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Por Que No Llega El Avivamiento


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2012  •  13.216 Palabras (53 Páginas)  •  597 Visitas

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PORQUE NO LLEGA EL

AVIVAMIENTO?

LEONARD RAVENHILL

INDICE

Prólogo

Prefacio del autor a la tercera edición

Prefacio

1. Por encima de todas las cosas consigue unción

2. La oración se apodera de lo eterno

3. Un llamamiento a la unción en el púlpito: acción en los bancos de la iglesia

4. ¿Dónde está el Dios de Elías?

5. El despertamiento en un cementerio

6. El despertamiento tarda porque

7I. ¿Es la predicación ardiente por las almas un arte perdido

8I. Creyentes incrédulos

9. Se necesitan profetas para el día del desastre

10. Fuego enciende fuego

11. ¿Por qué no se mueven?

12. La iglesia pródiga en un mundo pródigo.

13. Se necesita un profeta para predicar a los predicadores

14. El edificador de un imperio para Dios

15. M arcado para Cristo

16. «¡Dame hijos o me muero!»

17. La hez del mundo

18. La oración es tan vasta como Dios

19. Como va la iglesia así va el mundo

20. Conocido en el infierno

Leonard Ravenhill | Porqué no llega el Avivamiento?

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PROLOGO

Las grandes empresas industriales suelen tener empleados que solamente son necesarios en

caso de ocurrir un desperfecto. Cuando algo va mal en la maquinaria, estos hombres se ponen

en acción para localizar el defecto, lo reparan y la máquina vuelve a funcionar.

Para estos técnicos el trabajo rutinario no es de interés. Son especialistas en descubrir y

reparar desperfectos.

En el Reino de Dios sucede también así. Dios tiene siempre especialistas cuyo principal

objetivo ha sido y es reparar la catástrofe moral; el deterioro en la salud espiritual de las

naciones o de la Iglesia. Hombres como Elias, Jeremías, Malaquías y otros de la misma talla

han aparecido en momentos críticos de la historia para reprender y exhortar en nombre de

Dios y de la Justicia.

Miles de ministros religiosos del tipo común, pastores, maestros, podían trabajar quietamente

casi sin ser notados mientras la vida espiritual de Israel o de la Iglesia era normal. Pero en

cuanto el pueblo de Dios se ha apartado de las sendas de la verdad, inmediatamente han

aparecido los especialistas de Dios casi de la nada. Su instinto, capacitado para la dificultad,

les trajo en ayuda del Señor y de Israel.

Tales hombres han sido drásticos, radicales, a veces casi violentos, y la muchedumbre de

curiosos que les rodeaba pronto les tildaron de fanáticos, extremistas y negativos. Hasta

cierto punto tenían razón. Eran hombres de mente sencilla, serenos, intrépidos, y éstas eran

las cualidades que la ocasión demandaba. Chocaban con al gunos, ofendían a otros con sus

palabras; pero ellos sabían Quién les había llamado y a qué eran enviados. Su ministerio era

de emergencia, y este hecho les hacía diferentes, únicos.

Con tales hombres tiene la Iglesia una gran deuda imposible de pagar. La cosa curiosa es que

no se les paga mientras viven pero la próxima generación adorna sus sepulcros y escribe sus

biografías como para descargarse de un deber que la pasada generación olvidó.

Los que conocen a Leonardo Ravenhill reconocerán en él a uno de estos especialistas

religiosos; a un hombre enviado por Dios, no para llevar a cabo la tarea normal de la Iglesia,

sino para desafiar a los sacerdotes de Baal en la cumbre de su montaña eclesiástica,

reprochar a los descuidados ministros del altar, afrontar a los falsos profetas y advertir al

pueblo por ellos extraviado.

Tales hombres no son compañeros fáciles. El evangelista profesional que abandona

rápidamente la reunión al terminar para correr a un lujoso restaurante con algunos

admiradores a festejar el éxito de su elocuencia y contar divertidos chistes, encontrará una

verdadera pesadilla en un tal servidor de Dios que no puede des ligarse de su sagrado deber

como quien da vuelta a una manivela. El hecho de que insista en mostrarse como un cristiano

y servidor de Dios en todo tiempo le hace diferente.

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