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El Diseño, Una Herramienta Para Responder A La Demana De La Sociedad

Edith103526 de Mayo de 2015

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El Diseño, una herramienta para responder a demandas de la sociedad

Aquiles Gay funag@sinectis.com.ar

En esta breve presentación vamos a tratar de dar una visión general del Diseño como fenómeno sociocultural e instrumento tecnológico para mejorar la calidad de vida, facilitar la inserción de los productos en el mercado y colaborar en el crecimiento económico del país.

El Diseño en general, como proceso o como producto, está presente en casi todos los ámbitos del quehacer humano, y marca la forma de pensar y de actuar tanto de las personas (usuarios o espectadores) como de las empresas productoras de bienes y servicios. Al nivel de las personas tiene presencia tanto en la sociedad en su conjunto, como en determinados grupos sociales. En la sociedad en su conjunto, prácticamente todos, desde los niveles más altos hasta a los más vulnerables, asocian muchos de sus hábitos, a marcas, modas, tendencias, en otras palabras al Diseño. Por ejemplo el uso de determinado tipo de vestimenta, sobre todo de- portiva, no sólo por cuestiones de comodidad, sino también de personalidad; yo suelo poner el ejemplo de las zapatillas. Y hablo de zapatillas porque se ha dado el caso de individuos que han llegado hasta a matar a alguien para robarle las zapatillas, no por que no tuvieran con qué calzarse, sino porque las zapatillas que robaban no eran zapatillas corrientes, sino que para ellos representaban algo más, eran un símbolo, y detrás de ese símbolo estaba el Diseño. Con esto quiero señalar que el Diseño interesa a todos los sectores, incluso también a los más vulnerables.

Esto al nivel de la sociedad en su conjunto, pero también al nivel de determinados grupos más reducidos, el Diseño satisface sus requerimientos estéticos suministrándoles sofisticados productos de gusto que podemos llamar exquisito. Y en cuanto a las empresas productoras de bienes y servicios, el Diseño es un factor importante tanto por el aumento del valor agregado, como por facilitar la inserción del producto en el mercado. El Diseño en general, es hoy un fenómeno sociocultural que abarca tanto el campo de la Cultura como el Económico-productivo. Como fenómeno sociocultural, y vinculado sobre todo al Diseño Industrial, tiene sus orígenes en la Revolución Industrial, y en una de sus consecuencias más significativas, la separación de las actividades de concepción de las de fabricación (alguien concibe y otros fabrican), lo que plantea una división técnica del trabajo. Esta división técnica del trabajo (concepción y fabricación) va generando las condiciones del surgimiento del Diseño Industrial como actividad específica.

En esta exposición nos centramos sobre todo en el Diseño Industrial, aunque muchas de las consideraciones que plantearemos pueden ser válidas también para otras ramas del Diseño, pero nos centramos en el Diseño Industrial, pues sin lugar a dudas tiene un papel estratégico en la economía nacional, por su importancia en el crecimiento económico del país.

Si bien la tendencia a separar estas dos actividades, concepción y fabricación, ya se habían puesto de manifiesto en la especialización planteada en la artesanía, en algunos casos para acrecentar la producción como consecuencia de la expansión del comercio, en otros para satisfacer requerimientos específicos (ejemplo: la manufactura de Gobelinos), fue la Revo- lución Industrial la que rompió definitivamente el esquema vigente y planteó la necesidad de proyectar el producto en todos sus detalles antes de producirlo industrialmente, estableciéndose así definitivamente la división técnica del trabajo, y en la etapa de fabricación la máquina comienza a marcar en forma indeleble al producto que pasa a ser impersonal en lo

referente a su fabricación, pero no en su concepción.

Antes de la producción industrial teníamos al artesano, que generalmente configuraba y construía simultáneamente, y hoy lo sigue haciendo, ya que en la producción artesanal no se plantea un trabajo de preconcepción sistematizada, mientras que en la producción industrial sí, pues es imposible fabricar industrialmente un objeto sin antes haber definido con precisión

todas sus características, debido a que es casi impensable introducir modificaciones durante el proceso de producción.

Hablando de la Revolución Industrial, que como hemos dicho plantea un nuevo sistema de producción, es interesante destacar que nace en Inglaterra (entre 1760-1830), cuando por requerimientos del mercado comienza a reemplazarse, no el esfuerzo físico o muscular del hombre, sino su trabajo manual por el trabajo de la máquina.

Recordemos que la máquina puede reemplazar tanto el esfuerzo físico o muscular (del hom- bre o de los animales) como el trabajo manual del hombre. El reemplazo del esfuerzo físico o muscular ya había tenido lugar antes con el empleo de los molinos de viento o de agua (rue- das hidráulicas), pero el reemplazo del trabajo manual comienza en Inglaterra (en su época gran productora de telas) cuando, frente a la ampliación de sus mercados como consecuencia de la expansión marítima, comienza a sentirse la falta de hilo (hasta entonces producido en ruecas) y se inventa la hiladora mecánica que reemplaza el trabajo manual del hombre por el de la máquina, lo que lleva a una producción de hilo que supera la demanda y frente a este superávit de hilo aparece otra invención, el telar mecánico que también reemplaza otra acti- vidad manual del hombre.

Estas dos máquinas, que marcan el comienzo de la Revolución Industrial, son respuestas tecnológicas a demandas de la sociedad, y en sus comienzos estuvieron movidas por ruedas hidráulicas, hasta que Watt inventa la máquina de vapor que las substituye como fuente de energía mecánica. Si bien se considera la máquina de vapor como el símbolo de la Revo- lución Industrial, es interesante recordar que la Revolución Industrial tiene su punto de par- tida antes de la invención de la máquina de vapor, y este punto de partida es el reemplazo del trabajo manual del hombre por el trabajo de la máquina.

Con la Revolución Industrial, que se inicia en el campo textil, comienza la mecanización de todas las actividades productivas. Evidentemente sin la máquina de vapor esta mecanización generalizada no hubiera sido posible pues la energía que suministraban las ruedas hidráulicas no hubiera sido suficiente, por lo que es entendible que se suela considerar la máquina de vapor como el símbolo de la Revolución Industrial.

Podemos decir que a partir de entonces se consolida en Europa la era de la máquina, era que había comenzado con el empleo de los molinos (de agua y de viento) como fuentes de ener- gía mecánica. Los molinos fueron el primer empleo sistemático de las fuerzas de la naturaleza como fuente de energía mecánica (hacemos exclusión de los barcos a vela). Si bien los mo- linos, como su nombre lo indica, se usaron en sus comienzos para moler. Rápidamente los europeos ampliaron su uso a otros campos como por ejemplo mover los fuelles de las fra- guas, las grandes sierras, el martillo pilón, etc. Un ejemplo interesante es el árbol de levas del martillo pilón. El eje motor es un árbol en uno de cuyos extremos está la rueda hidráulica (el molino de agua) y en el otro extremo las levas.

Con respecto a la máquina de vapor, podemos recordar que en el año 120 a.C. Herón de Alejandría había inventado la eolípila que ya planteaba al vapor como una fuente de energía mecánica, pero en su época la sociedad no requería nuevas formas de energía mecánica, tenía los esclavos, además no había grandes máquinas que mover, y por otro lado el desa- rrollo técnico de la época no posibilitaba una aplicación práctica de esta invención, pero si hubiera sido necesario no hubieran pasado casi 2000 años sin intentar desarrollarla.

Este ejemplo muestra claramente cómo una concepción tecnológica (o un desarrollo tecno- lógico) no entra en el campo de la innovación si no responde a reales requerimientos de la sociedad.

Es interesante destacar que la mecanización es lo que marca el despegue de Europa con

respecto al resto del mundo. Con el descubrimiento de la máquina (descubrimiento si así lo

podríamos llamar) y el consecuente desarrollo técnico, Europa se prepara materialmente para lanzarse a la conquista del mundo, y lo logra.

Recordemos que en esa época tanto en China como en los países árabes existía un nivel técnico comparable y en muchos casos superior al de Europa, pero la evolución de la técnica y de la mecanización en los países del continente europeo hace que todo comience a cambiar y en poco tiempo Europa pase a la cabeza del mundo.

La rápida expansión ultramarina de Europa fue posible merced al galeón artillado, un producto de la técnica, creado y perfeccionado por la Europa atlántica a lo largo de los siglos XV, XVI y XVII, este barco, poderoso en su época, permitió que los portugueses, los españoles, los holandeses y los ingleses impusieran el predominio Europeo en el mundo.

Si bien en los productos de esa época el Diseño está presente, no podemos hablar de Diseño Industrial porque la industria todavía no existía y en consecuencia no había producción in- dustrial. Al hablar de producción industrial se sobreentiende la fabricación por medio de máquinas y en serie. Cuando decimos en serie nos referimos más bien al método de pro- ducción, que a la cantidad de objetos, pues la serie puede ser de pocas unidades, y aun de muy pocas, lo que importa son las posibilidades de repetibilidad del producto, es decir las condiciones de producción.

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