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Aproximación A Las Teorías


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  3.687 Palabras (15 Páginas)  •  190 Visitas

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APROXIMACION A LAS TEORIAS PSICOLOGICAS SOBRE EL DESARROLLO MORAL.

La filosofía, la psicología y la pedagogía, como cuerpos de conocimiento, se han ocupado y se ocupan de la cuestión moral. Las aportaciones de la psicología, no dejan de ser parcial y tienen dos sentidos. En primer lugar, se delimita a las teorías psicológicas sobre génesis y desarrollo moral, dejando al margen los intentos explicativos de la filosofía y las orientaciones y concreciones propias de la pedagogía. En segundo lugar porque aún dentro del dominio de la psicología, se ofrecen cuatro enfoques – psicoanalítico, conductista, socio-cognitivo y cultura-evolutiva -, representadas por autores concretos.

LA TEORIA PSICOANALITICA SOBRE LA GENESIS DE LA CONCIENCIA MORAL

En este enfoque S. Freud y M. Klein son los que se destacan. Freud presenta una dicotomía entre lo social y lo no social. La persona, cuando nace, no es naturalmente social, y el proceso de socialización que ha de seguir es el que genera buena parte de su desarrollo psicológico. Por otra parte, se entiende la sociedad como una forma de defenderse de los individuos y no solamente de protegerlos. Este dualismo se extiende también a otros planteamientos mas vitalistas: el eros y el tánatos, instintos de auto acción y de destrucción respectivamente, son los que se encuentran presentes y actúan a lo largo del ciclo vital de la persona.

Freud considera, como rasgos principales de lo que podemos llamar personalidad moral, la honestidad y la aceptación de las propias necesidades. La perspectiva moral que ofrece Freud se revela, así, como racionalizada: sea cual sea la forma, presupone la existencia de un código moral racional.

Será la teoría de las tres instancias de la personalidad – superego, ego e id – la fuente de interpretación moral, concretada en las referencias a la conciencia y al carácter a partir de los análisis de personalidades problemáticas. Freud encuentra estos problemas por dos causas: cuando se quieren superar las prohibiciones del superego y cuando se quieren dominar los impulsos del id.

La conciencia moral que Freud presenta depende de la evolución biopsicológica. No es algo innato: se podría decir que no existe una capacidad genérica para discernir entre el bien y el mal. Sitúa el origen de esta conciencia moral en tres instancias externas – la familia, la sociedad y la cultura – y en situaciones psíquicas primitivas. Se puede identificar una conciencia moral con el superego, derivando en agresividad, en castigo y en sentimientos de culpa.

La formación de la culpa internalizada y las correspondientes normas morales introyectadas representan los logros evolutivos más importantes, pues salvan el dualismo inicial entre lo individual y lo social entre el interés del sujeto y los propósitos sociales o colectivos.

El primer momento de esta introyección de lo externo se encuentra en la superación del complejo de Edipo, aproximadamente a los cinco años.

El superego se consolidaría hacia los seis-siete años: “Se establecerá así una primera fase de moralidad heterónoma, que luego habrá de madurar en un tipo de conciencia, principio de moralidad autónoma.

Melanie Klein menciona que la conciencia se encuentra en el paso de la angustia o sadismo a la concepción humanista del objeto o realidad, que hace nacer el sentimiento de culpabilidad. Este sentimiento es capaz de ver la realidad de manera múltiple, no dicotómica o relativa, y dado también que nacen los sentimientos de cuidado y respeto hacia el objeto.

LAS EXPLICACIONES DE LA TEORIA DEL APRENDIZAJE SOBRE LA CONDUCTA MORAL.

Toda conducta es aprendida y la conducta moral también. B. F. Skinner en el fenómeno moral es la clásica del conductista radical, que fue:

No creo que exista un mundo de experiencia mental o subjetiva que esté siendo ignorado o que deba serlo. Uno siente varios estados y procesos en el propio cuerpo, pero estos son productos colaterales de las propias historias genética y personal. Juntamente con ello sitúa la única vía posible de transformación. Necesitamos cambiar nuestra conducta, y esto solo podemos hacerlo cambiando nuestro ambiente físico y social.

Escogemos el camino equivocado ya al principio, cuando suponemos que nuestra meta es cambiar las “mentes y corazones de hombres y mujeres” en vez del mundo en que viven.

La idea de la educación moral va solamente orientada a influir sobre el medio, pero esta influencia no implica intervención contextual, participativa y crítica. La influencia no es otra cosa que control social y riguroso.

Control del ambiente social y moldeamiento de la conducta por esfuerzo son las pautas de acción que han de ser completadas al tratar, si no del desarrollo moral, sí de la acción sociomoral.

La conducta antisocial genera estímulos adversos que originan el sentimiento de culpa y hacen que, a nivel de refuerzo positivo, la persona se comporte de acuerdo con la ley. Las leyes no son más que reglas de conducta en cuanto especifican las consecuencias de ciertas acciones. Y son precisamente esas consecuencias las que regulan la conducta de los sujetos.

Las críticas que Kohlberg realizó a Skinner se podrían resumir en dos, siguiendo a Peters (1984). La primera ya ha sido anunciada, y es la que hace referencia al hecho de que Skinner se ocupa solamente del aprendizaje moral y no del desarrollo moral. La segunda es la concepción skinneriana de la moral fundamental en principios, de la misma manera que omite también la profundización en el significado conceptual de lo que se entiende por una virtud determinada. Según Peters el aprendizaje de normas mediante la aprobación social es referido a las primeras etapas del desarrollo, cuando no se pueden concebir las reglas como derivadas de principios, sino como guías concretas de conducta.

MORALIDAD Y CONVENCION: LAS TEORIAS SOCIO-COGNITIVAS.

El paradigma cognitivo-evolutivo, se distingue de ellas por el énfasis en el conocimiento social. Esta línea se considera que el fenómeno moral es diferente de otros fenómenos sociales, como las leyes o las relaciones interpersonales, aunque se relaciona con ellas.

Turiel se centra en el desequilibrio cognitivo como mecanismo de cambio en el desarrollo moral. Lo considera como la condición fundamental para la optimización de las estructuras cognitivas. Pero se separa de la tradición de Piaget y Kohlberg al distinguir los dominios conceptuales diferentes, que se desarrollan de forma también diferencial. Estos dominios son la convención social y la moralidad. La convención abarcaría el conjunto de los pensamientos

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