arriba, era el de la abundancia. Los hombres de la faz de la tierra iban allí a proveerse, subiendo y bajando por este árbol-vínculo de la vida. Mas un día no cumplieron con sus tradiciones solidarias, no entregaron lo mejor y más tierno a quienes no podían andar arriba-abajo, no dieron nada.

Los ancianos se quejaron. Llegó el Gran Fuego y ardió todo.

El joven Luna fue eclipsado por el jaguar celeste y sus trozos cayeron en tierra incendiándola. Algunos quedaron en el mundo de arriba cuando se quemó el Gran Árbol. Son los abuelos, Dapitchi, los antepasados (estrellas, constelaciones) que cazan por el sendero de los ñanduces (la Vía Láctea). Solo unos pocos, honestos y respetuosos se salvaron metiéndose bajo la tierra, pero desde entonces todo hubo que conseguirlo aquí.

Los seres humanos varones pertenecen a la tierra, surgieron de ella por el agujero del escarabajo. Procreaban eyaculando juntos en un cántaro de calabaza. En una ocasión notaron que parte de lo que cazaban o pescaban les era robado. Dada la reiteración dejaron como observadores al ratón de campo y al loro, el primero no percibió nada y al segundo le ennegrecieron la lengua.

Por fin, el Gavilán, Halcón o Carancho, avisó: extraños seres escapaban como ratas al cielo mientras iban tejiendo sus cuerdas de fibra vegetal.

Con la ayuda de los picotazos de Carancho y una lluvia de flechas algunos seres celestes cayeron incrustándose en la tierra. Tatú o el Armadillo los sacó con sus uñas.

Tenían dos bocas dentadas, una en medio de la cara, la otra en medio del cuerpo, por ambas devoraban la comida robada. El Zorro pretendió efectuar una cópula, perdió su pene y le tuvo que ser reemplazado por un huesito.

El frío hizo que se acercaran al fuego encendido por los hombres. Cuando abrieron la piernas al sentarse, Aguilucho les arrojó una piedra que hizo caer todos los dientes de la boca inferior menos una que resultó ser el clítoris pues se trataba de mujeres y desde entonces y desde entonces es que nacen niños y niñas, de hombres y mujeres.

Lástima que algunas no son hermosas porque la mayoría de éstas escaparon al cielo. Como mujeres son de origen celeste, tienen parte de ese poder, los hombres detentan el poder terrenal.

Igual que en los mundos procedentes, todo comenzó a corromperse, se quebró el equilibrio y cuando el Arco Iris se ofendió por el accionar no tradicional de las mujeres menstruantes, comenzó la inundación.

La Gran Agua, ahogó todo y hubo de comenzarse un mundo nuevo. Fue Paloma quien picoteando una semilla hizo brotar

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