Arte...fuera Del Museo

Si echamos un vistazo algunos siglos atrás podremos notar que el arte a dejado de ser un asunto “exclusivo” de cierta clase de personas o nivel social; a extendido o mejor dicho casi eliminado por completo sus barreras para convertirse en un tema prácticamente universal, donde no se necesita tener estudios o ser un ilustrado en arte para poder disfrutar de esa belleza estética que ofrece cualquier clase de expresión artística. Aunque sea difícil de creer aún el siglo XXI por más que hayan artistas liberales, de igual forma existen aquellos conservadores que creen que el arte fue creado para cierto tipo de público, excluyendo así a quienes ellos no consideraran lo suficientemente “cultos” para entender de lo que se trata el arte. En lo personal podría decir que es la idea más errada que un artista podría tener, el artista debería ser casi un comunicador social, sin limitarse en clases, razas, creencias, orientaciones… etc. si el artista crea en base a su realidad una de sus principales motivaciones debería ser el llevar ese mensaje a las masas, transmitir eso que él conoce a aquellos con un entorno distinto.

Este mismo rechazo por parte de los conservadores es lo que ha llevado a que aquellas personas con propuestas diferentes, algunas ajenas al mundo del arte, gente del día a día así como también artistas plásticos consagrados; a alzar sus voces, mostrar su arte de la manera que les sea posible, para decirle al mundo “aquí estamos, aquí esta NUESTRO arte”. Y ellos no solo se preocupan en llevar su arte a una audiencia sino en convertir a ese público en cómplice de la obra.

Y allí radica la esencia de este ensayo, en las muestras que nos ofrecen estas personas, en su relación con el público quienes poco a poco pasan de ser una gran masa observadora para convertirse en intérpretes; en el momento cuando el artista acerca estas obras a la realidad de esa audiencia. Además nos enseñan como una “obra de arte” no reside solo en alguna escultura de yeso, pinturas en oleos, dibujos a carboncillo, el hecho de mostrar algo fuera de los cánones establecidos no implica que alguna valga más o menos o sea más o menos obra de arte; el secreto está en encontrar ese equilibrio.

Colombia, uno de los países más importantes de Latinoamérica, un país en desarrollo que no solo se encarga del ámbito político y económico para su mejora, va más allá de eso; ocupándose de igual forma de la culturización de las personas; porque, el sembrar y cultivar la cultura es no menos importante en el crecimiento de una entidad, y eso lo tienen muy presente sus gobernantes y sus habitantes.

“¿…Y como para qué arte de qué…?” Este es el nombre que lleva el documental sobre los 12 Salones Regionales de Artistas realizado en el año 2007. Para hacer este documental se convocó a artistas de todo el territorio colombiano para que hicieran llegar filmaciones de sus trabajos, ya fuese el proceso de creación junto con el arte final, quienes participaron en la elaboración de su propuesta; en fin, se les dio libertad en relación a eso. Esta iniciativa corrió por parte del documentalista Diego García Moreno, quien también se encargó de la edición; de este trabajo él dijo:

“Invité canales regionales, universidades, estudiantes, productores independientes, cine-cluberos, a los mismos artistas y a los curadores, para que fueran cómplices de un gran trueque: produzca un documental corto sobre el artista que considere importante, privilegie en su realización el proceso; tíresela de artista, haga su obrita, ayude a llenar páginas del álbum de familia de su región y hagamos un gran paquete de documentales que circulen por todo el país”

De esta forma se logró hacer una inmensa recopilación de trabajos variopintos de todas partes del territorio colombiano.

No podría relatar mi opinión de cada una de las obras ya que eran tantas y tan variadas, así que me veré en la obligación de narrar mi impresión generalizada del documental. Primero debo decir que, fue sorprendente la calidad de esos trabajos, iban desde las cosas más simples hasta obras muy elaborados y aún más increíble era las propuestas que mostraban, obras que difícilmente podríamos encontrar en algún otro lugar, y todas estas nacían de la realidad del artista; fueron las formas que ellos encontraron de impactar al espectador, dejar un mensaje en su subconsciente.

El arte no siempre tiene que ser “hermoso” y esto es justamente lo que ellos nos muestran, quien

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