Alimentos Cancerigenos
kanela140221 de Junio de 2013
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NUTRIOLOGIA
ALIMENTOS CANCERIGENOS
DEFINICION DE LOS ALIMENTOS CANCERIGENOS
La relación alimentación y cáncer, son temas que por un lado se considera la dieta como factor precursor o de prevención del cáncer y, por otro, desde el papel de la dieta en el tratamiento del paciente oncológico.
El cáncer puede definirse como un crecimiento tisular producido por la proliferación continúa de células anormales con capacidad de invasión y destrucción de otros tejidos.
CONCEPTO DE CÁNCER
La palabra cáncer deriva del latín, y como la derivada del griego karkinos, significa 'cangrejo'. Se dice que las formas corrientes de cáncer avanzado adoptan una forma abigarrada, con ramificaciones, que se adhiere a todo lo que agarra, con la obstinación y forma similar a la de un cangrejo marino, y de ahí deriva su nombre. Se considera a veces sinónimo de los términos 'neoplasia' y 'tumor'; sin embargo, el cáncer siempre es una neoplasia o tumor maligno.
HISTORIA DE LOS ALIMENTOS CANCERIGENOS
En 1984, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos estableció que un 35% de los tumores tenían su origen o estaban relacionados con factores alimentarios. Esta cifra es comparable a la de los casos de cáncer producidos por el tabaco, contabilizados en un 30%. Así, hace ya 15 años que los expertos sitúan los factores alimentarios a la cabeza de los factores de riesgo tumoral, debidos a una influencia ambiental externa.
Más recientemente, el primer informe global sobre dieta y cáncer, publicado en septiembre de 1997 por el Fondo Internacional para la Investigación del Cáncer, junto con el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, no deja lugar a dudas sobre la íntima relación existente entre cáncer y dieta. Alimentos, Nutrición y Prevención del Cáncer: Una Perspectiva Global es un informe de 650 páginas elaborado por un equipo internacional de 15 científicos de 9 países, apoyados por más de 100 críticos, que evaluaron más de 4.000 estudios sobre la dieta y el cáncer.
El informe estima que un cambio en la dieta puede reducir la incidencia global de cáncer entre un 30 y un 40 por ciento, lo que equivale a entre tres y cuatro millones de casos anuales en todo el mundo. Junto con el abandono del tabaco implica que entre el 60 y el 70 por ciento de los cánceres son evitables.
La mayor parte del informe consiste en una evaluación de los vínculos entre una amplia gama de alimentos y bebidas, nutrientes, métodos de transformación y conservación alimentaría, tamaño corporal y nivel de actividad física, y cada uno de los dieciocho cánceres comunes. Para los factores estudiados que aumentan o disminuyen el riesgo de un cáncer dado, la intensidad de la asociación se clasificó como "convincente", "probable" o "posible". En general, los alimentos vegetales reducen el riesgo de cáncer. Por ejemplo, las verduras reducen el riesgo de cáncer de boca y faringe, esófago, pulmón, estómago, colon y recto (convincente), laringe, páncreas, mama y vejiga (probable), hígado, ovario, endometrio, cuello del útero, próstata, tiroides y riñón (posible). De manera similar, las frutas reducen el riesgo de cáncer de boca y faringe, esófago, pulmón y estómago (convincente), laringe, páncreas, mama y vejiga (probable), ovario, endometrio, cuello del útero y tiroides (posible). Por contraste, el alcohol, la carne, las dietas grasas y la obesidad incrementan el riesgo de diversos cánceres. La carne, por ejemplo, probablemente incrementa el riesgo de cáncer colorectal, y posiblemente incrementa el riesgo de los de páncreas, mama, próstata y riñón.
Los estudios realizados sobre vegetarianos muestran que tienen una menor incidencia de cáncer en general y de varios tipos específicos, tras tomar en consideración los efectos de otros factores del estilo de vida tales como el fumar y la cantidad de ejercicio. Estos beneficios se deben no sólo a la exclusión de la carne, sino también a la inclusión de una mayor cantidad y variedad de alimentos vegetales que contienen una amplia gama de sustancias que previenen el cáncer
RELACIÓN DIETA CON EL CÁNCER
La alimentación es la principal fuente de energía y salud. Así ha quedado patente tras la reciente presentación del nuevo Código contra el Cáncer por parte de la Comisión Europea, que ha desvelado la importancia de la dieta para la prevención de esta enfermedad, una de las lacras de la salud mundial.
El objetivo del nuevo código es conseguir que las muertes se reduzcan un 20% en Europa en un plazo de unos doce años. Para la consecución de dicho objetivo, los países miembros de la Comunidad Europea deberán aplicar las 11 recomendaciones que establecen el código, de las que tres están directamente relacionadas con la alimentación.
RECOMENDACIONES GENERALES
Durante los últimos años, algunos estudios acerca de la relación entre la comida y el cáncer, han revelado algunos datos contradictorios pero se ha establecido una relación entre la aparición de algunos tumores y los hábitos alimenticios. Al parecer, la importancia el consumo de algunos alimentos puede ser más dañino que la herencia genética.
Comer fruta y verdura en las comidas y reducir la ingestión de grasas animales son las pautas alimenticias fundamentales contra esta enfermedad. El sobrepeso puede influir de forma negativa en todos los sentidos, pero parece estar también directamente relacionado con el desarrollo de tumores cancerígenos. El consumo habitual de bebidas alcohólicas es también muy negativo.
Llevar una vida más sana en general nos ayudará a prevenir enfermedades cancerígenas, además de otros muchos males. Tener en cuenta factores como la práctica de ejercicio diario, revisiones periódicas, evitar la exposición excesiva al sol, etc., aumentará nuestra calidad y esperanza de vida.
El azúcar y los hidratos de carbono no son negativos
Mucho se ha especulado con los efectos negativos del consumo excesivo de hidratos de carbono y azúcares. Algunos estudios parecían revelar una relación directa entre el consumo abusivo de ambos y el desarrollo de cáncer colorectal. En recientes investigaciones, parece quedar aclarado que el consumo de azúcar e hidratos de carbono no es negativo, sino que los grandes enemigos de nuestra salud en este sentido siguen siendo las grasas animales.
Prometedor complemento para la radioterapia
Las vitaminas, en general, poseen un probado efecto preventivo ante el cáncer. La vitamina D, en concreto, destaca por su capacidad antitumoral, una propiedad que ha quedado corroborada en diversos estudios científicos. El problema surge cuando esta vitamina es administrada de manera abusiva ya que puede llegar a ser perjudicial: es posible que desemboque en un incremento del calcio, lo que puede resultar nocivo para las estructuras óseas. En la actualidad, se investigan posibles combinaciones con la radioterapia. En recientes investigaciones se ha comprobado que la combinación de ambos elementos tiene gran capacidad destructiva contra el cáncer de colón, la leucemia mieloide y el mieloma.
El medicamento análogo ha sido recientemente aprobado por la agencia estadounidense de medicamentos y hay quien ya augura que pronto se podrá aplicar a personas afectadas de cáncer.
La comida oriental, un factor preventivo
Las mujeres occidentales padecen en mayor porcentaje cáncer de mama que las mujeres japonesas. La soja puede ser la sustancia que hace más inmunes a las niponas. Las legumbres parecen tener un efecto preventivo parecido y los culpables parecen ser unos componentes concretos conocidos como isoflavonas. Éstos pertenecen al grupo de los fitoestrógenos cuya estructura es muy similar a las hormonas femeninas.
Consumir estas sustancias ayudará a prevenir el cáncer pero sólo si son consumidas en grandes cantidades. El consumo por parte de las niponas de importantes cantidades de sopa de miso, especie de pasta de granos de soja fermentados, es lo que las hace más inmunes a contraer cáncer de mama.
En un estudio realizado que se prolongó 10 años con una muestra de 22.000 féminas japonesas, reveló los preventivos efectos de la sopa de miso. Durante el periodo del estudio, 179 mujeres contrajeron cáncer de mama y los investigadores pudieron comprobar que las mujeres que tomaban frecuentemente sopa de miso tenían la mitad de probabilidades de contraer la enfermedad. Otros hábitos alimenticios nipones como el consumo de arroz, pescado y verdura parecen muy beneficiosos.
LISTA DE ALIMENTOS RELACIONADOS
Las grasas
En animales de experimentación se ha encontrado que las dietas ricas en grasa tienen efectos cancerígenos, sobre todo en los estadios iniciales de los tumores, ya que a este nivel las células tumorales utilizan las
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