AQUÍ Y ALLÁ A.S.Copley

AQUÍ Y ALLÁ

A.S.Copley

“… adoraban al que vive para siempre jamás” –Ap.4:10. Adorar será el empleo supremo de los santos en gloria, especialmente la compañía esposa. Isaías los oyó exclamando con dulzura y poder de serafines, “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria” –Isaías 6:3; ya que nuestro Novio entonces estará reinando sobre el cielo y la tierra. Juan los contempló y dijo, “no tenían reposo (no cesaban) día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir” –Ap.4:8. La adoración es la acción principal de los vencedores totales en la tierra. Estoy más y más persuadido de este hecho. Hasta el punto en que aprendemos a adorar a Dios en espíritu aquí y gozamos esa devoción, gozaremos en las edades por venir. Nuestra misma actividad ahora es un ‘entrenamiento’ para las actividades en gloria. Si nuestro asunto principal aquí es el servicio, como la compañía innumerable de Apocalipsis 7, el servicio será nuestra actividad principal en las edades venideras.

        Aún el gobierno, tan grande como es, no puede compararse con la adoración divina; ya que los vencedores “echaban sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud” –Ap.4:10,11. Esto es sublimemente maravilloso, que el servicio ordenado divinamente sea tragado en devoción y adoración, adoración y alabanza. La Novia guía los ejércitos del cielo en la acción de gracias y la alabanza. Muchos santos parecen estar cansados de estar sobre sus rodillas unos pocos minutos. Sus voces parecen estar cansadas. Su cuerpo no ha llegado a estar suficientemente saturado con la vida de Cristo y el poder del Espíritu para continuar largo tiempo en adoración. El trabajo, la preocupación y la guerra tienen mucho lugar en sus vidas. Están calificándose para ‘servir a Dios día y noche en Su templo’ para muchos de los que prefieren estar con la gran multitud.

        En el súper glorioso banquete en los cielos, la compañía novia guiará en adoración. Y observe que a ella le fue concedido “que se vista de lino fino, limpio y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los santos” –Ap.19:8. ¡Qué atavío magnífico! Y esto es lo que me estremece, que los actos justos enfatizados más son la adoración y alabanza hacia el Señor. Ni una vez es dicho que el grupo novia servirá al Señor en el cielo, aunque ningún santo Le servirá más sincera y verdaderamente que ellos, y ninguno tiene una más grande responsabilidad que ellos. Ellos llaman a los caballos del juicio a la arena (Ap.6). Hacen sonar las trompetas (Ap.8) Tienen control de los tazones de ira (Ap.15).

        Mas el ministerio que excede a los otros, que ni siquiera es llamado un ministerio, es aquel de dar gracias y alabar y adorar al Redentor y Salvador de los hombres. Por lo tanto, la ‘vestidura de alabanza’ es la más única y atractiva del costoso ajuar de la Novia. La adoración a Dios es el acto justo más grande y sublime que Le podemos dar. De todos los hechos de lino, este es el lino ‘fino’, limpio, brillante, el más recomendatorio acto justo de cualquier santo. Ningún santo vestido de frialdad, sequedad, almidón y forma espere estar en el más selecto de los grupos celestiales. Si nos atragantamos con los ‘aleluyas’ y alabanzas ahora, perderemos aquel alto y glorioso lugar más allá. Oh, estemos más sobre nuestras rodillas y rostros delante del Señor. Oh, llenemos nuestras bocas más continuamente con acción de gracias al Dios de toda gracia, Oh, hagamos que resuene el alto cielo con nuestra adoración en casa y en el santuario.

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