ANTOLOGIA REDACCIÓN JURÍDICA

REDACCIÓN JURÍDICA

1. NOCIONES PRELIMINARES

1.1 Importancia de la redacción.

La redacción es la composición escrita sobre un tema. Consiste en la correcta distribución de ideas y el uso debido de reglas gramaticales y ortográficas. Para que aquello que sea escrito pueda ser entendido por el lector, se requiere de una buena redacción, ya que así se podrán evitar errores y confusiones y se asegurará que el mensaje sea comprendido de la forma deseada.

A pesar de la falsa idea de que con las evoluciones tecnológicas ya no es tan importante aprender a redactar, la redacción sigue teniendo un papel primordial en nuestro día a día. Para darnos a entender por medio de un texto necesitamos aprender a redactar. Esto es, escribir un texto con la ortografía correcta, con los signos de puntuación necesarios y expresar de manera sencilla lo que queremos.

Se acredita a Aristóteles la siguiente frase: “Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto. Es un hábito.” La mejor forma de desarrollar una buena redacción es precisamente la práctica y la lectura constante. Una persona que desde la infancia haya contado con el hábito de la lectura, con seguridad tendrá una redacción impecable. Y un lector rutinario no tardará mucho en adquirir las bases de un buen redactor.

La doctora Yasmine Cruz Rivera, catedrática de Español en la Facultad de Estudios Humanísticos de la Universidad Interamericana, distingue los errores más frecuentes a la hora de redactar y proporciona los siguientes consejos:

Errores gramaticales:

- ¿Las oraciones que has escrito comunican un mensaje completo?

- ¿Existe concordancia entre el sujeto y el predicado y entre los sustantivos y los adjetivos que los modifican?

- ¿Has utilizado adecuadamente los pronombres?

- ¿Has empleado correctamente los tiempos verbales y has mantenido la concordancia?

Errores ortográficos:

- ¿Has consultado el diccionario en caso de duda al escribir una palabra?

- ¿Has revisado la puntuación del escrito?

Errores léxicos:

- ¿Has utilizado siempre la palabra más apropiada, correcta y exacta?

- ¿Has evitado las repeticiones al usar sinónimos? (¿evitaste las llamadas muletillas?).

Las normas ortográficas:

- El uso adecuado de las mayúsculas.

- El uso apropiado de los signos de puntuación.

- La escritura apropiada de números.

- El uso correcto de las preposiciones.

- La distribución y presentación de tu texto.

- El uso adecuado de sinónimos.

Evita en todo momento:

- Abreviaturas excesivas.

- Expresiones arcaicas, redundantes, coloquialismos.

Recuerda al escribir:

- Proveer información clara, concreta, ordenada, suficiente y veraz.

- Expresar las ideas en forma creativa y original.

- Organizar correcta y coherentemente tu comunicación.

- Dar crédito a quienes hayas citado en tu trabajo para no incurrir en plagio.

1.2 Claridad

Muchas veces, al revisar un escrito, encontramos que hemos repetido la misma palabra en un párrafo varias veces. Lo cual causa malas impresiones y hace que el mensaje pueda perderse. Para solucionar este problema basta con releer el texto, subrayar la palabra que se repite y buscar sinónimos que amenicen la lectura.

La variedad en el vocabulario garantiza que la lectura se haga fácil y amena. Debemos prestar atención a los tecnicismos (palabras propias de jerga científica) y los barbarismos (palabras de provenientes de otros idiomas que no se han traducido).  No es que no haya que usarlos, sino que se recomienda cautela. En cuanto al lenguaje culto (términos provenientes del latín y el griego), el abuso puede dar pauta a que el texto se vea egocéntrico y pedante, y a menos que sirva para dar énfasis al propósito del escrito, es mejor limitar su uso.

Uno de los propósitos básicos de la redacción es que el lector tenga en la mente una imagen, si no exacta, muy aproximada a la que tenemos nosotros al redactar. Aquí es donde la claridad juega un papel muy importante, no todas las personas visualizan las cosas de la misma manera, por lo tanto, mientras más claros y precisos seamos con nuestras palabras y expresiones, el que el lector visualice lo mismo que nosotros –o algo muy similar- será mucho más probable.

El proceso para describir una imagen en nuestra mente es muy similar al que usamos para describir pinturas, fotografías, etc. A la hora de describir una imagen es fundamental seguir un orden y ser coherente. Antes de escribir se debe observar detenidamente la imagen, prestar atención en los detalles, pensar en lo que se va a decir y por dónde se va a empezar.

1.3 Precisión

Es importante que el texto no sea monótono a nivel visual. Se debe acompañar de una estructura agradable y resaltar lo más importante, de forma que, además de indicarle al lector el contenido clave, también pueda “escanear” el texto de un vistazo y sepa qué contiene.

Puede parecer absurdo, obvio y típico, pero se deben evitar los errores (tanto gramaticales como ortográficos) ya que, además de proporcionar una presentación pobre, pueden incluso llegar a restarle importancia al trabajo.

A menudo cometemos el error de pensar que “el escribir” constituye una profesión completamente distinta a las labores que una persona “normal” realiza día con día. Imaginamos al escritor como una persona solitaria, frente a una computadora o con una pluma en las manos, viviendo en un mundo apartado del nuestro. Pensamos que escribir no es para todos, que nuestros trabajos, profesiones o deberes no se relacionan con el simple acto de escribir y dejamos a la escritura como algo distante, algo que nuestros profesores mencionaron en algún momento en la escuela, algo que hacen “los escritores” y algo que no tiene relevancia para nosotros. Y precisamente ese es el error.

Enric Ochoa-Prieto escribió en un artículo para “El Universo de lo Sencillo” lo siguiente:

“El escritor es un actor, un farsante. Un creador de prejuicios, opiniones, risas y llantos. Le puedes odiar o amar. Vive varias vidas y ninguna. Puede ser un soldado griego abatido, un pirata inglés al abordaje o un astronauta a la deriva. O una mujer iraní bajo un velo, una princesa en apuros o la presidenta de los Estados Unidos. El escritor no solo habla de atardeceres, palomas al vuelo y campos de flores. El escritor llena de sabor cada palabra y hace pasar hambre al lector.”

Pensar que solamente “los escritores escriben” es privarse de todo lo que Ochoa menciona en su artículo, que aunque algunos podrán tachar de romántico e idealista, no es más que un reflejo de lo que él mismo intenta decir. Un escritor puede plasmar en un papel una idea, con el único límite que su imaginación le imponga.

Continúa Ochoa con su artículo y escribe la siguiente frase: “Escribir es ordenar mentiras, una tras otra, hasta convertirlas en una gran verdad.”

¿Tiene un escritor (amateur o reconocido) algo que lo diferencie de la persona promedio? Sí, práctica. Es común que el día que debemos realizar un reporte para el trabajo, un documento para una autoridad judicial, una tarea para la escuela o que simplemente es necesario escribir algo, por cualquier motivo, no tengamos ni una remota idea de cómo empezar, de lo que debemos escribir o cómo hacerlo, mientras miramos atónitos un documento en blanco.

¿Cómo se practica la escritura? La respuesta parece obvia e incluso un poco insulsa, pero es la única que existe: escribiendo. Y no nos referimos a escribir grandes novelas, curiosos e interesantes cuentos o románticos y melancólicos poemas, nos referimos al acto de escribir, en toda su simpleza. Escribir un reporte, un mensaje de texto, una nota en un cuaderno, todos son ejemplos de escritura. La diferencia estriba cuando a la persona que los realiza de verdad le interesa hacerlo bien, preparar bien sus ideas, pensar en el punto que desea comunicar o incluso la correcta escritura de las palabras o signos de puntuación. Son esos detalles los que harán la diferencia entre simplemente escribir y entre aprender a escribir. Cuando una persona presta atención a estos detalles, pronto las palabras comienzan a “salir solas” y escribir (o el simple hecho de expresar una idea, de cualquier forma) no representará ningún problema.

Ahora que hemos establecido que escribir no sólo es importante para los que llamamos “escritores”, resulta obvio que todos nosotros debemos practicar y mejorar nuestra redacción y escritura. Los siguientes son algunos consejos de renombrados escritores, los cuales están encaminados a ayudar a escribir y redactar mejor.

Horacio Quiroga (Cuentos de amor de locura y de muerte)

- No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.

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