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¿Qué Hay De Malo En Flirtear?


Enviado por   •  14 de Abril de 2013  •  3.709 Palabras (15 Páginas)  •  739 Visitas

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El punto de vista bíblico

¿Qué hay de malo en flirtear?

“¿POR QUÉ HEMOS DE PENSAR QUE EL FLIRTEO ES MANIPULADOR, ENGAÑOSO Y MALO? ¡NO ES ASÍ! ¡ES UN JUEGO! Y UN JUEGO EN EL QUE TODOS GANAN, PORQUE USTED HACE QUE LA OTRA PERSONA SE SIENTA BIEN.”—Susan Rabin, directora de la Escuela de Flirteo (Nueva York).

MUCHAS personas consideran que el flirteo es normal, inocente y hasta necesario para establecer y mantener las relaciones humanas. Últimamente ha habido en los países occidentales una proliferación de libros, artículos de revistas y cursos especiales que enseñan los gestos, las poses y las miradas, breves o más largas, que desempeñan un papel esencial en el “arte de flirtear”.

¿Qué es el flirteo? Existen varias definiciones e interpretaciones. Un diccionario lo define como comportamiento “frívolamente insinuante o sexualmente atrayente”. Otro lo califica de “juego amoroso que no se formaliza ni supone compromiso”. Como vemos, parece que la noción generalmente aceptada de flirteo es la de una manifestación de interés romántico sin intenciones de casarse. ¿Deberíamos considerarlo dañino? ¿Cuál es el punto de vista bíblico al respecto?

Aunque el flirteo no se menciona específicamente en las Escrituras, podemos determinar cómo lo ve Dios. ¿De qué manera? Por medio de un examen de los principios bíblicos implicados. De ese modo desarrollaremos nuestras ‘facultades perceptivas para distinguir lo correcto de lo incorrecto’ (Hebreos 5:14). En primer lugar, veamos si el flirteo es apropiado para quienes están casados.

Si se está casado

El juego amoroso en privado entre los cónyuges es perfectamente natural (compárese con Génesis 26:8). Sin embargo, es contrario a los principios divinos que esas atenciones se dirijan a personas ajenas al matrimonio. Jehová se propuso que las parejas casadas disfrutaran de una relación íntima de confianza (Génesis 2:24; Efesios 5:21-33). Considera que el matrimonio es una unión sagrada y permanente. Malaquías 2:16 dice: “Él ha odiado un divorciarse”.

¿Es compatible el flirteo con el punto de vista divino sobre el matrimonio? Para empezar, quien está casado y coquetea muestra falta de respeto por la santidad de la institución divina del matrimonio. Además, Efesios 5:33 manda al esposo cristiano que “ame a su esposa tal como se ama a sí mismo”, y a la esposa, que ‘le tenga profundo respeto a su esposo’. Puesto que el flirteo provoca los celos del cónyuge, ¿le muestra amor o respeto?

Aún más serio es el hecho de que el coqueteo puede conducir al adulterio, un pecado que Jehová condena rotundamente y que califica de traicionero (Éxodo 20:14; Levítico 20:10; Malaquías 2:14, 15; Marcos 10:17-19). En realidad, él considera tan grave el adulterio, que permite divorciarse a las víctimas de la infidelidad marital (Mateo 5:32). ¿Podemos entonces imaginarnos que apruebe un pasatiempo tan peligroso como el flirteo? No lo aprueba más de lo que un padre amoroso aprobaría que su hijo jugara con un cuchillo de cocina afilado.

La Biblia advierte en cuanto al adulterio: “¿Puede un hombre recoger fuego en el seno sin que se le quemen las mismas prendas de vestir? ¿O puede un hombre andar sobre las brasas sin que se le chamusquen los mismos pies? Así mismo ocurre con cualquiera que tenga relaciones con la esposa de su semejante; nadie que la toque quedará exento de castigo” (Proverbios 6:27-29). Sin embargo, aun si no comete adulterio, la persona casada todavía se expone a otro peligro: el de envolverse en lo que podríamos denominar “una relación afectiva”.

Las relaciones afectivas

Algunas personas han entablado fuera de su matrimonio relaciones en las que han surgido sentimientos románticos, si bien no ha habido ningún contacto sexual. Sin embargo, Jesús advirtió: “Todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5:28). ¿Por qué censuró Jesús una relación que no va más allá del corazón?

Un factor es que “del corazón salen [...] adulterios” (Mateo 15:19). No obstante, tal relación es perjudicial hasta en el caso en que el adulterio no sea inminente. ¿Por qué? Un libro sobre el tema explica: “Toda actividad o relación que le quite demasiado tiempo y energía a la vida con su pareja es una forma de infidelidad”. En efecto, una relación afectiva le roba al cónyuge el tiempo, la atención y el afecto que le corresponden. En vista del mandato de Jesús de que tratemos a los demás como quisiéramos que nos trataran a nosotros, el casado que coquetea hace bien en preguntarse: “¿Cómo me sentiría yo si mi pareja se comportara de esta manera con otras personas?” (Proverbios 5:15-23; Mateo 7:12).

¿Qué debe hacer quien ha trabado un lazo afectivo impropio de esa clase? La persona casada que tiene tal relación sentimental improcedente es como un conductor que se está durmiendo al volante. Ha de abrir los ojos a la situación y actuar de inmediato y de forma contundente, antes de que destroce su matrimonio y su relación con Dios. Jesús ilustró la necesidad de tomar medidas drásticas cuando dijo que debíamos arrancarnos algo tan preciado como un ojo o cortarnos algo tan valioso como una mano, si estos fueran a echar a perder nuestra buena reputación ante Dios (Mateo 5:29, 30).

Por ello, sería prudente restringir dónde ver a la otra persona y la frecuencia. Por supuesto, no debe estarse a solas con ella, y si se trabaja en el mismo lugar, ha de limitarse la naturaleza de las conversaciones. Puede que incluso sea necesario cortar todo contacto con la persona. De ahí en adelante, han de controlarse estrictamente los ojos, los pensamientos, los sentimientos y la conducta (Génesis 39:7-12; Salmo 19:14; Proverbios 4:23; 1 Tesalonicenses 4:4-6). Job, un hombre casado, dio un magnífico ejemplo cuando dijo: “Un pacto he celebrado con mis ojos. Por eso, ¿cómo pudiera mostrarme atento a una virgen?” (Job 31:1).

Es patente que el flirteo de parte de alguien casado es peligroso y contrario a las Escrituras. Ahora bien, ¿qué dice la Biblia con respecto a que las personas solteras coqueteen? ¿Puede calificarse de normal, inocente o necesario para establecer relaciones con el sexo opuesto? ¿Podría causar algún perjuicio verdadero?

¿Y los no casados?

No tiene nada de malo que dos personas solteras se demuestren interés romántico, siempre que estén pensando en casarse y que su conducta no sea inmunda (Gálatas 5:19-21). Es posible que tal interés tenga lugar en las primeras etapas del noviazgo, cuando el matrimonio no sea sino una posibilidad a largo

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