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Aebli Hans. Parte didáctica

Lalita417 de Mayo de 2013

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Aebli Hans. Parte didáctica. Didáctica de la narración y la disertación.

- Adaptación a la mentalidad del alumno y de la clase.

La intencionalidad de la comunicación verbal está orientada a hacer revivir en los oyentes contenidos psíquicos que están vivos en el narrador, por medio de los signos verbales. Solo pueden activar en el interior del que escucha representaciones, conceptos y demás contenidos vivenciales que ya tiene; a partir de ellos ha de producirse cualquier enseñanza; son el material desde el que se origina cualquier nuevo contenido mental.

- Adaptación al nivel de desarrollo del alumno.

El profesor ha de tener en cuenta, el nivel de desarrollo del alumno. Toda etapa del desarrollo infantil posee un caudal de representaciones, conceptos, operaciones mentales. La psicología infantil investiga y describe las peculiaridades psíquicas de las distintas etapas del desarrollo, cuando menos edad tenga el niño, tanto más indiferenciadas y globales serán sus representaciones y conceptos. Sus conceptos son más simples, con frecuencia unidimensionales, mientras que en adultos son complejos y con frecuencia multidimensionales.

En clase, el profesor debe, por una parte, tener en cuenta el estado del repertorio mental del niño y del adolescente, y por otra, tender a hacerlo más rico, flexible y coherente, controlar su vocabulario para que los correspondientes significados no sean más diferenciados y complejos de lo que permite el nivel de desarrollo del alumno.

- Adaptación a la idiosincrasia de cada alumno.

Dentro de un determinado nivel de desarrollo se muestran las diversidades individuales en carácter y personalidad exactamente igual que en los adultos. El profesor deberá mantener unas veces más firmes las riendas y dar más libertad en otras ocasiones, intentando estimularla unas veces y frenarla otras.

- Colaboración de la clase en la narración.

Las más diversas medidas didácticas y modalidades de dar clase pueden provocar el diálogo. Para ello sólo es necesaria una cosa: dar oportunidades a los alumnos para expresarse, para abordar de un modo relativamente autónomo, problemas que les interesan y conducirles a una solución mediante el empleo de su propia capacidad de pensar.

- Aclarar y explicar.

En ciertos puntos de la exposición, en los que pudiera haber falta de claridad, el profesor hace que los alumnos mismos aclaren las cosas. Se ponen de manifiesto interrelaciones, se buscan motivos, se mencionan las consecuencias.

- Prever otros desarrollos.

En puntos críticos del desarrollo de una actividad hacemos que la clase exprese sus opiniones acerca del curso ulterior que van a seguir dicha actividad o dicho desarrollo, basándose en una situación de partida conocida, la clase intenta deducir los acontecimientos o fases siguientes.

- Dejar imaginar, ilustrar afirmaciones generales mediante ejemplos.

Los escolares de menos edad son los que tienen necesidad de imaginarse detalles de lo narrado por el profesor. Pero también los alumnos de educación básica muestran vivo interés por determinados problemas, siempre que sean trasladados desde el enrarecido aire de lo general a la realidad concreta.

- Hacer tomar postura.

Donde se habla de actos y decisiones, los puntos de vista pueden ser de la más diversa índole: utilidad, sabiduría, justicia, bondad moral; los escolares responderán según sus valores.

- Hacer volver a referir, hacer repetir.

Hacemos repetir a los alumnos algunos puntos de vista y la modificación del modo de expresión a que ello da lugar asegura un renovado interés a la repetición. La misma idea se puede expresar también de un modo más abstracto, al enumerar y especificar los argumentos de ambas partes.

- Dialogar, representar.

Una de las formas más

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