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Teatro indígena: Apacuana y la resistencia caribe frente a la conquista

cristianjjerezm15 de Enero de 2014

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PERSONAJES:

APACUANA Piache de la tribu Mariche 40 años

URIPATA Viejo Guerrero Edad indefinida

ITZCHEBA Muchacha combatiente 18 años

CUARICURIÁN Hijo de Apacuana 20 años

GUERRERO I

GUERRERO II

GUERRERO III

ITARAMAY El visteador

CHICURAMAY Cacique de los Mariches 50 años

ALFONSO GALEAS Capitán español

FERNÁNDEZ DE ANTEQUERA Otro capitán

CURA ALONSO

SOLDADO

VOCES

PRÓLOGO

GUERRERO I: Mostraremos ahora para ustedes

episodio de tiempo muy remoto,

que ocurrió en esta tierra cuando en ella

recio Conquistador plantó su bota

y el Caribe tornó su rostro duro

y apuró una saliva de amargura

y empuñó la macana de la guerra.

El fuego en su morada fue más rojo

y en su caliente cuerpo las arcillas

fraguaron con el odio sus volcanes…

!Era una lucha nueva lo sabía

y hacia ella marchó su paso grave!

GUERREO II: Trajeados para ensayos actuaremos.

GUERRERO III: No habrá escenografía ni estructuras.

GUERRERO I: Ni artificios de trastos y madera.

Ni vestuario ni gran utilería.

Sólo la fantasía tendrá vuelo,

y la imaginación campo y altura.

APACUANA: Yo encarnaré el papel de Piache altiva;

Apacuana llamada por los suyos.

GUERRERO I: Mujer con decidido atrevimiento

GUERRERO II: Y recia en su pasión y su estatura

CHICURAMAY: Seré Chicuramay, el macilento,

en cuyo cuerpo se conjuga el drama.

GALEAS: Y yo Galeas, capitán de Campo,

que piensa como piensa un castellano

de duros huesos y solar lejano.

CUARICURIÁN: Seré Cuaricurián el apacible

artista que soñaba asir luceros,

el que teje poemas con plumajes

y le gusta cantar por los senderos.

DONCELLA: Yo soy su enamorada…

(muestra a los otros indios).

Ellos, guerreros.

Mas no podemos presentarnos todos

iniciar es mejor la acción en vivo.

GUERRERO I: (A todos) Ocupen sus lugares

GUERRERO II: ¡Comencemos!

(Salen unos y otros, colócanse en sus sitios).

(Cambio de Iluminación).

(Suena una Flauta de carrizo, dulce, triste).

GUERRERO III: ¡Estamos en el rancho de Apacuana,

oculto por los montes del Mariche,

donde nuestra Nación se ha recogido

luego de las derrotas padecidas,

y muertos fueron los caciques bravos

y el Valle de Catuche fuera hollado

en manos invasoras y enemigas.

(Muestra a quienes preparan flechas y macanas)

Preparan ellos flechas y macanas,

y todo se promueve hacia la guerra,

pues pende la existencia del Caribe…

GUERRERO I: ¡De ganar o perderla!

GUERRERO III: ¡Ese es el drama!

GUERRERO II: Que las guaruras suenen y el fotuto;

y nazca el teatro, como flor de magia!

(Óyese sonar muchas guaruras, los carrizos y fotutos. Muy lejos ladran

unos perros y suena un clarín. Hay cambio de luces y los actores inician

su trabajo. En escena se han quedado Apacuana, la Doncella y los tres

Guerreros. Se ocupan de organizar y disponer las armas; flechas, mazos,

macanas, lanzas rústicas. Entra Uripata, agitado).

APACUANA: Uripata, qué ocurre, que ligero e inquieto, perturbado aquí te allegas

URIPATA: (Habla a todos)

Nuestro cacique, jefe de la guerra,

el que sabe de rutas y senderos

y dirige la flecha donde quiere,

herido está por mal que lo doblega

y ni andar puede, y ni mirar siquiera.

Sus brazos como ramas han caído

y su palabra yace adormecida

entre labios por fiebres macilentos

APACUANA: ¿Qué dice el Piache de los humos sabios

y mágicas palabras misteriosas?

URIPATA: Lo ensalma con tabacos y pociones

y suena junto al humo la maraca!

Para que de su cuerpo huyan los males

y vuelva la salud hasta sus venas!

APACUANA: Hay que esconderlo ya, guardar su vida;

es el único Jefe que nos queda

con la sabiduría de la guerra!.

Que nadie por la tribu diga nada.

Debemos ocultar al enemigo

que el cacique está mal o se nos muere!

GUERRERO III: Y que siga creyendo que él comanda

el torrente mortal de los flecheros!

GUERRERO I: Pero sin él, ¿acaso venceremos?

GUERRERO II: ¿Quién nos conducirá por los combates

con voz alerta y rapidez de trueno?

GUERRERO III: Carecemos de Jefes con su arrojo;

que sepan bien guerrear sobre los campos

y ordenar con sus voces el avance!

DONCELLA: Si no hay quien nos dirija perderemos

nuestra lucha que tanto ya nos cuesta;

y estas tierras serán del hombre extraño

cuyas plantas oscuras le envilecen!

APACUANA: Mariches, apretad ánimo y dientes!

No debe este suceso derrotarnos…

ni derrumbar nuestro ánimo agresivo…

GUERRERO I: Pero escucha Apacuana ¿Te das cuenta?

Carecemos ahora del valiente

que ha estado conduciendo la contienda!

APACUANA: Si el Consejo de Ancianos lo dispone

y nadie puede comandar la guerra…

que impuso el extranjero a nuestro pueblo,

lo haré yo…

URIPATA: ¡Sí!

GUERRERO III: ¡Te sobra valentía!

DONCELLA: ¡Y tienes energía de doncella!

URIPATA: El Consejo de Ancianos ha tratado

eso que nos ofreces, Apacuana!,

y a una sola voz ha decidido

que dirijas la tribu y su pelea

y libres nuestro suelo de hombre extraño.

APACUANA: (A Uripata)

Ve entonces a decirle que yo acepto

mandar en esta hora a nuestra gente

y que habré de guerrear hasta el momento

que salga el invasor de nuestra tierra!

(A los otros)

Cuando sean las flechas distribuidas

y brazos y macanas estén prestos

bajaremos al valle sin la luna

y escuchará de nuevo el enemigo

el grito belicoso del Caribe!

Y Sabrá de su puño y su bravura

y de la muerte que su brazo envía.

(Suena una guarura. El Guerrero I indaga qué ocurre)

GUERRERO I: Apacuana, ya llega Itaramay

al que mandamos vigilar de cerca

al intruso que todo nos destruye

APACUANA: Sabremos de sus armas y sus planes.

De lo que piensa, dice y ejecuta,

ese dueño de truenos y metales.

GUERRERO I: Podremos ordenar así el ataque

y en un combate fiero exterminarlo

junto con su peonada y sus bestias!

DONCELLA: Libraremos la tierra de sus pasos,

de su codicia siempre desatada,

de sus terribles fuegos y del odio

que a la caribe gente le dispara

el duro pedernal de su mirada!

GUERRERO III: ¡ Y así ha de suceder doncella Itzcheba

si en su duro pelear nos empeñamos!

(Llega Itaramay)

ITARAMAY: Vengo de escudriñar todas las rutas.

El enemigo cubre los caminos,

los ríos, las vertientes, las alturas.

Habita nuestras casas, se alimenta

con lo que hemos sembrado hace tres lunas

APACUANA: ¿Han crecido sus fuerzas?

ITARAMAY: ¿Han crecido…

Pero más ha crecido su arrogancia

y esa voluntad de someternos

a los yugos que tiene preparados!

Señor es de los valles y los ríos;

y extender sus dominios hace alarde

con voces de gozoso desafío!

APACUANA: Sí, allá está soberbio y orgulloso;

defendido por petos y aceros;

lastimando los valles con sus fuegos,

sus espadas, sus bestias y sus perros!

GUERREROS: (A coro)

Para que no olvidemos esa afrenta,

y revuélvase el odio en nuestra sangre

...

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