REVELACION Y FE: UNA TAREA PARA NO PERDER
JOANNES12 de Noviembre de 2013
626 Palabras (3 Páginas)237 Visitas
REVELACION Y FE
“UNA TAREA PARA NO PERDER”
Ciertamente a través de la historia el hombre de fe se ha esforzado por comprender el misterio de Dios que se revela pero que no se agota. El acontecimiento de la revelación, de Dios movido de amor que nos habla como amigo (DV 2), viene de la mano con otro acontecimiento significativo para todo hombre: “la respuesta por medio de la fe pero sin desligarla de la razón”. Es por esto que podemos decir, que si ponemos nuestra mirada, por ejemplo, en los planteamientos de las grandes herejías y las respuestas dadas por los Padres de la Iglesia, no sería equivocado pensar que ellos perfectamente representan al hombre de todos los tiempos, que desean comprender el misterio del Dios revelado, tarea que el hombre realiza con fe y razón.
“La enseñanza de los padres de la Iglesia son consideradas como fundamento indispensable de la doctrina ortodoxa cristiana”, estas son palabras del papa emérito Benedicto XVI, en las catequesis realizadas en las audiencias de los miércoles durante el 2007 y 2008, y es que sin duda, la revelación abarca las verdades referentes a Dios mismo, verdades transmitidas por la Tradición apostólica y defendida por los Santos Padres, es decir, ellos por su reflexiones llegaron al significado profundo, dando razones de lo que se debía creer, en palabras del catecismo de la iglesia católica: “las palabras de los santos padres atestiguan la presencia viva de la Tradición, cuyas riquezas van pasando a la práctica y a la vida de la Iglesia que cree y ora.
Pero hemos dicho anteriormente, que este esfuerzo de los Santos padres por nutrir la credibilidad de la fe, no se distancia de las herejías. Sin querer escandalizar, fueron ellas simplemente intentos de comprender el misterio, que nos llevaron a aclarar muchos aspectos dogmáticos de nuestra fe, de hecho, esta realidad apologética, ha generado el desarrollo de la teología fundamental.
Por eso, cuando encontramos la doctrina del monofisismo, que afirma la divinización de la naturaleza humana de Cristo, o del donatismo que concebía a la Iglesia como una comunidad integrada tan sólo por los justos, el pelagianismo, que enseñaba que el hombre puede evitar el pecado sin ayuda de la gracia divina, o el famoso Arrianismo, herejía que niega la divinidad de Cristo, los pneumatómacos, que nos dicen el Espíritu santo es de un orden inferior al Hijo y está sometido a Él, podemos concluir que detrás de estas ideas hay hombres que hicieron su tarea, es decir, que quisieron dar su respuesta de fe a la revelación, y que fueron por caminos equivocados, sí, pero que de alguna manera nos ayudaron a encontrar a nosotros, por medio de los santos padres, los correctos.
Teniendo de fondo toda esta realidad descrita anteriormente, podemos nosotros decir, hombres de fe del siglo XXI, estamos llamados a guardar, cuidar y reforzar el tesoro de la fe recibida. Tal como lo expresa la sabiduría popular: “hijo eres y padre serás”, es decir, es ahora nuestro turno, hemos nacido de esta Iglesia que ha vivido estos procesos históricos, la Iglesia Madre y maestra nos ha formado en la fe. Pero ¿Cómo acontece la revelación en nuestras vidas?, como los santos padres ¿hemos hecho que nuestra experiencia de fe contribuya en la formación de los otros en la sana doctrina?
Es hora de ser de alguna manera, también padres para las generaciones que vienen detrás de nosotros, donde la fe y la razón sean nuestras principales aliadas, que dentro de los cuatro criterios para ser reconocido “padres de la Iglesia” que son la antigüedad, ortodoxia, santidad y aprobación, por lo menos nos acompañen con nuestro testimonio firme la ortodoxia y la santidad, en pocas palabras, ¡hagamos la tarea!
...