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¿Qué evangelio predicamos en la iglesia?


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2013  •  1.083 Palabras (5 Páginas)  •  228 Visitas

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¿Qué evangelio predicamos en la iglesia?

Raúl Bustamante llegó aquél domingo al templo después de caminar más de dos kilómetros recorriendo las enormes calles de Santiago de Cali. No tenía dinero para el transporte. Estaba desempleado, su familia lo había dejado solo meses atrás; dormía en el suelo en una habitación de una familia que se compadeció de él. Además, luchaba contra su afición al juego y al licor. Eran su escape ante la dura realidad de haber perdido una sólida situación económica que le permitió educar su familia con relativa comodidad.

Sonrió cuando nos saludamos. "Hoy es un día magnífico", anotó y se dispuso a tomar asiento. El servicio estaba por comenzar. Habíamos invitado a un predicador. "Es un extraordinario expositor de la Palabra de Dios", me había dicho un pastor amigo. Así que, sin dudarlo mucho, lo convocamos para que nos compartiera la Palabra de Dios.

La alabanza estuvo bien. La oración por las necesidades de los creyentes, también. El problema estuvo en el mensaje: "Si usted es pobre, no está viviendo bien delante del Señor. Jesucristo vino a traernos riqueza. Somos ricos. ¿Cuántos dicen amén? Si está en miseria, es porque anda en pecado. Usted y yo nacimos para ser ricos. ¿Cuántos dicen amén?". Entre la concurrencia se escucharon respuestas entusiastas. Luego habló de cómo ser rico siendo creyente.

Raúl salió indignado del templo. "¿Acaso yo que estoy comenzando una nueva vida como cristiano y estoy en la ruina, ando en pecado porque no tengo ni siquiera para desayunarme?", preguntó enfadado antes de salir. Yo sabía que libraba una intensa lucha por cambiar, con ayuda de Jesús. No volvió a la congregación esa semana y difícilmente pude convencerlo de que regresara. ¿Y el predicador de la prosperidad económica? No volvimos a invitarlo. Jamás lo haría. Los pobres también viven a Cristo y su pobreza no necesariamente refleja que andan en pecado.

El evangelio de la "superprosperidad"

Las orientaciones sobre la "superprosperidad" van en contravía de una realidad que no podemos desconocer. En la Biblia leemos que el día que el Salvador vino a morar entre nosotros, un ángel se lo comunicó a unos pastores que pasaban la noche en el campo para cuidar de sus rebaños. Les dijo: "Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: Encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre" (Lucas 2:11, 12. Nueva Versión Internacional).

Nuestro Salvador Jesucristo nació en una pesebrera, donde se alberga a las vacas y a los burros. Pobre. Y cuando murió, lo enterraron en una tumba prestada. Claro, Dios quiere prosperarnos, pero el centro de nuestro andar cristiano no deben ser las posesiones materiales sino tener una buena relación con Dios, con nosotros mismos y con aquellos que nos rodean. ¿De qué sirve ser ricos si estamos en crisis?

Revisemos las enseñanzas

¿Qué van a buscar los cristianos hoy día en los templos? ¿Están motivados por el evangelio transformador de Jesucristo o acaso los motivan prédicas que giran en torno a cómo ser ricos? ¿Qué es vivir como hijo del Rey de reyes: tener dinero o vivir una vida equilibrada con Cristo en el corazón?

Nos han vendido la idea de un cristianismo de riquezas. Excitan la ambición de quienes

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