Aparato Fonador

VALORES QUE PREOCUPAN

La verdad, la justicia y la solidaridad parten de la gran lista de valores habidos y por haber, en donde la sociedad en todo su esplendor ha ignorado su aparición. Lo que la verdad y la justicia no pueden comprender, la solidaridad alcanza y completa la función ante la humanidad. Tales propósitos deben ser lo de la escuela, y la primera definición de sus estatutos está basada a los valores, y rectificándose lo genuino y legitimo del pueblo, la identidad. Es importante señalar, demostrar de manera reflexiva que la pedagogía del oprimido continúa plena de sentido universal y vigencia.

El autor se ha enfocado en tres puntos importante como: La ideología social el pensar de cada ser humano ante la superación y el crear conciencia de sí mismo. El punto de partida para hacer cumplir el proceso educativo- alfabetizador situación con que vive el oprimido. Y la naturaleza que contempla o propicia la posibilidad de discusión del ser humano y su fundamental apertura.

En la actualidad las bases filosóficas que sostiene la práctica educativa del “pedagogo de la liberación”, sigue siendo la misma que hace años atrás y aun no pierde vigencia siendo así que cobra un gran sentido a numerosos movimientos sociales en el mundo del pedagogo. No se puede ocultar que seguimos viviendo en una sociedad manipulada, chantajeada y de opresión donde por ignorancia la educación juega un papel importantísimo y fundamental para lograr la libertad y obtener las ideas fundamentadas en el respeto al contexto cultural, las instituciones educativas como: la escuela, los colegios y la universidades deben centrarse en una misma dirección formal para poder formar una buena práctica educativa, tomando en cuenta el contexto económico, social, político y cultural.

Para Freire, en el contexto de nuestras sociedades e historia, la pedagogía necesariamente ha de ser una “pedagogía del oprimido” o sea, que está sometido a la vejación, humillación que implica un posicionamiento político.

Dice “Freire que lo político no absorba lo pedagógico, ni enemistar la educación con la política. Pero teniendo en cuenta que la opresión que caracteriza a nuestras sociedades, adquieren numerosas formas y manifestaciones, a menudo encubiertas, supone, por tanto, un prolongado y arduo esfuerzo llegar a la liberación. Como él mismo afirma: la liberación es un parto. Es un parto doloroso (Freire.1970, p.45).

El docente por vocación tiene que ser un ente visualizador, observador, integrador, innovador espiritual, responsable entre otros, estar concreto a la realidad educativa, puesto que se debe educar a niños y niñas futuro de la nuevas generaciones donde hoy día se vive en un mundo donde todo se ha perdido por las malas estrategias sociales y la falta de responsabilidad, el educador debe cumplir sus roles y definir su perfil ante el educando. Debe observar las debilidades que presenta el educando en el medio ambiente en que se desenvuelven y así poder fortalecer y reforzar los conocimientos previos.

En su falta de atención el oprimido quiere a toda costa parecerse al opresor, imitarlo y seguirlo, o sea, valerse del trabajo ajeno para salir victorioso lo que muy usual hoy en día mucho copian lo que otros con esfuerzo y dedicación han logrado. Lo que resulta triste sobre todo en este campo educativo y la sociedad en general.

Recordemos que la educación es un proceso permanente de enriquecimiento continuo del conocimiento el de saber hacer o saber cómo hacer; ya que, los seres humanos nos encontramos en una actualidad, divididos entre mundialización o globalización y la búsqueda de nuestras raíces , nuestros puntos de referencia y nuestro sentido de pertenencia. Es por eso que Paulo Freire acota una síntesis de importante corriente filosófica aplicada al quehacer educativo si bien es cierto que

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