La Energía Y Los Recursos Energéticos
Peli0714 de Mayo de 2013
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La energía y los recursos energéticos
La energía nos permite que suceda casi todo el Universo y económicamente es un bien que nos permite satisfacer necesidades.
A través del tiempo, las necesidades del hombre han permitido que los recursos naturales renovables y no renovables constituyan la base indispensable para producir energía. De manera pues, que la tecnología y las necesidades, en conjunto, han dado paso a la evolución de la energía, buscando el recurso natural que mejor satisfaga las necesidades del hombre en cuanto a rendimiento, proceso de transformación y costo.
En la actualidad, el consumo de energía genera mayor demanda y muchos países (menos favorecidos con recursos energéticos) recurren a otros para satisfacer sus necesidades. Allí precisamente, los recursos energéticos adquieren importancia económica y son base fundamental de sustento para algunos países.
A continuación, explicaremos con más detalle cuales son los recursos energéticos más usados en el mundo, su proceso de evolución, su impacto ambiental y el lugar actual de Venezuela en el Mercado Energético.
ENERGIA
El Término energía tiene varias acepciones:
Dentro del campo de la física; la energía es la capacidad de realizar trabajos, fuerzas, movimientos relacionados con la idea de obrar, transformar o poner en movimiento. No podemos verla, solo descubrimos sus efectos. Es lo que permite que suceda casi todo en el universo: la vida, la luz, una corriente eléctrica, la carrera de un auto, una llama, un ruido o el viento. Ley de La conservación de la energía dice que esta no se pierde sino que se transformaron se la puede crear ni destruir, y cuando creemos que desaparece solo se ha convertido en otra forma de energía.
En el campo de la economía está más asociada a un recurso natural que se puede explotar y hacer uso industrial y económico del mismo. La energía en si misma nunca es un bien para el consumo final sino un bien intermedio para satisfacer otras necesidades en la producción de bienes y servicios.
IMPORTANCIA DE LA ENERGIA
La Evolución del hombre a lo largo de millones de años que tardó en llegar desde formas primitivas a su forma actual, está íntimamente vinculada con las distintas clases y cantidades de cada una de las energías de las que pudo disponer en cada época. El hombre primitivo, indefenso, desnudo, viviendo en grupos nómadas y sin un lenguaje estructurado, disponía de la sola energía de su propio cuerpo, provenientes de los alimentos que ingería, la que se multiplicaba cuando se reunían varios individuos con el fin de realizar determinado trabajo, por ejemplo cazar animales para comer o aprovechar sus partes. Una importante proporción de su propia energía corporal se consumía en desplazarse, recoger frutos y cazar para alimentarse, y luchar para defenderse de sus enemigos. Con el tiempo descubrió el valor del fuego, generalmente iniciado con esfuerzo por sus propias manos, y comenzó a aplicarloscon distintos fines: calentarse en el frío, ahuyentar fieras que podían atacarlo en la noche, poder ver lo que hacía en la oscuridad, tal vez para cocinar alimentos, principalmente porciones de animales, y hasta para construir armas y herramientas elementales. En algún momento algunos grupos humanos comenzaron a utilizar la energía de ciertos animales que pudieron domesticar, principalmente para acarrear cargas, él mismo entre otras. Esto fue un gran avance en esa época, porque le permitió multiplicar su potencia y su capacidad de desplazarse.
Mucho más tarde los pueblos que vivían cerca de superficies de agua, aprendieron a navegar sobre ellas por medio de canoas a remos, nuevamente utilizando para ese fin su energía física. Siempre muy lentamente, el hombre aprendió a aplicar la fuerza del viento para empujar velas montadas sobre sus primitivas embarcaciones, ahora transformadas en veleros, y así pudo navegar más rápido y con menor esfuerzo, por lo tanto más lejos. La navegación en barcos de velas impulsadas por el viento para viajar por ríos, lagos y finalmente mares, junto con el uso del caballo, el camello, el elefante y otros animales de carga para desplazarse por tierra, hicieron posible la exploración y conquista de todo el mundo por parte de distintas civilizaciones a lo largo de muchos milenios.
El comercio internacional no hubiera sido posible en aquellos tiempos sin esos medios de transporte, que utilizaban sólo energía natural, por lo tanto no contaminante. La energía del viento sobre las aguas y la tierra y sobretodo la potencia de los equinos, camellos y elefantes sobre la tierra, es aún hoy usada en muchospaíses de bajo desarrollo tecnológico por millones de seres humanos para viajar, comerciar, extraer agua del subsuelo para cultivar, y aún para usos industriales de baja complejidad. En las dos últimas aplicaciones tuvieron destacado protagonismo los molinos de viento, que son como grandes ruedas de ventiladores que en vez de ser movidos por motores eléctricos para producir viento, al revés, giran impulsados por el viento para producir trabajos mecánicos, tales como moler granos para poder alimentarse, elevar agua para riego, etc. Los molinos de agua, donde había ríos disponibles para ello, cumplieron funciones similares. En la Argentina, y en muchos otros países, se han utilizado intensivamente hasta hoy molinos de viento para extraer agua del subsuelo para aplicaciones agropecuarias. Viajando por los campos ventosos se puede observar esta realidad.
La energía eléctrica de origen eólico. Este es un tema especialmente interesante por la promesa que encierra en el contaminado mundo actual. Desde mediados del siglo XX, en escala creciente, comenzaron a usarse en viviendas aisladas donde no se disponía de otros medios, pequeños generadores movidos por aspas que el viento hacía rotar, para generar potencias eléctricas reducidas en corriente continua que permitían cargar baterías y hacer funcionar con ellas a toda hora equipos de baja potencia para iluminación, radio y música.
Multitudes de personas han podido mantenerse en contacto con el mundo a través de equipos radiorreceptores y de comunicaciones alimentados con esa reducida energía eléctrica. Los molinos de viento están nuevamente volviendo en regiones ventosas de muchos países, hoy para generar energía eléctrica en potencias considerables, del orden de los miles de KW en las grandes unidades generadoras. En la Argentina existen ya varias instalaciones que generan energía eléctrica que se vende a consumidores, especialmente en la Patagonia, debido a sus fuertes y sostenidos vientos. (Si viaja a Comodoro Rivadavia, vea una de las llamadas “granjas eólicas” no muy lejos de la ciudad. Descubra también –como otro ejemplo de aprovechamiento de la energía eólica- veleros deportivos navegando por el agua en los ríos, lagos o mares donde hay una ciudad próxima.
Después de milenios sin novedades técnicas notables, un gran cambio en la vida de los pueblos de Europa occidental ocurrió a finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando comenzaron a utilizar el fuego, es decir la energía térmica de los combustibles, para algo más que calentarse en el frío, cocinar y obtener y procesar metales. Se trataba de producir potencia mecánica. Para ello comenzaron a quemar sobre todo carbón mineral (también llamado hulla, abundante en Europa) para producir vapor de agua en calderas primitivas, el que movía una máquina motriz de tipo alternativo. Con estas máquinas se podía reemplazar en los talleres y fábricas la potencia de mucha gente o animales juntos, sin que ella se cansara y a un costo muy inferior y con menos conflictos. (Una máquina motriz a vapor de tipo alternativo, es una que produce potencia mecánica debido a la fuerza que el vapor de agua a presión ejerce sobre la superficie de un pistón que se mueve dentro de un cilindro, cuyo movimiento alternativo se transforma en rotativo gracias a la combinación de piezas similares a la biela y el cigüeñal de los motores de combustión interna, que son los que mueven todos los vehículos automotores terrestres, los barcos y algunas aeronaves actuales. Hasta mediados del siglo XX la mayor parte de los trenes del mundo eran tirados por locomotoras de vapor).
Este invento inició toda una época en la historia de Occidente, porque permitió fabricar variedad de productos (textiles por ejemplo) a bajos costos y en grandes cantidades. También con su aplicación al transporte ferroviario de mercancías y pasajeros se acortaron notablemente distancias y tiempos. Se la llamó la Revolución industrial.
Poco antes de esa revolución se había iniciado otra -que en realidad fue la que hizo posible e impulsó a la revolución industrial- que podría llamarse la Revolución científica y tecnológica, de efectos crecientes sobre la civilización humana hasta nuestros días. Ella ha logrado descubrir y explicar una gran cantidad de importantes fenómenos naturales cuyas aplicaciones, en menos de dos siglos, han cambiado radicalmente la vida de los seres humanos de aquellas naciones que querían y podían aprovechar a pleno esos adelantos en su beneficio. Todos los elementos construidos por el hombre que vemos hoy a nuestro alrededor y usamos para nuestro bienestar, son productos de la combinación de las revoluciones científica, tecnológica e industrial. (La verdad es que los beneficios fueron aprovechados al principio sólo por una parte de Europa, que constituía una minoría comparada con la población humana mundial de entonces. Aún hoy, algo así como la mitad de la población del mundo no goza de los beneficios que aquellas revoluciones parecían prometer para todos. En una insoluble contradicción,
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