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Proyecto De Dios En Mi Vida


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2014  •  855 Palabras (4 Páginas)  •  320 Visitas

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Salmo 8 Leerlo

¿En qué sentido el hombre es creado «a imagen de Dios»?

El El hombre ha sido creado a imagen de Dios, en el sentido de que es capaz de conocer y amar libremente a su propio Creador. Es la única criatura sobre la tierra a la que Dios ama por sí misma, y a la que llama a compartir su vida divina, en el conocimiento y en el amor. El hombre, en cuanto creado a imagen de Dios, tiene la dignidad de persona: no es solamente algo, sino alguien capaz de conocerse, de darse libremente y de entrar en comunión con Dios y las otras personas. (Catecismo de la Iglesia Católica # 355-357)

¿Para qué fin ha creado Dios al hombre?

Dios ha creado todo para el hombre, pero el hombre ha sido creado para conocer, servir y amar a Dios, para ofrecer en este mundo toda la Creación a Dios en acción de gracias, y para ser elevado a la vida con Dios en el cielo. Solamente en el misterio del Verbo encarnado encuentra verdadera luz el misterio del hombre, predestinado a reproducir la imagen del Hijo de Dios hecho hombre, que es la perfecta «imagen de Dios invisible» (Col 1, 15). (Catecismo de la Iglesia Católica # 358-359 381)

El proyecto de Dios en nuestras vidas (¿Cuál es?)

¿Qué expresa el Concilio Vaticano II con respecto a la dignidad del hombre: “La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios. Desde su nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios. El hombre existe pura y simplemente por el amor de Dios que lo creó y por el amor de Dios que lo conserva” (GS 19).

DE DESCONOCIDOS A AMIGOS

Para muchos Dios es un desconocido, lo “divino anónimo”, con quien no se establecen relaciones personales. “Por alguna razón oscura, hay algo que no marcha en nuestro mundo entre el hombre y Dios, tal como Dios se le presenta al hombre de hoy. Todo acontece hoy día como si el hombre no tuviera exactamente ante sí la figura de Dios que desea adorar” (Teilhard de Chardin).

Pero cuando nos sentamos a la mesa de los místicos, descubrimos que Dios y el hombre se buscan mutuamente, se vuelven amistosamente el uno al otro, se comunican, hacen amistad.

Es más, nos dicen que Dios no es un interlocutor frío, sino que goza en este encuentro. “Viene Dios al alma a holgarse conmigo” (Santa Teresa de Jesús). Como Dios nos ama, goza siempre que le permitimos estar con nosotros. “Al contemplarme a mí mismo en él, quedé enamorado de mi criatura” (Santa Catalina).

Hasta llegar a creer que somos únicos. “El alma siente a Dios tan solícito en regalarla con tan preciosas y encarecidas palabras y de engrandecerla con unas u otras mercedes, que le parece al alma que no tiene él otra cosa en qué se emplear, sino que

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