Pasos de fe

Yo pienso que nuestro peor enemigo es aquel que no podemos ver, pero que de cualquier forma nos puede dañar. El miedo es así. En tu mente prolongara las dudas y hará que pierdas el real enfoque, mirando el riesgo, la caída o el dolor y que así pase desapercibido la posibilidad de disfrutar aquella aventura de esa hermosa vista que nos entrega el vuelo. Hará que pierdas sin haber competido y hará que te retires voluntariamente.

Su mayor peligro, es que el miedo es invisible y es inexistente. Nuestro ser es quien lo crea. Por más estúpido que sea la idea de que “algo” saldrá de nuestro closet, cuando éramos unos niños eso nos daba mucho terror. Hay algo que no nos damos cuenta, es que la mayoría de las veces el miedo sigue presente en nuestro interior, solo que con una forma distinta. Tememos ser lastimados, tememos emprender o hablar lo que pensamos, o el más nombrado, miedo al fracaso.

La valentía no estaría presente, si primero no estuvo el miedo. La única forma de convertirnos en una persona valiente es avanzando y en lo posible llenar esos vacíos creados por él, como el amor, la esperanza y la fe.

El peor efecto del miedo es el estancamiento, es decir, que dejes de hacer algo por miedo. Me niego a pensar que el miedo me hará perder la oportunidad de caminar sobre el agua, aunque eso signifique que exista la mínima posibilidad de hundirme. Por ningún motivo me perderé las historias que cuentan cómo me arriesgue por algo que quiero y como tuve la certeza de que llegaría hasta el fin, aunque no todas las veces conseguí los resultados que yo quería, el proceso si me convirtió en el Cesar que debo ser.

Escribo esto porque ese denominado miedo es uno de mis enemigos que detesto, porque da una sensación horrible. Este mensaje es para mucho que, como yo, suelen sentir un vacío en el estómago, pero aun así se arman de valor y van por lo nuevo. Al leer esto, te digo que no es malo sentir inseguridad o miedo, si en seguida nos podemos la armadura llamada valentía. Espero que al igual que yo, no te pierdas de absolutamente nada de lo que estas destinado a vivir, por culpa del estúpido miedo, para que cuando lo hagas, veas realmente quien eres.

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