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La biotecnología en la agricultura. Oportunidades para Venezuela

BERE21010910 de Noviembre de 2013

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La biotecnología en la agricultura. Oportunidades para Venezuela

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RESUMEN:

En el presente artículo se muestran las posibilidades de desarrollo de la Biotecnología en Venezuela y el impacto económico que este desarrollo podría traer al país.

De acuerdo al grado de complejidad tecnológica, se hace una categorización de los productos y procesos biotecnológicos y se sugieren áreas de trabajo más o menos adecuados a desarrollar por los países subdesarrollados y en especial en Venezuela.

Igualmente se comenta la capacidad del país, en términos del número de personal de investigación y técnicos, así como la infraestructura física existente.

Finalmente se señala la necesidad de vincular más estrechamente el mundo académico y el comercial así como la de contar con una voluntad política que planifique a corto, mediano y largo plazo una estrategia de desarrollo en este campo lleno de promesas.

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1. El objetivo del presente trabajo es mostrar que Venezuela, así como otros países en condiciones semejantes, podría tener oportunidades para aprovechar innumerables beneficios que la biotecnología está potencialmente en capacidad de ofrecer al desarrollo agrícola del país. Analizaremos diversas características que tienen los procesos biotecnológicos, a fin de ver en qué medida estas pueden favorecer a ciertos países subdesarrollados y, en algunos caso, constituir incluso ventajas frente al mundo industrializado.

Como cualquier otro trabajo sobre biotecnología que pretende en alguna medida analizar su posible impacto en el plano económico y social, éste tampoco escapa al terreno de la especulación. Hemos tratado, sin embargo, de ser cautelosos y de apoyarnos en fuentes bibliográficas autorizadas.

2. El término biotecnología tiene un carácter algo difícil de precisar ya que abarca un amplio espectro que incluye productos, técnicas y procesos, que van desde los más tradicionales y relativamente sencillos, hasta aquellos de mayor complejidad. Así, por ejemplo, la biotecnología incluye desde la producción de cervezas y vinos a través del viejo proceso de fermentación, hasta productos de alto valor agregado y una alta complejidad tecnológica, como pueden ser la producción de medicamentos a través de técnicas de ingeniería genética.

Una definición amplia, y en tal sentido particularmente adecuada a países subdesarrollados, es la adoptada por la OECD (1982), según la cual biotecnología es: “la aplicación de principios científicos e ingenieriles para el procesamiento de materiales a través de agentes biológicos con el fin de proveer bienes y servicios”.

De acuerdo a esa definición es fácil adivinar que el campo actual de aplicación de la biotecnología es muy amplio, pero el que se vislumbra para el mediano y largo plazo es bastante mayor y de vastas y profundas implicaciones para las sociedades del futuro.

Algunos pocos datos pueden servir para tener una idea de la importancia actual de las industrias biológicas. Por ejemplo según las mismas fuentes: El manejo de desperdicios (incluyendo el tratamiento de aguas negras), es, en términos de tonelaje, el mayor campo de aplicación de la biotecnología... muchos productos biológicos son producidos en grandes tonelajes. La producción de alimentos procesados a menudo excede la de químicos... la producción de leche y azúcar excede la de nafta y la de alimentos concentrados a la de aluminio. Excepto en los grandes países industrializados (de la OEDC) la producción de alimentos excede a la de productos químicos...”.

El informe citado presenta los grandes campos de innovación de la biotecnología clasificados de acuerdo a su base tecnológica y otros parámetros. Un primer campo es aquel de productos de alto valor agregado tales como enzimas, vitaminas, antibióticos y otros, utilizados en el campo de la salud, alimentación humana y aditivos para alimentos. Esta categoría de productos requerirá elevadas inversiones de capital y el uso de procesos y plantas complejas, que a menudo requieren de condiciones de aislamiento estricto, altos costos de mantenimiento y gran capacidad operativa, así como procesos continuos de gran escala.

Un segundo campo es el de nivel intermedio, el cual requiere inversiones moderadas de capital y operaciones menos complejas. Esta categoría comprende bebidas y alimentos fermentados, biofertilizantes y pesticidas, enzimas no procesadas, procesos para el manejo de desperdicios que implican operaciones y controles complejos.

Un último campo comprende a aquellos de base tecnológica de nivel bajo, que requiere inversión de capital y escala de operaciones pequeñas: equipos sencillos y por lo general de origen local, operaciones intensivas en trabajo: a menudo sistemas sépticos y tecnología a nivel de aldea. Entran en esta categoría productos de bajo valor relacionados con mejoras en la contaminación, servicios sanitarios y provisión de combustibles y alimentos, biogas; proteínas microbianas a partir de desechos agrícolas y de alimentos; alimentos y bebidas fermentados tradicionales, producción de hongos.

Como se desprende de esta categorización, los países subdesarrollados podrían (de hecho muchos lo hacen ya) intervenir con relativa facilidad en la producción de muchos de los renglones y actividades que comprenden las 2° y 3° categorías descritas.

Si bien las grandes empresas transnacionales dominarán seguramente el mercado de aquellos productos de alto valor agregado comprendidos en el primer campo, los países subdesarrollados no deben descartar a priori su participación en estos renglones de productos, muchos de los cuales serán de valor inestimable para la solución de los problemas de salud y alimentación de su creciente población. Es decir, que la biotecnología apropiada a las necesidades de los países subdesarrollados no será siempre aquella que implique una menor complejidad tecnológica, aunque ésta seguramente ayudará a satisfacer muchas de las necesidades presentes en esos países.

En todo caso, tiene sentido pensar que para los países subdesarrollados, la biotecnología será más o menos adecuada según el nivel de complejidad tecnológico de los diversos procesos y técnicas que se pretendan desarrollar.

3. En el campo de la agricultura, una técnica que está en un nivel técnico intermedio de complejidad es la del cultivo de tejidos vegetales orientada al mejoramiento de plantas de uso agrícola u ornamental y otros usos con fines industriales. Las técnicas de cultivo de tejidos constituyen una especie de puente entre la ingeniería genética y técnicas tradicionales de mejoramiento de plantas. Así como la fermentación es crucial para las tecnologías genéticas de microorganismos, el cultivo de tejidos es básico para la aplicación de otras nuevas tecnologías genéticas a las plantas. (OTA, 1982, 1984).

En tal sentido ella podría servirnos como caso tipo para explotar las oportunidades que podría tener Venezuela, u otros países en condiciones parecidas, en el campo de la biotecnología.

Una ventaja adicional de utilizar las técnicas de cultivo de tejidos vegetales aplicado a la agricultura como caso tipo es el hecho de que varios países de América Latina desarrollan actividades en este campo. Por último, nos será de mucha utilidad los resultados de un estudio recientemente finalizado sobre la capacidad de investigación de Venezuela en. esa área (Texera, 1984). En todo caso y siempre que nos sea posible, trataremos de ir más allá de esta técnica y abarcar otros aspectos de la biotecnología.

4. Como es característico de todas las tecnologías de avanzada, la biotecnología es intensiva en investigación. Es imposible imaginar una empresa o fábrica cuyo centro de actividad sea un proceso biotecnológico, que no cuente con laboratorios intra o extramuros.

En el campo de cultivo de tejidos orientado a la agricultura el laboratorio de investigación es esencial. Este debe abordar tareas como colocar células de plantas bajo condiciones controladas de luz, temperatura, nutrición y químicos reguladores del crecimiento, si se quiere regenerar plantas completas a partir de ellas.

Un laboratorio de cultivo de tejidos vegetales debe contar con personal calificado en morfología vegetal, bioquímica vegetal, genética vegetal, fisiología vegetal, y si se quiere introducir técnicas de ingeniería genética, debe contar con biólogos moleculares. Este personal trabajaría sobre todo a nivel de laboratorio, pero si la intención es regenerar plantas, se requerirá del concurso de ingenieros agrónomos, fitopatólogos, peritos, entre otros, para la etapa de pruebas en el campo.

En otras direcciones de la biotecnología como, por ejemplo, la producción de vacunas a través de la aplicación de técnicas de ingeniería genética, un laboratorio debe contar con expertos en química orgánica, bioquímica, inmunología, bioquímica de proteínas, microbiología, ingeniería de fermentación y experticia en electrónica (citado en UNIDO, 1982).

Hemos listado una serie de disciplinas y no hemos incluido a la biotecnología como tal. En efecto, la biotecnología no es ni una ciencia ni una disciplina; es una actividad que requiere el concurso de varias disciplinas. No existe un título académico de biotecnólogo. Lo que se necesita son personas altamente calificadas en sus propias áreas de especialidad, que puedan combinar sus experticias con el dominio de ciertas técnicas nuevas. (Blachere, 1983).

Este carácter interdisciplinario y el hecho de que ciertas experticias en el campo de la biotecnología puedan ser adquiridas

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