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BASES PARA EL SERVICIO SOCIAL

alecita40518 de Octubre de 2012

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Capítulo I.- Historia del servicio Social.

Las raíces se remontan al México prehispánico donde la organización socioeconómica de los aztecas: el calpulli, que respondía a una forma de organización básica, en donde la población vivía en comunidades practicando el trabajo común, desarrollando relaciones de cooperación y solidaridad.

En el siglo XVI, la Legislación de Indias, habla de proporcionar “ayuda asistencial a la comunidad”. Durante el periodo colonial (1521-1810), se destacan los casos de Fray Bartolomé de las Casas y Vasco de Quiroga, con la creación del hospital de Santa Fe y la Fundación de las escuelas de Santa Cruz de Tlatelolco y la de San Pedro y San Pablo. Vasco de Quiroga concebía al colegio y los hospitales como una sola institución e insistía en su conservación en beneficio de los indios. Es claro el interés que tenía para que la educación superior estuviese ligada con las necesidades sociales de la comunidad.

Con la obtención de la independencia nacional, el siglo XIX se presenta lleno de contradicciones sociales, al final de las cuales surgirá el Estado nacional mexicano.

Durante el Porfiriato (1876-1911), el maestro Justo Sierra promoverá la Reforma Integral de la Educación Mexicana, insistiendo y favoreciendo el desarrollo de la pedagogía social. A él se deben, entre otras cosas, la creación de importantes instituciones educativas, como fue el Consejo Nacional de Educación en 1910, bajo los principios de que el ejercicio profesional no debería permanecer al margen de las necesidades sociales y problemática del país.

Durante el proceso armado de la Revolución de 1910-1917, la Universidad Nacional fue receptáculo de las ideas sociales difundidas en el país, y se dio a la búsqueda de una fisonomía institucional propia.

Las ideas sociales de la Revolución Mexicana, con respecto al servicio social, fueron plasmadas en los artículos 4o y 5o de la Constitución Mexicana, bajo el principio de que los profesionistas deben ser útiles a la sociedad.

En 1920, José Vasconcelos señalaba: “La técnica y el arte tienen como mira final servir al hombre del pueblo. La Universidad dejará de producir profesionistas decimonónicos: individualistas, egocentristas y simuladores. En cambio, se forjará al profesional capaz y solidario”.

Con la obtención de la autonomía universitaria se inicia la definición de la función y sentido, y por ende, su relación con el Estado y la sociedad en general.

El servicio social, en su concepción actual, se inicia durante la presidencia del General Lázaro Cárdenas en 1936, año en el que fue creado el Instituto Politécnico Nacional, para dar respuesta a las necesidades técnicas.

Dirigido principalmente hacia el medio rural, y con la incorporación de los estudiantes de las carreras de medicina, el objetivo del servicio social era atender a las comunidades carentes de servicios médicos.

Destacado papel habría de desempeñar el Dr. Gustavo Baz en la creación y realización del servicio social de los estudiantes de medicina. Le corresponde el mérito de haber sido el primer representante de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) que firmó convenio con una institución del sector público: el Departamento de Salud Pública. Entre los postulados del convenio se destacan el de contribuir a lograr una distribución más conveniente de los médicos en el territorio nacional y el de proporcionar servicios médicos terapéuticos.

Posteriormente, al servicio social se le incorporaron los estudiantes y pasantes de las escuelas de Enfermería y Odontología, en el contexto mismo de la Ley General de Salud.

En mayo de 1945 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Reglamentaria de los artículos 4o y 5o constitucionales, relativos al ejercicio de las profesiones en el Distrito Federal. Esta Ley determinaba las condiciones de las profesiones que requerían título para su ejercicio. Una de éstas fue la relativa al servicio social, la cual desde su implementación tuvo un carácter “especial”, y debido a ello se contempló un capítulo exclusivamente para regularlo, el capítulo VII de la Ley, en el cual se exigía a los estudiantes el cumplimiento del servicio social como un requisito previo para la obtención de un título profesional.

El primero de octubre del mismo año se publicó el reglamento de esta Ley, bajo la presidencia de Manuel Ávila Camacho.

Debido al carácter privativo del servicio social, y a la falta de uniformidad de criterios para determinarlo, se buscó su generalidad y, por decreto presidencial de 1952, se estableció que éste se prestara ya sin distingo por todos los estudiantes, independientemente de que se requiriera o no el título para el ejercicio de una profesión.

Para 1952 la Ley Reglamentaria hizo del servicio social una obligación para todos los estudiantes de enseñanza superior, especificándose que el periodo comprendería de 6 meses a 2 años de servicio. Sin embargo la legislación no previó la estructura administrativa ni los recursos financieros; la responsabilidad para la organización y operación de los programas quedaba en manos de las instituciones de educación superior.

A partir de 1945 la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) promovió la creación de brigadas multidisciplinarias, las cuales fueron conocidas como “misiones universitarias”; a partir de ellas, y con la idea de trabajar durante periodos vacacionales en proyectos de desarrollo rural, surgió entre los estudiantes y autoridades universitarias la preocupación de organizar el servicio social en forma más adecuada.

Para esta época varias facultades y escuelas, e inclusive otras instituciones educativas, estructuraron en forma por demás organizada sus programas de servicio social. Para 1957 las carreras de ciencias políticas y sociales de la UNAM adoptaron el servicio social. Para aquellas profesiones no relacionadas con la salud, el periodo se fijaba en 6 meses.

En la década de los sesenta se inició un movimiento que intentó resolver la cuestión reglamentaria del servicio social en facultades y escuelas. Aparecieron proyectos de leyes y reglamentos sobre esta actividad, y en 1960 se fijó la regulación del servicio social a los estudiantes de las escuelas normales federales.

Con dichas experiencias siguió latente la preocupación de realizar una profunda reorganización del servicio social en el ámbito nacional: desde su definición hasta las cuestiones de carácter operativo.

En 1967 tuvo lugar la Primera Mesa Redonda Nacional de Servicio Social, en la que se aceptó el promover la creación de un organismo que coordinara la prestación del servicio social de pasantes, buscando con ello la participación, el establecimiento y fomento de relaciones más estrechas con los programas de gobierno. La oposición de diversos grupos estudiantiles no permitió la creación de dicho organismo; sin embargo, quedaba demostrado cuán importante era el potencial que proporcionaba la prestación del servicio social.

La prestación del servicio social y la creciente incorporación multidisciplinaria de prestadores, propició la realización del Primer Congreso Nacional para la Reforma del Servicio Social, en Oaxtepec, Morelos, en febrero de 1972. De ahí surgiría la propuesta de crear una comisión para trabajar como grupo técnico y discutir la situación que para entonces tenía el servicio social de pasantes y profesionistas, y diseñar una solución para su proyección en programas de beneficio colectivo. De esta comisión resultó el anteproyecto del decreto de ley para la creación del Consejo Nacional de Servicio Social de Pasantes y Profesionistas.

Por su parte, las autoridades universitarias crearon, en 1973, la Comisión Coordinadora del Servicio Social Integral; en el IPN, para 1974, se formaron brigadas multidisciplinarias para promover el desarrollo de las zonas ejidales marginadas del país, surgiendo así el Plan Nacional de Servicio Social en Zonas Ejidales.

En el aspecto jurídico, durante la década de los setenta, se formularon importantes disposiciones sobre esta materia, destacando entre ellas, la Ley Federal de Educación (1973), en donde se contempla la obligatoriedad del servicio social por los beneficiarios de la educación y la reforma de 1975 a la Ley de Profesiones del Distrito Federal.

A mediados de los setenta se hace patente la preocupación de las instituciones de educación superior por la organización del servicio social y su adecuada coordinación con las instituciones receptoras del servicio. Esta preocupación se hizo cada vez más manifiesta en las reuniones nacionales y regionales que celebró la ANUIES, (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior) Es así como, previa consulta con las autoridades académicas y educativas, se incorporó en el Plan Nacional de Educación un programa de servicio social de carácter prioritario, promoviendo la participación de las instituciones de educación superior en el desarrollo del país, a través de la prestación de este servicio por parte de los estudiantes.

En 1978 se crea la Comisión de Coordinación de Servicio Social para los Estudiantes de Instituciones de Educación Superior (COSSIES), cuyos objetivos estaban dirigidos a subsanar la falta de coordinación del servicio social a nivel nacional. Esta comisión se integró con representantes de las secretarías de Educación Pública y de Programación y Presupuesto, así

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