EL BIEN Y EL MAL
viringonzalez12 de Septiembre de 2014
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El bien y el mal
Desde pequeños nos sentimos presionados sobre lo que hay que hacer o lo que no. “No toques eso”, “no lo debes hacer”, “No digas eso, suena mal”… son algunas de las tantas frases o palabras que escuchamos constantemente y que están instauradas en la sociedad. Pero, ¿Qué se debe hacer?, ¿Quién decide lo que está bien y lo que está mal?
Si hablamos del bien y del mal, estamos introduciéndonos en lo que se denomina Moral. La moral, entendida como reglas o normas por las que se rige el comportamiento o la conducta de un ser humano en relación a la sociedad (normas sociales), a sí mismo, y a todo lo que lo rodea. Hablar de moral es reflexionar acerca del comportamiento, de las actitudes, de las opciones de una persona. Hablar de moral es pensar también acerca de las consecuencias de ese comportamiento. Hablar de moral es preguntarnos si esos comportamientos y actitudes ayudan o no a la realización y a la felicidad de la persona.
Según Nietzsche, la moral es una ley contraria a la condición de ser libre, atenta contra la razón. La moral pretende evitar por medio de los métodos más crueles que el hombre tome contacto con las múltiples decisiones que le son propias. La moral es una fuerza terrible y engañadora que ha corrompido a la humanidad entera. Es la gran mentira de la vida, de la historia, de la sociedad.
Siguiendo con la línea de pensamiento, queramos aceptarlo o no, todos los seres humanos presentamos en alguna ocasión de nuestra vida, cierta dualidad, una ardua pelea entre lo correcto y moralmente aceptable contra los instintos más bajos y superficiales que tenemos.
Muchas veces, me atrevería a decir, nos vemos tentados por esa parte malévola que, lo deseemos o no habita dentro de nosotros.
Esta dualidad o incertidumbre se hace presente en la literatura, la ficción refleja en su narración la problemática de un hombre que se debate entre el bien y el mal, relegando la psicología humana, debatiéndose entre una vida honorable, brillante y una vida prohibida de gustos y placeres.
Es el caso de la novela de Robert Louis Stevenson, que en sus páginas nos brinda un relato misterioso en el que se oculta una disputa moral. En la novela se relata la continua pelea entre los dos entes que habitan dentro de un solo cuerpo, y somos los lectores los responsables de descubrir la razón de una transformación provocada y tan deseada por el personaje. ¿Trataría acaso de satisfacer sueños y placeres deseados e inconclusos? O, ¿Sería una estrategia para comprobar sus invenciones y divertirse con ellas?
Sueños o placeres que psicoanalíticamente hablando, son claras realizaciones de deseos del inconsciente. Un inconsciente que para Freud es el lugar donde se encuentran los deseos, instintos y recuerdos que el sujeto reprime por resultarle inaceptables, fundamentalmente a causa de sus propias valoraciones morales; es la capa más profunda de la mente y se identifica en gran medida con el ello. Con todo, parte del super-yo también puede incluirse en el inconsciente en la medida en que no siempre el sujeto es consciente de sus propias valoraciones morales y de la actuación de dichas valoraciones en su vida psíquica y su conducta.
“Yo fui el primero que dispuse de un "matón" que mandaba por ahí para que me proporcionase satisfacciones. Fui el primero en disponer de otro yo mismo que podía en cualquier momento desembridarse para gozar de toda libertad, como un chiquillo de escuela en sus escapadas, sin comprometer mínimamente la dignidad y la seriedad de mi figura pública”, relata el Dr. Jekill en su confesión.
Pero volviendo a mi pregunta inicial, ¿quién escoge qué está bien o qué está mal?.Pienso que en la sociedad donde vivimos, el bien, está instaurado con todo lo referente a lo bueno, a lo correcto, a lo justo; por el contario, el mal se aboca a lo
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