Sincretismo
andreina61737 de Noviembre de 2013
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INTRODUCCION: ( MODIFICAR )
Introducción.-
La investigación sobre sincretismo religioso, se limitan en gran parte de los casos a identificar en los ritos el fenómeno del sincretismo. El presente trabajo, que parte del estudio sobre la fiesta de Santa Vela Cruz, intenta mostrar también el proceso del sincretismo religioso, sus incidencias sociológicas en el imaginario colectivo y su relación con los sistemas económico, político, social hegemónico.
Cultura.-
Es toda esa compleja totalidad que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, hábitos y capacidades cualesquiera adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad. La cultura se refiere a todos los conocimientos, capacidades, hábitos y técnicas adquiridos o heredados socialmente, es decir, no heredados biológicamente. La cultura implica por lo menos tres dimensiones: dimensión material (instrumentos de trabajo, armas, utensilios, tejidos, sistemas de riego, de cultivo, construcción de sus viviendas, etc.), dimensión simbólica (ideas, valores, ritos, creencias), dimensión social u organizacional (instituciones o canales por donde circula el poder: escuela, familia, gobierno, costumbres, hábitos, leyes, etc.).Existen elementos que concurren a la formación de la cultura, a saber:
a) Subestrato.- Es la capa de cultura legadas por viejas culturas a las nuevas
b) Coestrato.- Son los elementos de estrato de otras culturas coetáneas o contemporáneas adaptadas o impuestas.
c) Estrato.- Se refiera a la cultura elaborada en un tiempo determinado. Todo estrato es producto de subestrato (influencia interna) y coestrato (influencia externa).
Ninguna cultura se desarrolló en aislamiento, siempre ha estado en contacto con otras, que se influenciaron mutuamente; a su vez ninguna cultura permanece estática (intacta, pura), de una u otra manera se produce cambio cultural. Estos cambios puede ser por:
a) Transculturación.- Es entendida como traslado de una cultura sobre otra o a otra pero de una cultura “superior” a otra “inferior” (implica conflicto).
b) La aculturación.- Se refiere a la aceptación de las pautas de cultura (material, espiritual) de otros pueblos (implica sumisión, violencia simbólica).
c) Contraculturación.- Resulta como consecuencia de las dos anteriores. Los pueblos de culturas “inferiores” mantiene algo de su cultura, manifestada en sus costumbres sus ceremonias y sus ritos mesclados con otra cultura.La religión dentro la cultura.-
La cultura y la religión no son dos esferas distintas. La religión es parte de la cultura, constituye parte de su dimensión simbólica; está cobra fuerza como fenómeno cultural debido a que ésta coadyuva en la a construcción de la identidad no solo individual sino también colectiva.Una buena parte del accionar moral, depende de la religión a su vez facilita la cohesión social a través de la configuración de un ethos colectivo de un habitis.
Sincretismo
La palabra sincretismo significaba mezclar, fundir dos visiones o cosas distintas. Un sincretismo es un intento de conciliar doctrinas distintas. Comúnmente se entiende que estas uniones no guardan una coherencia sustanciales
Es un intento de conciliar doctrinas distintas. Comúnmente se entiende que estas uniones no guardan una coherencia sustancial. También se utiliza en alusión a la cultura o la religión para resaltar su carácter de fusión y asimilación de elementos diferentes.
Sincretismo cultural en dos tradiciones venezolanas
Diablos Danzantes de Venezuela
La tradición de los diablos o diabladas se remonta a la Europa medieval y fue introducida en Venezuela durante el período de la Colonia española, probablemente durante el siglo XVI. En América existen diferentes organizaciones o cofradías de diablos pertenecientes a diferentes culturas europeas, lo cual nos confirma la expansión que se diera en este continente como manifestación de carácter popular religioso. Así, encontramos diabladas en Bolivia, Perú, Ecuador, Panamá, Brasil, México y otros países latinoamericanos enriquecidas con los aportes de sus respectivos pueblos. En Venezuela, la festividad de los diablos se realiza también el día de Corpus Christi, en una fecha variable entre mayo y junio, pero siempre durante un día jueves, para homenajear al Santísimo Sacramento. La comparsa de los diablos, paradójicamente, posee un gran sentimiento místico religioso y está fundamentada en el pago de promesas que sus devotos deberán hacer ante el Santísimo en el momento de su incorporación a esta cofradía. Existe una errónea creencia de que en Venezuela la festividad de los diablos se encuentra restringida solamente a la población de Yare (estado Miranda).
Esto se debe a que ha sido la cofradía más promocionada por las instituciones turísticas del país y, en consecuencia, es la expresión danzarina de la diablada más conocida en la actualidad. No obstante, en nuestro país se conocen manifestaciones de diablos en varios lugares, siendo el estado Aragua el que aglutina mayor número de pueblos incorporados a esta tradición: Chuao, Cata, Cuyagua, Choroní, Ocumare de la Costa, Turiamos. Asimismo la encontramos en Carabobo y en Guárico, principalmente en Orituco. En las poblaciones de San Rafael, Lezama y Altagracia, conservan la tradición al Santísimo Sacramento. También se observan las diabladas en Tinaquillo, estado Cojedes, y en la población de Naiguatá, en el estado Vargas, que destaca además por la tradición de San Juan Bautista, el Entierro de la Sardina y los Velorios del Niño.
La Fiesta de Corpus Christi El Corpus Christi es una fiesta religiosa que se celebra entre los meses de mayo y junio. Esta festividad nació en Europa en el siglo XII y, un siglo después, fue aprobado por la Iglesia. Esta tradición se celebra nueve (9) semanas después del Jueves Santo y luego de cuarenta días de la Ascensión. Esta fiesta del culto católico llegó a América a fines del siglo XVI. Ya para las primeras décadas del siglo XVII se acentuó la celebración en Caracas al ser animada con los cuadros teatrales que ofrecían las cofradías de negros y mulatos. Para García (2007), la danza de los diablos nació cuando el amo español culpó a los esclavos de una fuerte sequía y la presentó como castigo por su falta de fe. Para obtener el perdón debían danzar vestidos de “diablos”; de ahí que, según esta leyenda, el esclavo adoptó la figura del maligno, pero asociado al amo, y comenzó a recordarlo con rasgos y modales grotescos. Aunque los españoles creyeran en este acto como sinónimo de conversión, los esclavos rechazaban la figura del maligno y acrecentaban su devoción al Santísimo Sacramento para mostrar que, verdaderamente, el bien vence sobre el mal. Poco a poco fue acrecentando la fe y la devoción a través de promesas, peticiones de lluvia en tiempos de sequía, salud en las enfermedades, éxito en las cosechas…
Caracas y sus Diablos Danzantes
En la Caracas anterior a 1780, la fiesta de Corpus no se celebraba solamente en el templo, sino que se invadían las calles con su procesión solemne. En las esquinas de la carretera se levantaban altares monumentales (forrados de telas vistosas, cubiertos de santos en cuadros, adornos con flores) que abarcaban desde una acera hasta la otra y su altura era casi igual a la de los tejados de sus casas. Delante de la procesión del Corpus salía la tarasca, cuyo significado era el pecado. Estaba representada por un monstruo con figura de serpiente fabricado sobre una plataforma, la cual era conducida en hombros. Dentro del monstruo iba un hombre cuya responsabilidad era abrir y cerrarle la enorme boca a la tarasca y recoger lo que la concurrencia le tirara: frutas, dulces, centavos, etc. Es preciso destacar que esta monstruosa serpiente llevaba una silla sobre su lomo en la cual se sentaba un tarasquito que también recogía lo que podía de lo que le lanzaban a su mamá. Al llegar a cada uno de los altares, la procesión se detenía mientras que un grupo de niñas elevaba cánticos al Señor. El número de altares era entre cinco
(5) y siete (7). Las procesiones se realizaban por la mañana porque después del mediodía salían los diablitos por toda la parroquia, presididos por un diablo de máscara mayor que las demás y campana de burro junto al enorme rabo. Los de la comparsa llevaban una maraca en la mano derecha y un pañuelo de Madrás en la izquierda.
Las maracas les servían para bailar grotescamente delante de las ventanas ocupadas por las familias, y los pañuelos, para recoger las dádivas, las cuales les solicitaban a los vecinos tirándoles las piezas de tela cuadrada a través de las rejas.
Otro acompañante de los diablitos era el tambor, quien con sus roncos sonidos le daba un toque más de magnificencia a aquella barbaridad. Además, también participaban gigantes, cabezudos y dragones, entre otros.
La ceremonia de los Diablos Danzantes fue asimilada por negros esclavos y por mulatos libres. En este acto se les permitía expresarse a través de las danzas rituales que la fiesta de Corpus conservaba como tradición. De esta forma se operó un proceso sincrético o más de interculturación al incorporarse a esta magna fiesta de caracteres africanos, dándole una connotación netamente popular.
La iglesia de San Mauricio, hoy Santa Capilla, fue escenario tradicional de los famosos diablos de Corpus en Caracas. Luego, al percatarse los clérigos de la extrema popularización de dicha ceremonia religiosa en manos de las clases esclavizadas y marginadas de la sociedad caraqueña del siglo XVIII, decidieron suspender las diabladas como ritual
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