ACHA-2 Y LOS ORÍGENES DEL POBLAMIENTO HUMANO EN ARICA

INFORME DE LECTURA:

“ACHA-2 Y LOS ORÍGENES DEL POBLAMIENTO HUMANO EN ARICA”

Autores

Bernardo Arriaza Torres, Arthur Aufderheide, Eliana Belmonte Schwarzbaum, Jorge Corrales Muñoz, Wolfgang Crom, Juan Chacama Rodríguez, Leonardo Figueroa, Yessica Molina Pasten, Iván Muñoz Ovalle, Calogero Santoro Vargas, Tatiana Torres Alarcón, Arnaldo Vilaxa Olcay.

Editores

Iván Muñoz Ovalle, Bernardo Arriaza Torres y Arthur Aufderheide. Ediciones Universidad de Tarapacá ,1993.

Objetivo

La naturaleza multidisciplinaria de los análisis y estudios realizados al asentamiento de Acha-2, dan cuenta de uno de los primeros episodios de ocupación humana en la región de Arica. Esta investigación, plantea reconstruir de manera holística el panorama ecológico, económico y cultural en el que las poblaciones del período Arcaico de la zona lograron generar diversas estrategias adaptativas y organizacionales que permitieron la subsistencia y posterior desarrollo de estas poblaciones tempranas del extremo norte de Chile.

Metodología

El enfoque multidisciplinario planteado para la investigación de Acha-2 ha permitido abordar la evidencia desde diversas metodologías. De este modo, el estudio paleoambiental realizado en la terraza de Acha definió las características geográficas y climatológicas presentes durante la ocupación del sitio. En cuanto a la metodología de terreno, la ocupación de Acha-2 denota, a nivel superficial, unos montículos blanquecinos casi imperceptibles (5 a 15 cm. de altura) compuestos de múltiples conchas fragmentadas. Dichas características observadas a nivel superficial, motivaron un trabajo de prospección y posterior pozo de sondeo. Un análisis preliminar de la evidencia encontrada sugirió que se trataría de una estructura de forma circular con un fogón en su parte central. En base a esta hipótesis se proyectó una excavación mayor, por medio de un sistema de grandes cuadrantes (4 x 4 m) que permitiría la posibilidad de visualizar una mayor cantidad de estructuras. Los cuadrantes proyectados en torno a los montículos se fueron ampliando en el sentido que lo insinuaran las plantas de los recintos. La presencia de fragmentos e instrumentos líticos, fue estudiado mediante un análisis comparativo entre la industria lítica de Acha-2 con la de aquellos sitios de ocupación dentro de un contexto Arcaico Temprano. Este estudio sistemático del campamento de Acha-2, llevo al hallazgo de un entierro. A este, se realizó un análisis esquelético en base criterios estandarizados de antropología física, los cuales han sido resumidos en Krogman (1973), Bass (1974) y Ubelaker (1978). La presencia de tejido muscular, permitió realizar un fechado radiocarbónico preciso y un análisis químico para obtener evidencia directa de los tipos de alimentos efectivamente ingeridos. Los resultados arrogados por los análisis de isotopos estables aplicados a las muestras de tejido y cabello, serían corroborados a través del estudio de fauna malacológica y restos botánicos. El análisis de fauna malacológica e ictiológica de Acha-2 se realizó a través del levantamiento de ocho muestras de fogones, obtenidos del estrato orgánico de Acha-2. Cada muestra fue harneada en una malla de 2 x 2 mm de entre nudo con el propósito de recolectar con mayor precisión el material, y proceder a la identificación y cuantificación del material malacológico. Asimismo, se realizaron análisis microscópicos a fragmentos vegetales recuperados de coprolitos de camélidos, los cuales también fueron obtenidos del estrato orgánico del sitio. Finalmente, los resultados obtenidos a lo largo de esta investigación permitirán visualizar el área de Acha en forma global, a través de indicadores habitacionales (campamento), económicos (instrumentos tecnológicos), bioantropológicos (enterramiento) y ecológico (restos faunísticos y botánicos).

Resumen

El sitio de Acha-2 localizado en la llamada terraza de Acha, corresponde a un antiguo depósito fluvial, ubicado en la confluencia de la Quebrada de Acha con el valle de Azapa a 70º16’00’’ longitud oeste y 18º30’30’’ latitud sur. La investigación realizada en el asentamiento de Acha-2 nos remonta a una de los periodos de ocupación humana más tempranos de la costa del norte de Chile. La diversidad de las evidencias encontradas durante la primera etapa de trabajo en el año 1980 suscitaron dos etapas posteriores de investigación llevadas a cabo durante los años 1988 y 1990, en las que se estudió el sitio bajo una perspectiva multidisciplinaria (Muñoz et al. 1993). A continuación, el presente informe de lectura describirá las evidencias que conformaron esté campamento, los análisis a los que fueron sometidos y los resultados a los que llegaron los autores. En relación al escenario geográfico en el cual se emplaza el sitio de Acha-2, el estudio paleoambiental determinó que la terraza corresponde a una formación geomorfológica formada durante el Pleistoceno Tardío debido a erosiones fluviales y eólicas. Esta terraza se encuentra delimitada por la confluencia de dos cauces, el río San José, por el norte, y el cauce seco de la Quebrada de Acha, por el Sur. A pesar de esta condición, la terraza no ha sufrido grandes alteraciones de agua que modificaran su superficie (Crom 1993 en Muñoz et al. 1993). Durante la primera etapa de investigación realizada el año 1980, se identificó dos sectores habitacionales en las áreas excavadas (sector A y B), en cuanto a su tamaño se pudieron distinguir dos grupos de estructuras, una con nueve (estructuras mayores) y la otra con dos (estructuras menores). En torno a la disposición del campamento, se determinó un patrón de estructuras semiaglutinados, de planta circular con un fogón central. La planta circular de las estructuras fue determinada por la disposición de los cantos rodados y formaciones calcáreas en torno a los fogones. Las estructuras eran construidas utilizando como materia prima huesos de mamífero marino o palos, fundamentalmente de sauce y pacae, los que eran utilizados como soporte para el techo, el cual era cubierto por toldos confeccionados de totora. Con el fin de conocer la antigüedad del asentamiento, se aplicó un análisis radiocarbónico a una muestra de carbones provenientes del fogón nº1 y se obtuvo un fechado temprano de 8900±150 a.P. (Chacama y Muñoz 1993 en Muñoz et al. 1993). Dentro de esta primera etapa de trabajo, se encontraron especímenes líticos completos y fragmentos que permitieron

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