“Semillas del Evangelio en el corazón del mundo”

Palabras de Despedida – Conclusión de la carrera CIENCIAS SAGRADAS

Buenas noches a todos los presentes

Es muy grato para mí, representar y compartir con ustedes estas palabras en nombre de mis compañeros y amigos.

Esta noche, marca el fin de uno de los caminos más importantes que hemos elegido para nuestra vida en estos últimos tres años. Hace tres años cada uno dio un salto mortal, se aventuró a hondar en el misterio de esta carrera, que lejos de tenerla clara, comenzamos poco a poco a descubrirla. Hace tres años paso a paso peregrinamos un caminito lleno de expectativas, experiencias, desafíos, anhelos, entregas que, al compartirlo fue gestando una familia.

Cada uno con su historia ha ido dejando un poco de si, su propia marca, nos hemos conocido y acompañado, hemos rezado, llorado, reído a carcajadas, hemos cuestionado, enojado, nos ha interpelado la carrera, Dios, porque en el fondo descubrimos que en nosotros estaba el anhelo de aprender a amar, una búsqueda incansable de la verdad y libertad. Una recta intención de compartir con otros y construir el Reino.

Estos años sin dudas fueron transformadores, lo que empezó como el motivo de conocer para compartir, ha sido un viaje hacia el interior de nosotros mismos, conocernos, aceptarnos, entender el porqué de nuestra historia, saber que, para amar, para descubrir la misión, no se sabe de limite, no importa los años, la condición, siempre de nuevo puedo lanzarme, permitir que Dios hable a través de cada acontecimiento, de los demás, en el silencio. Todo es un llamado de amor, volver la mirada a él.

Por momentos el camino no ha sido fácil, hubo veces en las que trastabillamos, temores, miedos, luchas internas, los tiempos, el amor exige prueba, la semilla tiene que morir para florecer. Por ello elegimos el lema que nos acompaña. “Semillas del Evangelio en el corazón del mundo”.

Semillas que, en la simpleza, en lo natural, en la pequeñez, pasen desapercibidas.

Como semilla que se entierra, queremos ser custodia transparente y fiel, portadores de Cristo y de María en nuestro tiempo. Somos semillas con una mirada que transforma, somos semillas cuando una caricia sana heridas, somos semillas cuando salimos de nosotros y vamos al encuentro, ese encuentro que abre el corazón. Somos semilla cuando en el silencio nuestros gestos reflejan a Dios, somos semillas cuando una palabra da paz, acompañamos, surgen ideales, cuando tenemos un gesto de misericordia, cuando nos esforzamos para saber, cuestionar y libremente adherirnos al querer de Dios, cuando desde nuestra originalidad, que con amor autentico se entrega como instrumento para ser fecundo.

Hoy comienza el tiempo de la misión creativa, sencilla y profunda. El señor marca los surcos que nos esperan, el señor cosecha los frutos de las entregas, él también hace resplandecer el misterio de su pequeñez

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