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Sigue Venciendo El Mal Con El Bien


Enviado por   •  30 de Junio de 2014  •  1.973 Palabras (8 Páginas)  •  215 Visitas

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“Sigue venciendo el mal con el bien”

3 Nehemías sirvió en la corte del rey Artajerjes de Persia. Aunque estaba rodeado de paganos, se negó a “amoldarse” al “sistema de cosas” de sus días (Romanos 12:2). Al comprender que era necesario reconstruir las murallas de Jerusalén, estuvo dispuesto a sacrificar su cómoda vida, emprender el extenuante viaje a Judá y dirigir aquella enorme tarea (Romanos 12:1). Pese a ser el gobernador de la ciudad, trabajaba todos los días junto a sus hermanos israelitas, “desde que ascendía el alba hasta que salían las estrellas”. Así fue posible terminar la reconstrucción en tan solo dos meses (Nehemías 4:21; 6:15). Sin duda, fue toda una proeza, y más teniendo en cuenta que durante las obras los israelitas soportaron oposición de diversos tipos. ¿Quiénes eran los adversarios de Nehemías, y qué se proponían?

4 Los principales adversarios fueron Sanbalat, Tobías y Guésem, hombres influyentes que vivían cerca de Judá. Eran enemigos del pueblo de Dios, y por ello “les pareció algo muy malo el que [Nehemías] hubiera venido para procurar algo bueno para los hijos de Israel” (Nehemías 2:10, 19). Estaban resueltos a impedir que Nehemías llevara a cabo sus planes de reconstruir las murallas, aunque para ello tuvieran que servirse de sucias trampas. ¿Qué ocurriría? ¿Se dejaría “vencer por el mal” Nehemías?

“Se encolerizó y se ofendió”

5 Armándose de valor, Nehemías dirigió esta exhortación al pueblo: “Reedifiquemos el muro de Jerusalén”, a lo que ellos contestaron: “Levantémonos, y tenemos que edificar”. El propio Nehemías indica que “fortalecieron sus manos para la buena obra”. Luego describe la reacción de los enemigos: “Empezaron a escarnecernos y a mirarnos con desprecio y a decir: ‘¿Qué es esta cosa que ustedes están haciendo? ¿Contra el rey se están rebelando?’”. Pero Nehemías no se dejó intimidar por las burlas y calumnias de sus enemigos. Más bien les señaló: “El Dios de los cielos es Quien nos otorgará éxito, y nosotros mismos, los siervos de él, nos levantaremos, y tenemos que edificar” (Nehemías 2:17-20). Nehemías estaba decidido a seguir adelante con “la buena obra”.

6 Uno de aquellos enemigos, Sanbalat, “se encolerizó y se ofendió” muchísimo, de modo que se volvió más agresivo en sus ataques verbales. “¿Qué están haciendo los endebles judíos?”, preguntó en son de burla, y agregó: “¿Harán vivir las piedras de entre los montones de escombros polvorosos?”. Y Tobías le hizo coro con este comentario despectivo: “Si una zorra subiera [...], ciertamente derribaría su muro de piedras” (Nehemías 4:1-3). ¿Qué hizo Nehemías entonces?

7 Nehemías no hizo el más mínimo caso a las burlas y, en obediencia al mandato divino, no se vengó (Levítico 19:18). Dejó las cosas en manos de Jehová, orándole así: “Oye, oh Dios nuestro, porque hemos llegado a ser objeto de desprecio; y haz que el oprobio de ellos vuelva sobre su propia cabeza” (Nehemías 4:4). Jehová había declarado: “Mía es la venganza, y la retribución” (Deuteronomio 32:35). Y Nehemías confiaba plenamente en aquellas tranquilizadoras palabras. De modo que Nehemías y su pueblo siguieron “edificando el muro” sin dejarse distraer. “Todo el muro vino a estar unido hasta la mitad de su altura, y el pueblo continuó teniendo corazón para trabajar.” (Nehemías 4:6.) Como vemos, los enemigos de la adoración pura no lograron parar las obras. Ahora bien, ¿de qué maneras podemos nosotros seguir el ejemplo de Nehemías?

8 Es posible que nosotros también tengamos que soportar burlas y calumnias, que pudieran provenir de compañeros de estudios o de trabajo e incluso de familiares. En muchas ocasiones, lo mejor es actuar de acuerdo con las siguientes palabras de la Biblia: “Hay un tiempo [...] de callar” (Eclesiastés 3:1, 7). Por eso, al igual que Nehemías, no pagamos con la misma moneda (Romanos 12:17). En vez de responder con palabras hirientes, oramos con confianza al Dios que promete: “Yo pagaré” (Romanos 12:19; 1 Pedro 2:19, 20). Así no permitimos que los enemigos nos distraigan de nuestra comisión de predicar las buenas nuevas del Reino de Dios y hacer discípulos (Mateo 24:14; 28:19, 20). Cada vez que salimos a predicar, a pesar de la oposición, demostramos una actitud tan decidida como la del fiel Nehemías.

“Ciertamente los mataremos”

9 Cuando los enemigos de la adoración verdadera se enteraron de que “la reparación de los muros de Jerusalén había adelantado”, tomaron sus espadas para “pelear contra Jerusalén”. El panorama que tenían ante sí los judíos no era nada alentador: al norte estaban los samaritanos; al este, los ammonitas; al sur, los árabes, y al oeste, los asdoditas. Jerusalén estaba rodeada; no parecía haber escapatoria. ¿Qué harían sus reconstructores? “Oramos a nuestro Dios”, dice Nehemías. Los adversarios lanzaron la siguiente amenaza: “Ciertamente los mataremos y haremos cesar la obra”. Ante aquello, Nehemías asignó a los trabajadores la tarea de defender la ciudad “con sus espadas, sus lanzas y sus arcos”. Humanamente hablando, aquel puñado de judíos no tenía ninguna posibilidad ante la arrolladora fuerza enemiga. Pero Nehemías los animó diciendo: “No tengan miedo [...]. Tengan presente a Jehová el Grande y el Inspirador de temor” (Nehemías 4:7-9, 11, 13, 14).

10 De repente, la situación dio un giro al suspenderse el ataque. ¿La razón? “El Dios verdadero había frustrado [aquel plan]”, dice Nehemías. Aun así, él sabía que sus adversarios seguían representando una amenaza, por lo que se encargó de que los trabajadores adoptaran algunas precauciones. Desde entonces, “cada uno estaba activo en la obra con una mano, mientras la otra mano tenía asido el proyectil”. Además, Nehemías asignó a un hombre para que les avisara con el toque del cuerno en caso de ataque. Y, más importante aún, fortaleció la confianza de todos diciéndoles: “Nuestro Dios mismo peleará por nosotros” (Nehemías 4:15-20). Animados y preparados para repeler cualquier agresión, prosiguieron la obra. ¿Qué lecciones extraemos de este relato?

11 La oposición que sufren los cristianos puede ser muy violenta. En algunos países, los enemigos

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