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Gramineas


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2013  •  1.809 Palabras (8 Páginas)  •  383 Visitas

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¿Como entiende el concepto de seguridad pública?

… la seguridad pública es una función a cargo de la federación, el Distrito Federal, los estados y los municipios, en sus respectivos ámbitos de competencia, con el fin de proveer las acciones necesarias para dar seguridad al ciudadano y a su familia, así como garantizar el orden y la paz públicos

¿Que diferencias percibe entre la seguridad publica y la nacional?

seguridad pública, que es para cuidar la vida y la propiedad de los mexicanos, fue convertida por Carlos Salinas de Gortari en seguridad nacional. De entonces a la fecha, y siguiendo puntualmente los deseos de Washington (desde Reagan en 1986), se ha involucrado a las fuerzas castrenses en el combate al narcotráfico y la delincuencia organizada. A cambio, y esto no fue invento de Calderón, se ha aumentado el presupuesto de las fuerzas armadas permanentes, además de adquirir nuevo armamento.

Fue también con Salinas que se formó, en 1989, el gabinete de seguridad, con la participación de los militares. Vicente Fox le dio carta legal a dicho gabinete en abril de 2003. En aquel entonces lo integraban los secretarios de Gobernación, Defensa Nacional, Marina, Seguridad Pública, Hacienda y de la Contraloría, así como el director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), quien fungía como secretario ejecutivo. En la actualidad, por lo que leo en los periódicos, está compuesto por los mismos secretarios salvo los de Hacienda y Contraloría, y no es frecuente que se mencione al Cisen, cuyo papel ha sido sustituido, desde agosto de 2010, por Alejandro Poiré en calidad de secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional.

La diferencia entre seguridad pública y seguridad nacional salta a la vista, así como la sustitución de las fuerzas policiacas por las fuerzas militares. Pero si no es obvio, bastará decir que en la primera no hay argumentos para que participen soldados ni marinos, en tanto que en la segunda, tratándose de la seguridad interior, podría justificarse la intervención de los militares, ya que este tipo de seguridad está contemplada en la Ley Orgánica del Ejército y de la Marina. Esta maniobra conceptual fue deslizada poco a poco, primero poniendo militares o ex militares al mando de diversas policías (que en México no es un fenómeno nuevo), luego prestando miles de militares para integrar la Policía Federal Preventiva, y finalmente sustituyendo la intervención policiaca por la militar so pretexto de que ésta es coadyuvante de la anterior (lo cual ha sido una absoluta falsedad desde que el Ejército invadió la zona zapatista en Chiapas en 1995 sin ninguna base legal).

Con Calderón, la transmutación de lo civil en militar ha llegado a extremos inaceptables. Es tan grave la situación, incluso para instituciones antiguamente respetadas como el Ejército y la Armada, que se ha usado a éstas como policía preventiva y hasta ministerial, violando no sólo las leyes de las fuerzas armadas permanentes sino la Constitución de la República y el Código Penal Federal. La ilegalidad de la actuación de los militares en tareas que no les corresponden se demuestra también con un dato por demás simple: la iniciativa calderonista de la Ley de Seguridad Nacional supone dotar de legalidad las acciones de soldados y marinos en la absurda estrategia contra la delincuencia organizada. A confesión de parte, relevo de pruebas

Con Calderón, la transmutación de lo civil en militar ha llegado a extremos inaceptables. Es tan grave la situación, incluso para instituciones antiguamente respetadas como el Ejército y la Armada, que se ha usado a éstas como policía preventiva y hasta ministerial, violando no sólo las leyes de las fuerzas armadas permanentes sino la Constitución de la República y el Código Penal Federal. La ilegalidad de la actuación de los militares en tareas que no les corresponden se demuestra también con un dato por demás simple: la iniciativa calderonista de la Ley de Seguridad Nacional supone dotar de legalidad las acciones de soldados y marinos en la absurda e seguridad pública, que es para cuidar la vida y la propiedad de los mexicanos, fue convertida por Carlos Salinas de Gortari en seguridad nacional. De entonces a la fecha, y siguiendo puntualmente los deseos de Washington (desde Reagan en 1986), se ha involucrado a las fuerzas castrenses en el combate al narcotráfico y la delincuencia organizada. A cambio, y esto no fue invento de Calderón, se ha aumentado el presupuesto de las fuerzas armadas permanentes, además de adquirir nuevo armamento.

Fue también con Salinas que se formó, en 1989, el gabinete de seguridad, con la participación de los militares. Vicente Fox le dio carta legal a dicho gabinete en abril de 2003. En aquel entonces lo integraban los secretarios de Gobernación, Defensa Nacional, Marina, Seguridad Pública, Hacienda y de la Contraloría, así como el director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), quien fungía como secretario ejecutivo. En la actualidad, por lo que leo en los periódicos, está compuesto por los mismos secretarios salvo los de Hacienda y Contraloría, y no es frecuente que se mencione al Cisen, cuyo papel ha sido sustituido, desde agosto de 2010, por Alejandro Poiré en calidad de secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional.

La diferencia entre seguridad pública y seguridad nacional salta a la vista, así como la sustitución de las fuerzas policiacas por las fuerzas militares. Pero si no es obvio, bastará decir que en la primera no hay argumentos para que participen soldados ni marinos, en tanto que

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