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Abraham Zabludovsky


Enviado por   •  17 de Junio de 2015  •  2.185 Palabras (9 Páginas)  •  366 Visitas

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Abraham Zabludovsky

Semblanza tomada de la Revista Lideres Mexicanos Tomo 15

"La arquitectura que no perdura no es válida: no se puede hacer arquitectura pasajera"

Como si fuera a proyectar una más de sus obras arquitectónicas, Abraham Zabludovsky se sienta ante la mesa de trabajo de su despacho-estudio en la colonia Lomas Reforma de la Ciudad de México: entrecruza sus dedos y ubica un punto fijo en el espacio con su mirada para darle forma a sus recuerdos que navegan en un mar texturas, colores, concreto materlinado y grano de mármol, elementos propios de un hombre cuya figura es sinónimo de arquitectura moderna mexicana. Abraham Zabludovsky nació el 14 de junio de 1924. Sus padres, Raquel y David Zabludovsky, eran una familia judía polaca que emigró a nuestro país en la década de los 20. Los hermanos de Abraham son Jacobo, destacado periodista mexicano reconocido internacionalmente, y Elena, mujer de entrañables recuerdos, desafortunadamente fallecida.

"La arquitectura es un arte, yo la disfruto mucho y la sufro".

Los primeros años de la familia Zabludovsky en la Ciudad de México transcurrieron en dos sitios muy populosos: la colonia de los Doctores y el rumbo del tradicional Mercado de la Merced, lugar en donde los padres de Abraham vivían y manejaban una tienda en donde vendían telas por kilo. La situación económica nunca fue holgada, pero David y Raquel estaban determinados a fomentar en sus hijos el hábito del estudio para trascender y aspirar un mejor nivel de vida. "Mis padres nos inculcaron que el único valor auténtico que se conserva durante la vida, con todos los vaivenes que tiene ésta, es lo que uno aprende. Lo que se tiene en la cabeza tiene un valor constante y es lo que siempre, en cualquier circunstancia, en cualquier país y momento tiene un valor definitivo en cuanto a poder afrontar las circunstancias de la vida". Inquieto por naturaleza, Abraham Zabludovsky supo desde pequeño el valor que representa el arduo trabajo. "Colaborábamos en la tienda y aprendimos, básicamente viendo, que los ingresos no eran fáciles, y que todo era el producto de un trabajo gigantesco. Nunca hubo un exceso, eso se transmitió y nos dio un anhelo de mejorar, nos hizo entender que junto con el conocimiento debe haber una capacidad constante de trabajo". Fue en una vecindad de la Merced, ubicada en la calle de San Jerónimo, en donde Abraham y Jacobo Zabludovsky encontraron la inspiración para estudiar y dedicarse a las actividades que los consagrarían años más tarde, como hombres destacados en su quehacer profesional. "En la vecindad en que vivía había dos personajes muy interesantes; uno era el portero, un maestro de obras que me llevaba de niño a ver sus construcciones, las cuales me empezaron a causar un misterio e interés al ver esas cimentaciones y paredes, que al principio no tenían congruencia y al final tenían una provocación en el espacio muy impresionante. También había un periodista, que era corrector de estilo del periódico El Nacional y era muy amigo nuestro, nos tenía gran cariño y se llevaba a Jacobo al periódico". Los ojos de Abraham Zabludovsky se maravillaban ante las edificaciones de la ciudad hacia finales de la década de los 30, y su percepción comenzaba a desentrañar los misterios de cada construcción con una visión crítica. "Me interesaban en particular los grandes cines, que se construían para cuatro o cinco mil personas. Muchas veces se hacían reproducciones de estilos que ya no existen; me acuerdo mucho del cine Cairo, que era una pseudoreproducción del estilo bizantino, y desde luego el famosísimo cine Alameda, reproducción del estilo de nuestra época colonial". Abraham Zabludovsky estudió la primaria en la escuela República de Perú y la secundaria, en la Secundaria 1. Despues de haber cursado los estudios de nivel medio superior en la Escuela Nacional Preparatoria, en San Ildelfonso, el joven Abraham entró a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Estos fueron años colmados de experiencias intensas por el momento histórico que vivía México, diversas corrientes ideológicas en las postrimerías del regimen de Lázaro Cárdenas y el principio de Avila Camacho. El país estaba en efervescencia, la situación mundial con el devastador efecto de la Segunda Guerra Mundial. "No teníamos conocimiento de la magnitud del Holocausto y lo que esto significó". Aún están frescas en la mente de Abraham Zabludovsky las ocho horas que esperó formado para ver el cadáver de León Trotsky, así como ser testigo de los discursos de una de las figuras prominentes en la historia de la Izquierda en México, Vicente Lombardo Toledano. Hombre cordial en su trato, Zabludovsky vivió una etapa clave en la Facultad de Arquitectura, al estudiar con el maestro Manuel Pani a quien escogió para su materia de composición y un año más tarde, ya estaba trabajando con él directamente. "Era un arquitecto muy relevante en esa época, con obras importantísimas. Pani tenía una visión del futuro de México, recién llegado de seus estudios en París, fue un personaje que tuvo una importancia singular en la historia de la arquitectura de nuestro país". La relación profesional con Pani, le dio la oportunidad a Zabludovsky de conocer todo su esquema de programas en materia de construcción para vivienda, como el caso de los bloques de condominios de 10, 12 y 15 pisos, con esta experiencia y el intercambio de puntos de vista con otros colegas obtuvo los elementos para iniciar formalmente en 1950 su actividad profesional. Con la perseverancia en el trabajo y el estudio fue obteniendo poco a poco clientes, aún siendo estudiante. En los últimos años de la carrera conoció a un prominente empresario en un lugar de veraneo, el cual hablaba de las obras que había construido y "yo al ubicarlo no tuve el menor recato y critiqué agresivamente lo realizado", provocando su enojo. Cual no sería mi sorpresa y agrado cuando meses más tarde me llamó y me dijo: cuando yo era estudiante como usted era rebelde, creo que es muy positivo, voy a hacer mi casa, quiero que la hagamos juntos, y esto fue el principio de una relación arquitecto-cliente muy fructífera en la que se me comisionó el diseño y construcción de varios proyectos, asumí responsabilidades, respondiendo a costos fijos, en donde la utilidad se iba si no se cuidaban los precios. La arquitectura es un oficio y el oficio se aprende trabajando. La arquitectura es un oficio y el oficio se aprende trabajando. La escuela es muy importante, pero el trabajo, contacto y experiencias de la obra son invaluables". Esta disciplina

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