Telefonía móvil: Espacio híbrido Para Las Prácticas Artísticas

INTRODUCCIÓN

El hombre siempre se ha valido de tecnología para realizar sus actividades diarias, ha creado objetos que le ayudan y facilitan la vida. Sin embargo, es en las últimas décadas es cuando estas herramientas han tenido una evolución importante pues con el advenimiento de los nuevos medios, la tecnología digital, ha revolucionado la manera en que interactuamos con los objetos, con otros usuarios y con las interfaces creadas.

Cuando se habla de nuevos medios inmediatamente pensamos en la red de internet o en una computadora, no obstante, existen otros gadgets que forman parte de nuestra vida diaria como pueden ser un reproductor de música, video, agendas electrónicas, celulares, cámaras digitales etc.

Uno de estos objetos, el teléfono celular, forma parte indispensable de la vida cotidiana de muchas personas y ha modificado su vida de diversas maneras; la forma de relacionarse con otras personas, la familia, el trabajo y el tiempo libre.

Si bien, el teléfono no es un dispositivo nuevo, lo es el que sea inalámbrico y haya evolucionado hasta ser digital y de tercera generación. Los primeros celulares que fueron lanzados al público en la década de los años 80 eran analógicos y tenían funciones muy básicas de comunicación. Los de segunda generación surgieron en 1990 y fueron digitales permitiendo conexiones simultáneas en una misma banda. Finalmente, hace algunos años se desarrolló la tercera generación (3G) la cual incorpora acceso a internet y aplicaciones multimedia como video, cámara fotográfica, mensajes con imágenes, juegos, entre otros (Joskowics, 2009:36).

La evolución de la tecnología telefónica incorpora cada vez más funciones, si en un principio el celular sólo servía para realizar una llamada para comunicarse con alguien, ahora se pueden tomar fotos, ver videos, escuchar música, entre otras cosas. El celular se ha convertido en un medio más complejo al transmitir diversos tipos de información de manera masiva y más o menos barata. Todo esto ha hecho que la manera en que el teléfono se integra a la vida diaria también vaya cambiando. Según las estadísticas hechas por International Communication Union (ITU), en el 2008 en México el 69.37 % de la población poseía un celular y por cada línea fija existían 3.6 suscriptores a una móvil; en los Estados Unidos de América 86.79% de la población contaba con un celular y en el 2009 a nivel mundial se estima existen 4,648 millones de usuarios.

Debido a que forma parte ya de la vida diaria y ha transformado la manera d comunicar y relacionarse con otros, el celular es ahora objeto de reflexión no solo de estudios sociológicos, de marketing o comunicación sino lo es también para el arte y las propuestas artísticas con base tecnológica.

El presente ensayo consiste entonces en realizar un análisis sobre la relación que existe entre algunas prácticas artísticas y el uso de un objeto tecnológico que es accesible y cotidiano para muchas personas: el teléfono celular.

El celular como objeto cotidiano y a la vez generador y receptor de experiencias artísticas y/o personales. La interacción que existe entre los usuarios y el artista para producir una obra de arte.

Se escogió el celular ya que si bien el teléfono puede decirse que es un medio viejo, al renovarse en el móvil añadiéndole nuevas funciones y creando otras interfaces se vuelve quizá como el dispositivo por el cual se democratiza la tecnología digital ya que en la actualidad casi cualquier persona puede obtener un celular, se pueden encontrar en el mercado desde aparatos con funciones básicas de manera asequible hasta aquellos que son multimedia con funciones más complejas. Sin duda, la tecnología de interfaces es cada vez más amigable, fácil de usar, y por consiguiente se vuelve consumible para la mayoría de las personas.

El artista de esta manera toma la tecnología como un nuevo campo para explorar cómo cambia su rol como autor cuando intervienen varias personas en el proceso creativo y desarrollo de la obra. De igual forma las prácticas artísticas se mueven de un plano material a uno virtual por lo que la temporalidad y manera de almacenar y registrar una pieza cambia.

El artista se ve obligado utilizar la tecnología como una extensión de su mano, como si fuera una prótesis pero que a diferencia de los medios tradicionales no da un resultado lineal sino que puede ramificarse y tener múltiples opciones y funciones dentro de un espacio que puede ser tanto análogo como digital. Es esta convergencia la que resulta interesante de abordar ya que cada vez más el arte está entrando en una nueva forma de producción en la que no se puede hablar de un solo medio sino de lo multimediatico y de la transdisciplina.

CELL PHONE ART

El llamado cell phone art o arte móvil, es una práctica artística que incluye la tecnología celular de diferentes maneras ya que por medio de sus características se pueden obtener nuevas formas de creación a partir de sus componentes como las cámaras de video y fotografía, el GPS, el bluetooth, de su conectividad inalámbrica a internet, o de sus funciones básicas de enviar y recibir mensajes, recibir llamadas y sus tonos de timbre.

Es por el hecho de no solamente comunicar sino el de estar en estrecha relación con el internet y con su capacidad móvil es que se crea un espacio híbrido donde todo el tiempo se puede estar “conectado” al espacio virtual y al mundo real (De Souza, 2006:263). De esta manera las prácticas artísticas se enriquecen al usar este medio como interfaz.

Por otra parte, también se ha tomado al celular como tema y como objeto artístico en sí, por ejemplo tenemos la obra de Rob Pettit, quien recicla equipos viejos o desechados por sus dueños para crear instalaciones, o las esculturas de Joe Mckay a partir de los componentes del teléfono. Asimismo, Jorge Colombo y David Hockney utilizan las aplicaciones de su iphone para que éste sea un canvas, capturan imágenes a las que posteriormente aplican filtros para que parezcan pinturas. Estos ejemplos ilustran como los artistas parten de la tecnología pero sin que sus piezas dejen de ser objetos.

Existen también quienes se interesan más por la parte social e interactiva del medio y realizan obras en las que es indispensable la participación activa del usuario ya sea para activar un dispositivo, ser parte de un concierto o de una acción. Se explora la dimensión lúdica del teléfono tanto de forma individual como colectiva, relacionando la parte tecnológica con la práctica social y de comunicación.

El celular es visto como un dispositivo cuya función principal es o era la de comunicar pero ahora tiene otras funciones, no solamente tecnológicas sino también sociales.

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