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La psicología de las masas


Enviado por   •  31 de Agosto de 2013  •  Trabajos  •  1.966 Palabras (8 Páginas)  •  317 Visitas

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ntroducción.

La relación que tiene el individuo con todos los vinculo con los que se relaciona (pares, objeto de amor, etc.) pueden ser considerados fenómenos sociales. Estos entran en oposición con otros fenómenos que los hemos denominado narcisistas, donde la satisfacción pulsional se sustrae del influjo de otras personas o renuncia a estas.

La psicología de las masas trata al individuo como miembro de un linaje de un pueblo, de una casta, de un estamento, de una institución, o como integrante de una multitud organizada en forma de masa durante cierto lapso y para determinado fin.

Freud, parte de considerar a la pulsión social, como no originaria e irreducible, y contemplando la posibilidad de que su origen pueda hallarse en el seno de la familia.

Le Bon y su descripción del alma de las masas.

Le bon explica en “Psicología de las masas” la relación de los individuos con su medio: “… el rasgo mas notable de una masa psicológica: cualesquiera que sean los individuos que la componen (…), el mero hecho de hallarse transformados en una masa los dota de una especie de alma colectiva en virtud de cual sienten, piensan y actúan de manera exactamente distinta de cómo sentiría, pensaría y actuaría cada uno de ellos en forma aislada…”

Si los individuos dentro de una masa están ligados en una unidad, tiene que haber algo que los una, que sea lo característico de la misma. En la masa, según Le Bon, desaparecen las adquisiciones de los individuos y por lo tanto su peculariedad, lo heterogéneo se hunde en lo homogéneo.

Se establece de esta manera, un “promedio en los individuos de la masa”. Sin embargo, aparecen también nuevas propiedades a causa de:

- dentro de la masa el individuo adquiere un sentimiento de poder invencible que le permite entregarse a instintos que aislado no lo hubiese hecho. Así, tendrá menos motivos para controlarlo, porque dentro de la masa anónima, desaparece totalmente el sentimiento de la responsabilidad. Freud, agrega a esta causa que el individuo, al entrar a la masa, queda sometido a condiciones que le permiten echar por tierra las represiones de sus mociones pulsionales inconcientes. Las propiedades nuevas son, las exteriorizaciones de ese inconciente que contiene como disposición toda la maldad humana, y la desaparición de la conciencia moral (angustia social).

- una segunda causa es el contagio, contribuye igualmente a hacer que en las masas se exterioricen rasgos especiales y al mismo tiempo marcar la orientación de otros. En la multitud, todo sentimiento y todo acto son contagiosos, de tal manera que el individuo sacrifica su interés personal al interés colectivo.

- hay una tercera causa, la mas importante, que determina en los individuos de una masa particulares propiedades diferentes a las del individuo aislado, esta es la sugestionalidad, de la cual el contagio es solo un efecto. El individuo inmerso en una masa después de un cierto tiempo se encuentra en un estado singular, similar a la fascinación. La personalidad conciente ha desaparecido por completo, la voluntad y el discernimiento quedan abolidos. No tiene ya conciencia de sus actos. El contagio ha de ser una exteriorización de la sugestionalidad.

Por otra parte, este autor también plantea que la masa es impulsiva, voluble y excitable. Es guiada casi con exclusividad por lo inconciente. No soporta demora entre su apetito y la realización de lo apetecido. Aparece un sentimiento de omnipotencia, desaparece el concepto de lo imposible. La masa es influible, crédula y acrílica. Los sentimientos de la misma son simples y exaltados, solo es estimulada por estímulos desmedidos. En relación con la autoridad, quiere ser dominada y sometida la mismo tiempo.

- existe una cuarta causa, que tiene que ver con la idea de identificar el alma de las masas con el alma de los primitivos. En las masas las ideas opuestas pueden coexistir y tolerarse sin que su contradicción de por resultado un conflicto. Esta sujeta al poder “mágico” de las palabras. Además, nunca conocieron lo real, piden ilusiones, a las que no pueden renunciar, lo irreal siempre prevalece ante lo real.

Siguiendo la exposición de Le Bon, quien argumenta, que los individuos tan pronto se encuentran unidos se ponen instintivamente bajo la autoridad de un jefe. Entiende que los conductores adquieren su predicamento por las ideas que los fanatizan a ellos mismos. Tanto esas ideas, como los conductores tienen la característica de un poder “misterioso” denominado prestigio (paraliza por completo nuestra capacidad de critica), lo que provocaría la fascinación en la masa.

Otras apreciaciones de la vida anímica colectiva.

Todo lo que Le Bon expone, no aporta nada nuevo, ha sido dicho con anterioridad.

Bajo el nombre de “masas” se reunieron formaciones diferentes que es preciso distinguir. Las masas de las que habla Le Bon son las “masas efímeras”, que se aglomeran por la reunión de individuos de diversos tipos con miras a un interés pasajero. Pero también existen las “masas estables” a las que los seres humanos consagran su vida y que se encarnan en las instituciones de la sociedad.

La tarea consiste en procurar a la masa las mismas propiedades que eran características del individuo y se le borraron por la formación de masa. En efecto, el individuo poseía (fuera de la masa) su continuidad, su conciencia de si, sus tradiciones y usos, y se mantenía separado de otros con quienes rivalizaba. Esta especificidad es la que había perdido por su ingreso a la masa.

Sugestión y libido.

En una masa el individuo experimenta por influencia d ella, una alteración a menudo profunda en su actividad anímica. Su afectividad se acrecienta extraordinariamente, su rendimiento intelectual sufre una notable disminución. Ambos procesos apuntan a una nivelación con los otros individuos de la masa, resultado que solo puede alcanzarse por la cancelación de las inhibiciones pulsionales propias de cada individuo y por la renuncia a las inclinaciones que le se ha plasmado. Estos elementos pueden contrarrestarse mediante una organización mas elevada de las masas.

Freud rechaza la idea de la sugestionabilidad e intenta aplicar el concepto de libido, al que considera como la energía (considerada como magnitud cuantitativa) de aquellas pulsiones que tienen que ver con

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