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Las maquinas asesinas


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2013  •  756 Palabras (4 Páginas)  •  252 Visitas

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Las maquinas asesinas

Vengo del futuro y me e peleado contra terminator ... Estoy herido de gravedad. Quiero que envíen este mensaje a los científicos que me trajeron aquí al pasado y que sepan que no pude cumplir su misión ... A pesar de la gravedad de mis heridas e logrado destruir parte del Skynet.

Puñalada, Maraví y Rosita. Firman la solicitud Pedro, Luis y Gabriel (éste último en nombre de los universitarios e independientes). El Comisario llama a todos ellos a su despacho; luego de leer el petitorio, lo rechaza iracundo, aduciendo que la cárcel era precisamente para eso, para que los presos se jodieran entre ellos, y que debían estar más bien agradecidos los políticos de que no fueran encerrados en el primer piso, lo cual sería, según él, el verdadero castigo, por traidores a la patria. Luis y Gabriel no se contienen y responden digna y airadamente; ante lo cual el Comisario llama a los guardias y ordena que los golpeen y los devuelvan a sus celdas.

Poco después fallece Alejandro Cámac en brazos de Gabriel. En los últimos días su salud se había quebrantado y perdido la visión de un ojo. Todos los políticos, apristas y comunitas rinden homenaje a quien consideran un gran luchador social. Pedro da un vibrante discurso. El cadáver es sacado y los presos lo despiden cantando a toda voz sus himnos respectivos. El teniente es enviado a acallar a los presos, pero no logra su cometido. La muerte de Cámac coincide con la del Japonés, víctima del hambre y los golpes; ambos cuerpos son sacados del penal en el mismo camión.

Otro suceso que conmueve a Gabriel es el ocurrido en torno a Libio Tasaico, un muchacho serrano y sirviente, de 14 años, quien llega a la cárcel acusado por su patrona de robarle una joya costosa. Esa misma noche Puñalada y otros negros violan al muchacho, quien amanece llorando desconsoladamente. Gabriel trata de calmarlo; lo lleva a su celda y le cuenta sobre la vida de su pueblo situado también en las serranías, donde los hombres son valientes y no lloran a pesar de latiguearse en las festividades patronales. Libio siente entonces alivio al encontrar a una persona que le habla con el idioma del corazón. Poco después la patrona del muchacho avisa que ya encontró la joya perdida y pide que le entreguen a Libio, pero éste no quiere regresar donde ella. Gabriel le convence entonces para que se vaya de la prisión y lo despide afectuosamente, dándole la dirección de un amigo donde lo alojarían y darían trabajo.

Este último incidente convence a Gabriel que el negro Puñalada debía morir y pide al Piurano que lo asesine. El piurano promete hacerlo y se consigue un enorme cuchillo. Una noche, Gabriel escucha los gritos de Pacasmayo; al asomarse por la baranda, lo ve arrojarse desde lo alto contra las rejas de la celda del Clavel, rompiéndose el cuello. No repuesto de la impresión, al poco rato Gabriel escucha al Puñalada

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