COMO DESARROLLAR EL PENSAMIENTO ESTRATÉGICO EN EL PAÍS

COMO DESARROLLAR EL PENSAMIENTO ESTRATÉGICO EN EL PAÍS

“Lo más importante de este mundo no es saber dónde estamos, sino en qué dirección nos movemos”. Esta frase pronunciada por Goethe, resume en gran medida, el concepto sobre el pensamiento estratégico; y precisamente ese conocimiento es la ventaja que posee aquel, cuyo objetivo es hacer realidad lo soñado. Está claro, que al hablar de pensamiento estratégico, se debe suponer que esto es un proceso, en el que todos de alguna manera nos encontramos inmersos al realizar las tareas del día a día; sin embargo, no todos somos consientes de en qué medida, esas actividades contribuyen al logro de una meta.

El saber observar el entorno, reconocer los cambios y necesidades, plantear una estrategia e implementarla, son factores básicos que integran el proceso del pensamiento estratégico; sin embargo como todo proceso, se requiere de práctica diaria y de una continua formación y entrenamiento, tanto y primordialmente en el conocimiento de uno mismo como también en el manejo de herramientas que posibiliten que dicho proceso se convierta en un hábito. De esta forma, es seguro que cualquier empresario precise captar continuamente información que le pueda servir para orientar mejor la actividad de su empresa.

La información que arroja estudios de investigación, además de la experiencia, indican que prácticamente dos tercios de las ganancias de una empresa provienen de su “acción estratégica” y sólo un tercio de su “competencia operativa”. De este modo, la habilidad estratégica se pone de manifiesto en condiciones en las que es necesario probar la destreza y por supuesto, un pensamiento estratégico.

En este sentido, es interesante conocer, por ejemplo, que en el Ecuador, según estudios internacionales, el 27% de los ecuatorianos están involucrados en una actividad emprendedora; luego, al analizar las motivaciones para el emprendimiento, se reconoce dos: oportunidad y necesidad. La relación es de dos a una, es decir, por cada emprendimiento por necesidad, la misma que surge cuando no existe otra mejor opción de empleo y se tiene que subsistir; existe dos iniciativas motivadas por la oportunidad, que es cuando se identificó una oportunidad comercial y se instaló el negocio para aprovecharla.

Esto último da cuenta de que en el país, existe, por lo menos de forma inicial o básica, la tendencia a desarrollar el pensamiento estratégico, principalmente en lo que se refiere a la observación del comportamiento del mercado y probablemente, más que eso, en la atención prestada al cambio de comportamientos del consumidor.

De lo anterior, se puede resaltar que pensar estratégicamente implica interpretar correctamente las señales del mercado, por lo tanto, el cuestionamiento surge en cuanto a qué aspectos adicionales conviene fijarse para desarrollar el hábito

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