Titulo1i primera conferencia: existencia del mas alla

El misterio del más allá

Jaime Alberto Salas Reyes 2480611

Titulo1i primera conferencia: existencia del mas alla

Comenzamos bajo el manto y la mirada de la Santísima virgen de atocha, y el tema central lo constituye el misterio del mas allá. Son tres las razones por las cuales decidido el autor este tema que son:

• Trascendencia soberana.
• Enorme Eficacia sobrenatural.
• Palpitante Actualidad.

TRASENDENCIA SOBERANA:

Para el autor todos los problemas que un hombre se puede plantear sobre la tierra son pequeños y sin importancia, y pone un ejemplo de que a cualquier persona humana puedes preguntarle para que hace lo que hace y en el momento de preguntar cual es el significado de su vida no sabrá responder.

Estas son las preguntas mas trascendentes para las preguntas mas importantes para la humanidad que es el destino eterno.

ENORME EFICACIA SOBRENATURAL:

Con esto se refiere a la eficacia que tiene Dios para orientar las almas en su camino hacia Dios, este tema plante los grandes problemas de la vida humana, no se trata de una cosa fugaz y perecedera, se trata de nuestros destinos inmortales y esto le llama la atención hasta lo mas intimo de su alma a cualquier hombre reflexivo.

PALPITANTE ACTUALIDAD:

Este tema no envejece por tratarse del problema fundamental de la vida humana, no hay mas que contemplar el mundo, señores, para ver de que manera camina desorientado en las tinieblas por haberse puesto voluntariamente de espaldas a la luz.

No lograran poner en orden y concierto al mundo hasta que lo arrodillen a Cristo, ante aquel que es la luz del mundo. El mundo de hoy no se preocupa de sus destinos eternos, el mundo solo se preocupa por problemas banales hoy en día, desde la más remota antigüedad se enfrentan y luchan en el mundo dos fuerzas antagónicas, dos conceptos de la vida:

1. La concepción materialista, irreligiosa y atea, que no se preocupa sino de esta vida terrena y la concepción espiritualista que piensa en el mas allá. Se puede resumir con el concepto de un salón de baile que en su frontispicio tenga escrito: <>. Comamos y bebamos que mañana moriremos.
2. La concepción espiritualista, la que se enfrenta con los destinos eternos, la que se resume con una grandiosa catedral en cuyo frontispicio tenga escrito: ¡Hay un mas allá! . He aquí la disyuntiva formidable que no podemos permanecer indiferentes ante este problema colosal, porque queramos o no, lo tenemos todos con el simple hecho de nacer, el que solo vive de placeres y riquezas es un insensato , un loco que no se ha planteado nunca en serio el problema del mas ala y se hunde en su cieno, pero las personas con fe y sentido común se plantean la eternidad y sabe que ante el problema del mas allá no pueden permanecer indiferentes.

El autor destaca que no viene en plan apologético ya que la apologética solo es un instrumento para convencer al que no esta dispuesto a aceptar la verdad aunque brille ante el mas clara que el solo asi como lo dijo San Agustin. Un hombre que va en busca de la luz de la verdad sin pódela encontrar, porque la verdad no es mas que una y esa única verdad no puede ser llamada al tribunal del error, para ser juzgada y sentenciada por el.

No hay incrédulos de cabeza, pero si muchísimos incrédulos de corazón, no tienen argumentos contra la fe; Cuando el corazón esta sano cuando no tenemos absolutamente nada que temer a Dios, no dudamos en lo mas mínimo de su existencia. Renato Descartes quiso encontrar el principio fundamental de la filosofía planteando su famosa <>. Se propuso dudas sencillas para ver si encontraba alguna verdad de evidencia tan clara y palmaria que fuera absolutamente imposible dudar de ella, se dio cuenta que estaba pensando y al punto, lanzo su famoso entimema: <>.

Aún cuando no tuviéramos la certeza sobrenatural de la fe sobre la existencia del más allá, y aún cuando la simple razón natural no nos pudiera demostrar plenamente su existencia y tuviéramos que movernos únicamente en el plano de las simples probabilidades y hasta de las meras posibilidades, todavía, entonces la prudencia más elemental debería empujarnos a adoptar la postura creyente, aunque no tuviéramos la seguridad absoluta, ciertísima que tenemos ahora; aunque no fuera ni siquiera probable, sino meramente posible la existencia de un más allá con premios y castigos eternos (fijaos bien: con premios y castigos eternos), la prudencia más elemental debería impulsarnos a tomar toda clase de precauciones para asegurar la salvación de nuestra alma. Aunque no tuviéramos certeza absoluta, sino sólo meras conjeturas y probabilidades, valdría la pena tomar toda clase de precauciones para salvar el alma. Esto es del todo claro e indiscutible. Porque lo único que nos prohíbe la religión, lo único que nos prohíbe la Ley de Dios, es lo que degrada, lo que envilece, lo que rebaja al hombre al nivel de las bestias y animales. En el plano de la simple razón natural se pueden demostrar como dos y dos son cuatro, dos verdades fundamentales: la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. Estas son verdades de tipo filosófico, demostrables por la simple razón natural. Estamos tan seguros, y más, de la existencia del alma que la de nuestro propio cuerpo. En absoluto, el cuerpo podría ser una ilusión del alma, pero el alma no puede ser, de ninguna manera, una ilusión del cuerpo.

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