AGUA Y SALUD

AGUA Y SALUD

I. AGUA

El agua es la sustancia que conocemos como un líquido inodoro, incoloro e insípido, que permite la proliferación de vida en el planeta y es conocida con la fórmula química H2O. Una molécula simple de características extraordinarias, es mucho más que un recurso renovable; es la base de la vida en nuestro planeta.

Es de gran relevancia conservar ésta sustancia, ya que es necesaria para que la vida continúe. Sin embargo no es la única razón por la que este compuesto es importante, el agua también tiene otros usos que los seres humanos le han dado para comodidades e higiene. Aún así los seres humanos han ido contaminándola con desechos de industrias y hogares, con el uso de químicos en la agricultura y muchas otras cosas; con esto su contaminación ha ido creciendo con el paso del tiempo de forma exponencial, reduciendo la cantidad de agua potable que está al alcance del ser humano. Por lo tanto se debe de proteger en lo posible este líquido vital utilizando métodos que sean éticos; para que, de esta manera, las generaciones futuras puedan seguir teniendo este recurso. La palabra clave, que refleja la situación actual del agua y sus perspectivas futuras a nivel global, es la escasez.

II. GESTION DEL AGUA

La creciente crisis mundial del agua amenaza la seguridad, la estabilidad y la sustentabilidad del ambiente.

La gestión de los recursos hídricos se ha de llevarse a cabo en forma integrada, para la toma de decisiones racionales.

Las decisiones administrativas que pretenden aliviar la pobreza, propiciar el desarrollo económico, garantizar la seguridad alimentaria y la salud de la población, así como preservar los ecosistemas vitales, deben basarse en una mayor comprensión de todos los sistemas implicados. Frente a esta situación, se ha venido trabajando en modelos de gestión del agua y saneamiento básico, teniendo en cuenta la participación de la comunidad. Este es el modelo que debe implementarse, ya que se ha comprobado que la participación de la comunidad en los proyectos de desarrollo da buenos resultados, cuando la población afectada se involucra en los proyectos y se le permite contribuir con sus conocimientos a la configuración de estos, tornando el trabajo más eficaz y productivo. Al mismo tiempo, se aumenta la capacidad de los individuos para organizarse, a fin de hallar soluciones a los problemas que los aquejan. Generar capacidad de gestión en las comunidades implica asumir proyectos relacionados con las problemática del agua, desde ópticas más amplias ya que dicho trabajo debe ser abordado intersectorialmente

Es necesario un debate social que estimule una nueva gestión de grupo basada en una información veraz, en un diálogo continuado; que despoje al agua de unas presiones demasiado mercantilistas que impidan comprender su relevancia social. Una gestión que contemple una alternativa olvidada como es el multiuso, uso selectivo del agua, antes que su utilización indiscriminada. Una gestión que sepa que reducir el desperdicio del presente es una de las más valiosas opciones de futuro.

III. EL AGUA EN EL PERU.

La problemática del agua en el Perú nos conduce a la búsqueda de soluciones o minimizaciones de obstáculos en su aprovechamiento, racionalización, consumo y cuidados en su calidad.

En nuestro país, el modelo de gestión actual de los recursos hídricos es desvinculante. Cada sector determina objetivos para su uso, proyecta metas y desarrolla programas, muchas veces sin considerar las necesidades de otros usuarios.

Siendo el agua un recurso para todos en general y proviniendo muchas veces de una misma fuente, es necesario establecer un canal de coordinación entre todos los involucrados en su aprovechamiento. Este modelo de gestión conocido como "transectorial" promete facilitar un manejo inclusivo e integral.

Desde el punto de vista ambiental, el Perú cuenta con importantes fuentes de agua distribuidas en 106 cuencas hidrográficas, pero con una disposición irregular. La principal característica de la orografía peruana es la Cordillera de los Andes, la cual da origen a las tres vertientes existentes: del Pacífico (53 cuencas), del Atlántico (44 cuencas) y del Titicaca (9 cuencas). La segunda de estas vertientes representa casi la totalidad de las vertientes en nuestro territorio (97.81%), superando ampliamente a las restantes. Desde la perspectiva del uso del agua, sin embargo, la situación es inversa pues la cantidad de agua disponible no es relativamente proporcional al agua aprovechable, a lo que debe añadirse su distribución desigual en el territorio y en el tiempo. Esta realidad tiene como resultado que un tercio (36%) del agua es aprovechable y utilizable en la costa. Las tres vertientes están afectadas por la contaminación producto de la actividad humana como la agricultura, la minería, la industria, la pesca, entre otras, en niveles y contextos diferentes. Estas actividades utilizan el agua en su proceso productivo, pero no realizan el tratamiento correspondiente.

El agua es un recurso natural necesario para las diferentes actividades productivas que se encuentra amenazado por el uso irresponsable del hombre en su búsqueda por incrementar su nivel de vida y bienestar, sin considerar el impacto que produce su aprovechamiento, luego del uso que le dan, de manera que cuando la restituyen a la naturaleza provocan la contaminación de la fuente. La institucionalidad de este proceso es entendible desde el ejercicio de poder de los diferentes grupos de presión, dentro y fuera del Estado, que tendrán repercusión en la relación que existe entre el Estado y la sociedad.

IV. ESCACEZ DEL AGUA

Esta escasez es consecuencia de que el crecimiento de la economía mundial se haya multiplicado por siete en los últimos cincuenta años del siglo XX, condicionando de forma decisiva la vida de muchas personas en el siglo XXI. La aparición simultánea de un déficit de agua que aumenta con rapidez en tantos países exige un enfoque totalmente nuevo de la política hidrológica, un enfoque que no se centre en el incremento del suministro sino en la gestión de la demanda. La gestión de la escasez del agua va a afectar lo que se come, cómo se eliminan los residuos la calidad de vida e incluso el lugar que se habita.

La explosión demográfica de las últimas décadas y las perspectivas de crecimiento de la población a corto plazo han creado una presión sobre los recursos hídricos sin precedentes en la historia de la humanidad. Tradicionalmente, se han considerado los sectores

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