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Ingeniero


Enviado por   •  18 de Febrero de 2013  •  1.061 Palabras (5 Páginas)  •  289 Visitas

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Fustel y la ciudad antigua: César Mendoza

OAXACA, México.- Nunca he leído un libro de los llamados “clásicos” que sea aburrido, son más bien libros lentos, sea por la forma en la que están escritos, porque nuestro español ha avanzado tanto desde sus primeras traducciones o porque las traducciones no eran buenas. También, es muy probable -al menos es mi caso-, que un libro de este tipo, escrito hace mucho tiempo, sea una fuente “primaria” con la cual nos hemos acercado a un tema que nos interesa.

A los clásicos siempre regresamos y aprendemos otra vez de ellos o se nos clarifican ideas, también se termina el libro que se ha quedado incompleto. Un clásico, desde mi perspectiva, no es un libro viejo, sino un libro con extrema vigencia que nos puede ayudar a comprender problemas actuales.

A “La ciudad antigua. Estudio sobre el culto, el derecho y las instituciones de Grecia y Roma” he regresado porque Fustel de Coulanges recuerda y demuestra que los cambios en las sociedades cuestan un tiempo largo, pero que hay lapsos determinantes que marcan el rumbo de las cosas. Nada es estático y para siempre, ni siquiera la religión como algo específico.

La religión siempre ha estado presente en la historia de la humanidad. Estaba antes que Grecia y Roma fueran los grandes referentes de civilizaciones europeas y occidentales. Antes que los mismos islámicos se encontraran con su Dios. Ha sufrido una evolución como todas las cosas, a pesar de que esté dominada por conservadores.

Fustel de Coulanges demuestra que las religiones que han existido en el mundo poco a poco cambian para no perder más terreno del que deben ceder ante cada “revolución” política y social que se manifiesta.

“La ciudad antigua” comienza señalando que las familias tenían su Dios, casa por casa, y que este se heredaba por medio del primogénito varón. Después, habla como esta pequeña tradición de los “dioses domésticos” dio paso a tener “divinidades” por cada pueblo o ciudad.

En un primer momento los dioses “domésticos” siguieron existiendo, pero ahora un Dios hermanaba o conectaba a diversas familias sin tener, forzosamente, un lazo consanguíneo.

La religión se convirtió en la base del derecho y regía las ciudades existentes. El poder político y el religioso estaban unidos por el culto, el cual mostraba lo que se tenía que hacer y guiaba el futuro inmediato de la población. La guerra comenzaba cuando el Dios lo consideraba correcto.

Como en toda comunidad o sociedad, siempre existió una clase gobernante, pero esta estaba por debajo de aquella que se dedicaba a interpretar los mandatos de los dioses.

Si la religión provoca la estabilidad social por medio de las reglas, se hacía respetar por medio de la espada que controlaba el gobernante y que los sacerdotes, cuando no eran líderes políticos a la vez, controlaban, todo estaba dado por siempre y el individuo, ni la clase, podían cambiar su destino. ¿cómo cambió esto?

La religión en lo particular no desapareció, simplemente evolucionó como institución y tuvo que comenzar a competir con el surgimiento de la “libertad individual”.

En un primer momento, las revoluciones de la antigüedad previas a la aparición del “cristianismo” muestran, según la investigación de Fustel de Coulanges

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