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Arquitectura Interior Del Comercio


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2014  •  1.757 Palabras (8 Páginas)  •  141 Visitas

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Arquitectura interior del comercio

La arquitectura interior debe crear una circulación fluida y lógica dentro de la tienda. Para ello debe "aspirar" el flujo de clientes y dirigirlos hacia todas las secciones y departamentos con la finalidad de asegurar al máximo la rentabilidad de la superficie de ventas. A la hora de diseñar el interior de la tienda hay que planificar una serie de tareas que nos permitan asegurar la calidad del trabajo. Son las que siguen:

1. Determinar la entrada al comercio.

2. Localizar la zona caliente y la zona fría.

3. Ubicar las secciones.

4. Distribuir el mobiliario.

5. Diseñar los pasillos.

1. Determinar la entrada al comercio

¿Hacia dónde se dirigen los consumidores? Según diversos estudios, cuando los clientes acceden a un comercio tienen una clara tendencia a dirigirse hacia el centro del establecimiento y girar en sentido contrario a las agujas del reloj. Partiendo del hecho de que la tendencia natural de los consumidores es dirigirse hacia la izquierda, Ricardo Palomares determina en su libro que el punto de acceso ideal estaría situado en el extremo derecho, para que toda el área de exposición quede a la izquierda y el cliente se pueda desplazar de forma natural.

2. Localizar la zona caliente y la zona fría

La zona caliente y la zona fría son extensiones imaginarias que, teóricamente, dividen la zona expositiva en dos partes iguales.

Zona caliente: Es la más próxima a la entrada del comercio. Se trata de aquel espacio que se localiza dentro de la circulación "natural" del cliente, es decir, el área por donde pasean los consumidores independientemente de la sección o artículo que busquen. Es una zona susceptible de ser ocupada por aquellos productos de compra menos frecuente o de baja rotación. Colocaremos también cualquier producto del que queramos potenciar su venta.

Zona fría: Se trata del espacio más alejado de la entrada del comercio. La zona fría es aquella por la que los clientes no circulan de manera natural sino que se dirigen hacia esas zonas para encontrar los productos que necesitan. Por eso en estas zonas encontramos los artículos con mayor volumen de ventas habituales o con mayor rotación. Colocaremos en esta área cualquier producto promocionado, con el fin de "dirigir" la circulación de los clientes hacia estas zonas teóricamente menos concurridas.

Si el comercio posee dos o más puertas de entrada, en principio carece de zonas frías, ya que la circulación fluye en dos o más sentidos; aunque en la práctica, y especialmente en aquellos locales de importantes dimensiones (más de 400 m2), es necesario localizar las zonas frías para poder ubicar estratégicamente las secciones, discriminándolas en función de su rotación.

3. Ubicar las diferentes secciones

La localización de las secciones es uno de los factores más importantes que contribuyen al logro de un buen merchandising, es decir, a alcanzar la máxima rentabilidad del punto de venta. Esta función tan relevante consiste en encontrar un espacio que resulte adecuado para la implantación y exposición de las diferentes categorías de producto. La decisión sobre dónde ubicar las diferentes secciones que componen el comercio no puede estar sometida al azar, sino que ha de ser el resultado de un estudio pormenorizado de una serie de aspectos que deben prevalecer a la hora de situar cada una de las divisiones. Se trata de alcanzar los objetivos de rentabilidad facilitando las compras de los clientes.

Los factores más importantes a tener en cuenta en la decisión sobre la adecuación de las secciones son:

La rotación de los productos: Que puede ser alta, media o baja en función del volumen de ventas.

La simbiosis entre rotación y ubicación: Una vez delimitadas las zonas calientes y frías del establecimiento y clasificados los productos según su rotación hay que relacionar estas dos variables de la siguiente manera: los productos de mayor rotación ocuparán las zonas frías, los productos de baja rotación ocuparán las zonas calientes y los productos de rotación media ocuparán las zonas intermedias. Los productos con menor volumen de ventas (rotación baja) deberán estar expuestos en la zona caliente para activar su compra. En cambio, los productos de alta rotación podrán ocupar la zona fría porque los clientes los buscarán en el comercio y por tanto no es necesario que se los "encuentren" durante su circulación natural por la tienda.

Zona templada: La delimitación de las zonas calientes y frías obligará al cliente a circular entre estas dos áreas, lo que dará como resultado una gran zona templada. El recorrido de esta zona debe ser coherente y ordenado para potenciar las compras por impulso. Para que el establecimiento disponga de una buena distribución, la zona templada debe suponer más o menos el 70% de la superficie total de exposición.

Zona caliente natural: Recibe este nombre la zona del establecimiento que siempre está muy concurrida. Esta zona suele coincidir con los puntos de acceso y los pasillos principales. La adecuada extensión de esta zona ha de ser de aproximadamente el 20% de la superficie total.

Zonas física y psicológicamente frías: Son aquellas zonas muy poco frecuentadas por los clientes. Estas zonas quedan en los rincones, pasillos sin salida o muy estrechos. Deben ocupar un máximo del 10% de la superficie de venta.

Complementariedad: Consiste en distribuir las diferentes secciones que forman el establecimiento atendiendo a sus similitudes y características en común, que deben fundamentarse entre sí, de forma que aquellas que son adyacentes sean lo más compatibles posible, con el objetivo de generar una circulación cómoda y ordenada que propicie

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