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Blanca Olmedo


Enviado por   •  3 de Junio de 2014  •  3.108 Palabras (13 Páginas)  •  655 Visitas

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En el año 2008* se cumplen los primeros cien años de Blanca Olmedo, escrita por Lucila Gamero de Medina (1873-1964), considerada por muchos como la iniciadora de la novela en Honduras. Blanca Olmedo es quizás –junto con Prisión verde y Cipotes de Ramón Amaya Amador- una de las obras más leídas por los hondureños de todos los estratos académicos y sociales; ya que ha sido lectura obligada en el sistema educativo nacional.

Desde su aparición, la obra tuvo una acogida favorable y la autora ganó el reconocimiento de propios y extraños, por lo que podríamos decir que con Lucila Gamero de Medina, la conocida y radical sentencia de que “no hay profeta en su tierra” encuentra una honrosa excepción.

Exploraremos a continuación cinco de las variadas –no las únicas ni las últimas- lecturas o aproximaciones, que este texto novelístico permite.

Para muchos lectores (primerizos, adolescentes, enamorados…) la única y más agradable forma de acercarse a la obra es tomando el camino de novela sentimental o romántica.

El argumento de esta historia de amor es sencillo y nada original o novedoso: Blanco Olmedo, una joven de buena familia, ha perdido todos sus bienes por las malas acciones de un abogado corrupto (Elodio Verdolaga). Esta circunstancia la obliga a trabajar como institutriz en la casa de la familia Moreno, donde conoce al que será el amor de su vida: Gustavo Moreno. Por las intrigas de doña Micaela, madre de Gustavo, así como las del padre Sandino –consejero espiritual de la señora Moreno- y también por las influencias del mismo Elodio Verdolaga, el amor de los jóvenes no llega a realizarse. Gustavo es enviado ala guerra, Blanca enferma y muere (de amor) en ausencia de su amado y cuando éste regresa, se suicida al no encontrar a su prometida. Doña Micaela, al final, llena de remordimientos, funda un asilo para huérfanos con el nombre de Adela (prima de Gustavo y discípula de Blanca) quien también ha enfermado y muerto de tristeza.

Como vemos, el hilo argumental es típicamente romántico; los amantes se conocen, se enamoran, hay un obstáculo que los separa y finalmente, mueren sin consumar su amor.

Lucila Gamero, en esta historia, ha puesto en evidencia las convenciones generales de la tradición romántica sentimental: la fatalidad como destino de los amantes, la idealización de la mujer y la subjetivización de la naturaleza, el estilo íntimo y personal del diario, la rebeldía romántica que se opondrá al orden establecido pero que no logrará vencerlo.

Muchos críticos han señalado que el romanticismo de Blanca Olmedo y de otras novelas de Gamero de Medina es un romanticismo tardío, trasnochado, posromanticismo y otros epítetos; ya que el movimiento romántico surge y se desarrolla en Europa en la primera mitad del siglo XIX. Para 1908, entonces, cuando surge la novela que nos ocupa en este trabajo, ya el romanticismo europeo y aún el hispanoamericano había caído en decadencia y nuevas tendencias lo habían sobrepasado-e Modernsmo impulsado por Rubén Darío estaba incluso en su etapa final.

No obstante, lo romántico sentimental –tardío pero atractivo a muchos lectores, incluso del siglo XXI –es el instrumento que la autora utiliza para comunicar otros temas, más fundamentales y cercanos a la vida misma de nuestra autora. Existen evidencias abundantes para afirmar que Blanca Olmedo, permite ser leída no sólo como novela romántica, sino además como una novela autobiográfica.

Lucila Gamero, escribe en 1949 su Autobiografía, y felizmente, ésta es publicada en 1994 por la Editorial Universitaria, junto a un trabajo detallado y pertinente de Juan Ramón Martínez. En el texto biográfico, la autora cuenta que nació en Danlí, El Paraíso, un 12 de junio de 1873, siendo sus padres el Dr. Manuel Gamero y doña Camila Moncada de Gamero. El padre de la autora, especialmente, será uno de los grandes motivadores para la formación literaria y para las aficiones científicas de Lucila Gamero, Juan Ramón Martínez señala precisamente este detalle, ya que –dice Martínez- “en esta autobiografía habla del padre con emoción, habla de su hijo- nunca de su esposo” (p. 41). Lucila Gamero, sabemos pro el mismo trabajo de Martínez, “se casó en 1897” con Gilberto Lorenzo Medina, rico hacendado de Danlí, 11 años mayor que ella- sin formación cultural pero con el mérito de no haberse interpuesto a la vocación literaria de su esposa” (Ibid).

En esta Autobiografía, la autora nos brinda interesantes datos de su vida, que se convierten en claves importantes para la lectura de Blanca Olmedo. Para el caso, la autora nos cuenta de los conflictos (litigios por tierras) que obligaron a su familia a abandonar su natal Danlí y exiliarse en Olancho por algún tiempo, elemento que se verá reflejado en la obra.

En las páginas previas al inicio de la novela, encontramos un texto que es una especie de declaración de propósitos por parte de la autora: “El estudio de la vida real y los ejemplos, harto dolorosos, que de injusticia he visto cometidos, siendo víctimas, algunas veces, mi familia y yo, son los que me indujeron a escribir este libro”. De ahí que la historia de injusticias vividas por la protagonista de la historia tiene sus referentes directos en las situaciones experimentadas por la familia Gamero.

Sin embargo, el elemento autobiográfico que resulta más relevante en la novela, es la caracterización intelectual, religiosa, filosófica y hasta política de Blanca Olmedo. En su autobiografía, LGM se preocupa por autodefinirse, así como en la novela –mediante el recurso del memorándum o diario- Blanca se confiesa.

Lucila Gamero se autodefine así: “Librepensadora nací y librepensadora moriré” (Martínez, p. 69). Esa actitud librepensadora la hace –según nos cuenta en su texto autobiográfico- cuestionar algunas prácticas religiosas de su propia familia y de hecho, parece que se mantuvo al margen de ellas: “la hostia no sabe a nada (…) No me vuelvo a confesar ni a comulgar. Y hasta la fecha lo he cumplido y seguiré cumpliéndolo hasta el fin de mis días¨, (Ibid).

Blanca, igualmente, se autodefine como “joven librepensadora” (Gamero, p. 58) y nos demuestra a lo largo de la obra su actitud rebelde hacia las prácticas religiosas de la familia Moreno. Para el caso, Blanca rehúsa ir a misa en reiteradas ocasiones y nos da sus razones: “?A qué, si estas prácticas no están conformes con mis creencias?” )p. 55). También rehúsa confesarse; “-¿Mi confesor?… –Ni él ni ningún otro, mi confesor es Dios”. (p. 23).

¿Cuáles son las creencias religiosas de Blanca (y las de Lucila)? Algunas veces parecieran una especie de panteísmo. Blanca por ejemplo,

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