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Mayeli Auditoria


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2012  •  506 Palabras (3 Páginas)  •  517 Visitas

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Como profesionales tenemos la obligación de mejorar nuestro entorno día con día, apegarnos a los principios éticos que establece nuestra sociedad, el código de ética de nuestra profesión o de la empresa en que laboramos.

El problema está en que no en todas las ocasiones tenemos presente dicho código, pocas son las empresas que tienen uno, hablamos que en el mercado mexicano la mayor parte de las empresas son pequeñas y medianas y éstas prestan servicios a las grandes empresas y normalmente las PyMES están enfocadas en cómo subsistir, invierten tiempo en estrategias de mercado, en ventas, en captar más clientes, en tener mayor rentabilidad y dejan de lado la ética, muchas de las grandes empresas también lo hacen.

Hasta el momento he de confesar que, tristemente, casi no me he encontrado empresas que cuenten con un código de ética; pertenezco a una pequeña empresa que no ve como prioritario establecer un código.

Sin bien hay muchas profesiones que rigen con un código de ética, pocos son los profesionistas que lo siguen al pie de la letra, ¿Cuántos contadores reciben regalos de sus clientes, cuando en el código de ética se menciona que esta práctica los compromete moralmente?, ¿Cuántos doctores no prestan atención a sus pacientes? cuando hicieron el juramento de tener un ‘absoluto respeto por la vida humana’, me pregunto, si como profesionales pusiéramos la ética como prioritaria ¿Existirían tantos anuncios que prometieran cosas como bajar 18 kilos en 3 días? Sin duda seguirían existiendo pero serían los menos.

No todos los profesionales se prestan para prácticas no éticas, tengo la fortuna de conocer a varios que no venden su libertad por nada, porque cuando cometemos un acto no ético estamos vendiendo nuestra libertad al mejor postor, nos comprometemos con la persona a la que estafamos o de la que recibimos un soborno y no podemos actuar, aconsejar, ni hablar libremente.

Un conocido me platicaba que uno de los proveedores con los que tiene trato le propuso facturar una cantidad mayor a la real y que el excedente se lo repartirían entre ellos, él le dijo a este proveedor – Luego lo vemos – y posteriormente prescindió de sus servicios, su comentario final fue, – Él me quería comprar y yo no estoy a la venta-.

Esa es la libertad que nos da manejar nuestras acciones con ética, imaginemos que esta persona hubiera aceptado la proposición de su proveedor, podría haber tenido jugosas ganancias, de varios cientos de miles de pesos, pero también hubiera estado a merced de del proveedor, si éste hacia las cosas mal, no podía prescindir de sus servicios, ni exigirle que hiciera las cosas de manera correcta, porque cualquiera

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