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Raíces pentecostales


Enviado por   •  19 de Octubre de 2016  •  Reseñas  •  2.302 Palabras (10 Páginas)  •  2.752 Visitas

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SEMINARIO BÍBLICO CENTRAL  A. D.

GUIA PARA INFORME DE LECTURA.

Estudiante Olga Vargas

Programa   sabatino

Asignatura introducción a la teología              

Fecha 10 de Octubre 2013

  1. Titulo del texto o documento RAICES TEOLÓGICAS DEL PENTECOSTALISMO

  1. Autor  Donald W Dayton _             Paginas leídas 128
  1. Breve resumen.  

Los orígenes del pentecostalismo en América Latina se remontan a la actividad de los misioneros independientes que llegaron a compartir su nueva experiencia “El Bautismo del Espíritu Santo” ya que no fueron enviados como parte de una estrategia misionera denominacional sino respondiendo a un llamado divino recibido en el momento de recibir el bautismo del Espíritu Santo, tanto así que esta experiencia hacía parte del mensaje de salvación.

Las características del pentecostalismo latinoamericano 1. El valor de lo personal e individual por encima de lo estructural o denominacional 2. El valor de la experiencia espiritual por encima de la articulación teológica.

La predicación y el énfasis sobre la teología de la prosperidad han relegado a un segundo plano una de las raíces fundamentales del pentecostalismo el Bautismo del Espíritu Santo.

Donald Dayton a través de su trabajo sintetiza las raíces teológicas de toda iglesia que se llame pentecostal: Jesucristo como salvador, bautizador con el Espíritu Santo, sanador y rey que vendrá nuevamente. Lo que demuestra que el pentecostalismo es mucho más que hablar en lenguas

La literatura crítica se ha inclinado por lo general a  atacar al pentecostalismo con el epíteto de “nuevo movimiento de lenguas”.

Las iglesias pentecostales eran aquellas cuyos miembros hablaban en lenguas.  La glosolalia (capacidad sobrenatural para la vocalización de un idioma existente pero desconocido al que habla) no puede definir al pentecostalismo o distinguirlo plenamente de otros movimientos cristianos o religiosos, dado que en el siglo XIX en Norteamérica la glosolalia aparición en un grupo llamado shakers y mormones.  

David W. Faupel al desarrollar el trabajo de predecesores como Klaude Kendrick y Everett Moore divide las iglesias y los movimientos pentecostales en tres grupos de acuerdo con sus temas teológicos distintivos:

  1. Los que enseñan una doctrina de la santificación en la tradición wesleyana de la santidad (“las tres obras de gracia” mantienen que la experiencia cristiana va de un patrón de conversión, seguido de una completa santificación, y posterior a eso el Bautismo en el Espíritu Santo, que capacita al creyente para testificar y servir, hecho que es evidenciado por el hablar en lenguas.
  2. Los que se reducen a dos obras de gracia  al unir las dos primeras en una obra acabada que se va complementando con un proceso de santificación y un posterior bautismo en el Espíritu Santo.
  3. Los que sostienen una visión de la divinidad como unidad o “solo Jesús” (proclamando un unitarismo evangélico de la segunda persona de la trinidad).

El término de “evangelio completo” involucra “las tres obras de la gracia” mas “la sanidad divina por fe” y “la segunda venida de Jesucristo”.

Stanley Horton desarrolla en su manual de entrenamiento (Hacia toda la verdad) las cuatro enseñanzas fundamentales: salvación, sanidad, el bautismo del Espíritu Santo y la segunda venida de Cristo porque estas cuatro enseñanzas fundamentales han recibido un énfasis y una iluminación especiales por parte del Espíritu Santo durante el actual avivamiento pentecostal. Este patrón halla su expresión más clara en el trabajo de Aimee Semple McPherson (fundadora de la Iglesia del Evangelio Cuadrangular) quien lo resume así: “Jesús nos salva Juan 3:16, Nos bautiza con el Espíritu Santo Hechos 2:4, cura nuestros cuerpos Santiago 5:14-15 y volverá de nuevo a recibirnos con él 1 Tesalonicenses 4:16-17.

 

Estos cuatro elementos expresan la lógica íntima del movimiento. Aunque están presentes por separado, estos cuatro temas se incorporan dentro del pentecostalismo de tal manera que se refuerzan unos a otros.

Movimiento Pentecostal: Al igual que en la iglesia primitiva, el creyente moderno se convierte en un discípulo de Jesús y recibe la plenitud del bautismo del Espíritu Santo en experiencias separadas. El pentecostalismo sostiene que los milagros de sanidad ocupan un lugar integral dentro del ministerio de Jesús e insiste en que éstos pueden experimentarse en nuestra época porque son parte de la experiencia pentecostal de la iglesia primitiva.

Movimiento de la Lluvia Tardía: Ilustra como la expectativa del inminente retorno de Cristo está ligada a otros elementos del evangelio de los cuatro puntos.  El derramamiento especial del Espíritu que restaura los dones en los últimos días como parte de la preparación para la siega, el retorno de Cristo en gloria.

El surgimiento del pentecostalismo fue parte de una lucha permanente por entender y hacer vital el nuevo testamento para nuestro tiempo. Lo nuevo en el pentecostalismo en relación con sus antecesores deja ver que algunos intérpretes han remontado las raíces del pentecostalismo a la doctrina católica y anglocatólica, el argumento de ellos se fortalece en el hecho de que aquellas tradiciones también han tendido a mantener un sentido de lo “milagroso” hasta el presente no solo dentro de su sistema sacramental, sino al afirmar ciertos milagros de sanidad (en relación con su concepto de la naturaleza de la santidad).

Otros intérpretes han creído ver las raíces del pentecostalismo en el puritanismo y afirman que es posible trazar una línea directa de influencia a partir de las enseñanzas puritanas sobre el Espíritu Santo.

Otra raíz es el pietismo; el pietismo alemán tendía a romper la dialéctica luterana al poner el énfasis en el hecho de que al obtener la gracia de Cristo uno podía vencer el pecado y el mundo.

Wesley enseñó el “premilenarismo” que era ortodoxo en cuanto al tema de la sanidad divina.  Se inclinaba más por hablar de que se debía experimentar “la gracia de la justificación”, además tenía una doctrina de salvación muy compleja dentro de la cual la conversión no era más que uno de los diversos momentos del proceso.

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