Delincuencia informática, extorsión y fraude en tiempos modernos: Ransomware y phishing

Delincuencia informática, extorsión y fraude en tiempos modernos: Ransomware y phishing

Miguel Ángel Rea Flores

La tecnología es utilizada en todos lados, todo el tiempo y personas de todas las edades tienen acceso a internet para actividades laborales, educación o entretenimiento. Sin embargo, hay riesgos que no son tomados en cuenta por la mayoría de las personas o incluso en las empresas aún no se toman cartas en el asunto para prevenir ser víctimas de criminales a través de recursos tecnológicos.

La delincuencia informática son delitos que siempre han existido, pero tienen como instrumento recursos tecnológicos como dispositivos electrónicos e internet para realizar sus conductas delictivas. Delitos tales como conspiración, extorsión, fraude, sabotaje, robo, etc. No es nada nuevo, tan solo han ido evolucionando la manera en que se realizan estas actividades delictivas y la manera en que llegan a las víctimas.

Se debe hacer conciencia de que los delitos están ahí, son peligros reales y se debe hacer tanto como sea posible para garantizar la seguridad. Debido a la falta de medidas en seguridad por ejemplificar, este año miles de usuarios e incluso empresas multinacionales fueron afectadas por un ataque de extorsión utilizando un código malicioso que se encarga de bloquear el acceso a la información de la víctima y solicitar una cantidad monetaria a cambio de recuperarla a este tipo de ataques se le conoce como ransomware.

Empresas de todo el continente americano fueron afectadas por el ransomware llamado WannaCryptor en mayo de 2017 y a pesar de que en México no sucedieron grandes afectaciones, el ataque llegó hasta el país y se están tomando medidas y siguiendo protocolos para evitar ser afectados (Chávez, 2017). Estas conductas están afectando de manera masiva a muchas personas, este alcance hace más atractivo el panorama para los delincuentes.

Por otro lado, hay otros peligros a los que se está expuesto hoy en día, al estar todo el mundo conectado a través de internet para realizar distintas actividades, los atacantes pueden utilizar la ignorancia de las personas, el descuido; y a través de ingeniería social hacer que una víctima se confunda y revele información privada o que caiga víctima de algún delito.

Es muy fácil cometer fraude a través de la clonación de sitios web en donde un atacante fácilmente puede hacerse pasar por alguna empresa o institución para obtener contraseñas o donaciones, tan solo basta pagar el aproximado de 10 dólares por un nombre de sitio web y subirlo a algún servicio de alojamiento (Larson, 2017). Este tipo de sitios falsos podrían incluso contener códigos maliciosos que permitan el acceso ilícito a sistemas de información o equipos informáticos, todas estas conductas ya existían y tan solo utilizan otros recursos y medios digitales.

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