Resumen De Las Creencias De La 15-20
ashanty1717 de Junio de 2013
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Por el bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y en la resurrección de Jesucristo y testimoniamos nuestra muerte al pecado y nuestro propósito de andar en novedad de vida. De este modo aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, llegamos a pertenecer a su pueblo, y somos aceptados como miembros por Su Iglesia. El bautismo es un símbolo de nuestra unión con Cristo, el perdón de nuestros pecados y nuestra recepción del Espíritu Santo. Es por inmersión en agua y es contingente sobre una afirmación de fe en Jesús y evidencia de arrepentimiento del pecado. Tiene lugar tras la instrucción en las Santas Escrituras y la aceptación de sus enseñanzas.
Romanos 6:1-6; Colosenses 2:12-13; Hechos 16:30-33; Hechos 22:16; Hechos 2:38; Mateo 28:19-20.
La Cena del Señor es una participación en los emblemas del cuerpo y de la sangre de Jesús, como expresión de fe en Él, nuestro Señor y Salvador. En esta experiencia de comunión Cristo está presente para fortalecer su pueblo. Al participar, gozosamente proclamamos la muerte del Señor hasta que regrese de nuevo. La preparación para la Cena incluye el examen de conciencia, arrepentimiento y confesión. El Maestro instituyó la ceremonia del lavamiento de pies para representar una limpieza renovada, para expresar la disposición de servir unos a otros en humildad semejante a la de Cristo, y para unir nuestros corazones en amor. El servicio de Comunión o Santa Cena está abierto a todos los cristianos creyentes.
1 Corintios 10:16-17; 1 Corintios 11:23-30; Mateo 26:17-30; Apocalipsis 3:20; Juan 6:48-63; Juan 13:1-17.
Dios confiere a todos los miembros de su Iglesia, en todas las épocas, dones espirituales que cada miembro debe emplear en amante ministerio por el bien común de la Iglesia y de la humanidad. Siendo otorgados por la actuación del Espíritu Santo, el cual distribuye a cada miembro como quiere, los dones proveen todas las aptitudes y ministerios que la Iglesia necesita para cumplir sus funciones divinamente ordenadas. De acuerdo con las Escrituras incluye tales ministerios como la fe, sanación, profecía, proclamación, enseñanza, administración, reconciliación, compasión, servicio abnegado, caridad para ayudar, y exhortación y aliento a las personas. Algunos miembros son llamados por Dios y dotados por el Espíritu para funciones reconocidas por la Iglesia en ministerios pastorales, evangélicos, apostólicos y de enseñanza. particularmente necesarios para capacitar a los miembros para el servicio, edificar a la iglesia para una madurez espiritual y fomentar la unidad de fe y el conocimiento de Dios. Cuando los miembros emplean esos dones espirituales como fieles mayordomos de la variada gracia de Dios, la iglesia es protegida de la destructiva influencia de la falsa doctrina, tiene un crecimiento que proviene de Dios y es edificada con fe y amor.
Romanos 12:4-8; 1 Corintios 12:9-11, 27-28; Efesios 4:8, 11-16; Hechos 6:1-7; 1 Timoteo 3:1-13; 1 Pedro 4:10-11.
Uno de los dones del Espíritu Santo es el de profecía. Este don es una característica distintiva de la Iglesia remanente y fue manifestado en el ministerio de Ellen G. White. Como mensajera del Señor, sus escritos son una continua y autorizada fuente de verdad y proporcionan consuelo, guía, instrucción y corrección a la Iglesia. Sus escritos también dejan claro que la Biblia es la regla por la que debe ser probada toda enseñanza y experiencia.
Joel 2:28-29; Hechos 2:14-21; Hebreos 1:1-3; Apocalipsis 12:17; Apocalipsis 19:10.
Los grandes principios de la Ley de Dios están incluidos en los Diez Mandamientos y ejemplificados en la vida de Cristo. Expresan el amor, la voluntad y los propósitos de Dios respecto la conducta y relaciones humanas, y son vinculantes a todas las personas de todas las épocas. Esos preceptos constituyen la base del pacto de Dios con su pueblo y la norma en el juicio de Dios. A través de la
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