Análisis y Expresión Verbal

Juan Carlos León Jarquín, A01020200

Mtra. Soad Lozano Peters

Análisis y Expresión Verbal, Grupo 10

10 de marzo de 2013

Otra vuelta de tuerca.

Si bien la institutriz no está, como ella llega a decirlo, loca, si comienza a dudar sobre su estabilidad mental ya que el mismo suspenso de no saber si las visiones que llega a tener en el transcurso de la novela son reales o sí los niños le ocultan algo importante y el hecho de que el trato al que llega con su señor le impide informar con lo que pasa dentro de la casa la tienen muy intrigada.

La institutriz cuenta con el apoyo de la Sra. Grose, una fiel amiga que hace dentro de la casa y en medio de los acontecimientos, y bien las palabras de la señora Grose nos convencen de la realidad de las visiones y también consiguen que demos por buenas las palabras de la institutriz quien dice que el verdadero objetivo de los fantasmas es dominar a los niños.

Mientras que la obsesión de la institutriz por su responsabilidad dando (ella sola) por hecho que el único medio de salvar a los niños del dominio es someterlos a una vigilancia tan inexorable que resulta agobiante.

Después de un tiempo la institutriz llega a la conclusión los niños, a quienes describía como la imagen de la más absoluta belleza e inocencia, no solo ven a los fantasmas sino que están en connivencia con ellos, esto hace que dude en cómo reaccionar hacia las apariciones de los fantasmas ya que el hecho de que ellos estén en contacto con los fantasmas hace difícil que ella los pueda proteger.

El mismo hecho de que los niños tomen parte activa en las apariciones de los fantasmas hacen que la institutriz desconfíe de su estabilidad mental ya que no sabe si ella esta alucinando a los fantasmas y la conexión que los niños mantenían o sí todo era real y ella debía encontrar la forma de contrarrestarlo y cuidar a los niños de las manos de, como ella los define, los fantasmas viles y macabros.

Mientras tanto la institutriz comienza sus investigaciones para saber de quienes son estas viles presencias llegando, con ayuda de la Sra. Grose, a la conclusión certera de que ambos espíritus fueron antiguos empleados de la mansión, ambos muertos en circunstancias extrañas e imprevisibles.

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