CONCEPCIÓN DEL HOMBRE
alberto31088411 de Mayo de 2013
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1. CONCEPCIÓN DEL HOMBRE:
El hombre en el transcurso del tiempo, ha modificado su visión con respecto a sí mismo, adecuándola a las situaciones que se vivían en ese tiempo. Es decir, la concepción del hombre fue variando a través del las épocas.
En la antigüedad, por la falta de explicaciones por medio de la ciencia aparecieron concepciones de hombre en el que se explicaba todo a través de Dioses y distintos seres a los que el hombre estaba subordinado y que debía cumplir con todas las mandamientos que estos ordenaban. De allí nacen las concepciones clásicas de la visión del hombre, que son la grecolatina y la judeocristiana.
En el siglo XV, cuando comienza el periodo llamado modernidad, el hombre empieza a confiar más en las capacidades de la razón, de la voluntad y de las fuerzas humanas que en las capacidades de los Dioses. Esto acarrear una fuerte crítica a las concepciones de la antigüedad y las lleva a una profunda crisis dando lugar a nuevas concepciones que se basaban en explicar la realidad a través de la razón. El humano deja de estar subordinado por dioses y pasa a ocupar una lugar fundamenta.
En el siglo XVII, el hombre nuevamente se ve inmerso en caos en el que no podían encontrar una respuesta satisfactoria a lo que estaba sucediendo. Rene Descartes se planteó encontrar una verdad a través de la duda. Se define a sí mismo como una sustancia cuya naturaleza se define por las capacidades de la conciencia, y que el cuerpo es solo un instrumento que usa nuestra alma para comunicarse.
Luego aparece Hobbes, estableciendo que el hombre busca a toda costa el placer y el escape al dolor. No separa al hombre como cuerpo y alma, sino que define a este como una realidad única e indivisible.
A fines del siglo XVIII, gracias a la Revolución Francesa, el hombre se da cuenta de que la libertad es un derecho fundamental para el hombre. Locke y Rousseau establecen que la libertad no es solo de uno, sino que es libertad cuando se respeta a los demás, permitiéndoles ser igual de libre.
Cuando tuvo su mejor periodo la revolución industrial y el capitalismo, se pudo ver que el hombre no pudo tener esa libertad por la que habían luchado tanto, y algunos filósofos como Carl Marx establecían que lo esencial para el hombre era el trabajo, pero no un trabajo como los que había en las fábricas, sino un trabajo en el cual el hombre se sienta identificado. Si esto no se cumplía, se dice que el hombre está alienado, porque no se siente reconocido con lo que está produciendo.
A mediados del siglo XIX, entre conflictos sociales, una vida miserable en los conglomerados urbanos y una lucha inhumana por la existencia, nace el Romanticismo. Su mayor representante, Nietzsche, señala que existen dos tipos de humanos, los noble y la plebe (esto señala la separación que empieza a haber entre los ricos y los pobres).
En las últimas décadas del siglo XX, filósofos como Foucault muestran que el Iluminismo impuso una idea del hombre racional, blanco, varón europeo, etc; y que deshumanizaba a quien o tuviera estos rasgos. Esta observación pudo haber surgido a través del fuerte racismo que existía en ese momento, especialmente durante el periodo donde estuvo el gobierno nazi en Alemania. Así se observa como la sociedad se va creando normas a sí misma sin importar si todos estén dentro de ellas.
Así, a través de las distintas épocas, el hombre fue creando diferentes posturas dependiendo de los nuevos avances que se iban descubriendo. Hoy en día, podríamos crear una concepción del hombre en el que se establezca la gran relación con la tecnología y las computadoras.
Para mí, se podría establecer al hombre como software y hardware, donde el software se puede tomar como la mente del las personas y que es los que le permite pensar y razonar, teniendo características diferentes al hardware, que sería el aspecto físico de los seres humanos. Aunque estas sean dos cosas muy diferentes entre sí, se complementan perfectamente y no pueden trabajar por separado.
De esta manera, se podría crear una relación notable entre los tecnología y la humanidad, que cada vez se hace mayor debido al avance constante de las nuevas tecnologías.
¿Si bien responder a la pregunta? ¿Quién soy? En forma generalizada es muy difícil debido a la gran diversidad de culturas y pensamientos, creo que la respuesta es que soy un ser vivo, pienso y razono, aprendo para ser cada vez mejor y perfeccionarme con el pasar de tiempo, soy inseguro de mi mismo, puedo ser poderoso pero a la ve ser débil, me creo superior pero soy solo un animal, me desarrollo en mi cualidad de hombre pero a la vez me deshumanizo con la tecnología, creo en un ser superior pero también soy egocéntrico, me relaciono con los demás pero soy individualista, critico al capitalismo y del dinero pero soy materialista y consumista, tengo libertad pero creo normas que me contienen, soy único pero soy igual a todos los demás.
Las características del hombre posmoderno que aparecen en mí son: se crítico con relación al mundo, individualistas, absolutamente dependiente de la tecnología, con falta de horizontes y metas en la vida, y a veces, lamentablemente, observador del exterior y no de los interior de las personas. También me guío a través de la ciencia sin que me importe demasiado la religión, relegándola a un segundo plano.
En cambio, las características del hombre posmoderno que no se ven reflejadas en mí son el materialismo y el consumismo, el culto al cuerpo con exagerada atención, la fe en el capitalismo burgués y la desconfianza en el razonamiento del hombre, ya que creo que sin razonar no podemos ser nada.
¿La frase? ¿Hay mucho en la vidriera y nada en los depósitos? Significa que en la sociedad hay mucho interés en el aspecto exterior de las cosas, si importar si lo que se ve por fuera es realmente lo que existe por dentro.
2. CÉSAR BECARIA:
Nace en Milán en los documentos del siglo XVIII se le denomina Lombardía Austriaca, el 15 de marzo de 1738, fallece el 28 de Noviembre de1794. Publica en 1764 de los Delitos y de las Penas”, tenía 26 años. En su obra critica las leyes imperantes a las que califica de “heces de los siglos barbaros”. Tienen influencia en su pensamiento Montesqui y las obras de Rousseau, cuando dice que las leyes provienen de un pacto tendente a regular las libertades y demás derechos, sobre base de las relaciones sociales igualitarias. Examina el Derecho Penal de su época, combatió la pena de muerte y solo la admitió por excepción, por ejemplo, por seguridad del estado (por anarquía). Se opuso a la proscripción, la confiscación, las penas infamantes, las torturas, el procedimiento inquisitivo. Señala que las leyes penales deben ser redactadas con claridad y que las penas deben ser el equivalente al mal causado, aplicadas por autoridades distintas a las que han intervenido a su elaboración. Abogó ardientemente por la atenuación de la penalidad expresa, para cualquier pena no sea una violencia de uno o de muchos contra un ciudadano particular, debe ser esencialmente pública, pronta y necesario, la menor de las penas posibles, en las circunstancias dadas. Afirma que el robo es un delito generalmente cometido por la gente pobre y que es mejor prevenir los delitos, que penarlos (tiene un sentido criminológico. Becaria se anticipa a temas importantes de política criminal, cuando por ejemplo exige claridad, igualdad y simpleza en las leyes y que debían estar también previamente establecidas a la ley.
3. CONTRATO SOCIAL:
En filosofía política, ciencia política y sociología, el contrato social es un acuerdo real o hipotético realizado en el interior de un grupo por sus miembros, como por ejemplo el que se adquiere en un Estado en relación a los derechos y deberes del estado y de sus ciudadanos. Se parte de la idea de que todos los miembros del grupo están de acuerdo por voluntad propia con el contrato social, en virtud de lo cual admiten la existencia de una autoridad, de unas normas morales y leyes, a las que se someten. El pacto social es una hipótesis explicativa de la autoridad política y del orden social.
El contrato social, como teoría política, explica, entre otras cosas, el origen y propósito del Estado y de los derechos humanos. La esencia de la teoría (cuya formulación más conocida es la propuesta por Jean-Jacques Rousseau) es la siguiente: para vivir en sociedad, los seres humanos acuerdan un contrato social implícito, que les otorga ciertos derechos a cambio de abandonar la libertad de la que dispondrían en estado de naturaleza. Siendo así, los derechos y deberes de los individuos constituyen las cláusulas del contrato social, en tanto que el Estado es la entidad creada para hacer cumplir con el contrato. Del mismo modo, los hombres pueden cambiar los términos del contrato si así lo desean; los derechos y deberes no son inmutables o naturales. Por otro lado, un mayor número de derechos implica mayores deberes; y menos derechos, menos deberes.
CONTRATO SOCIAL SEGÚN Jean Jacques Rousseau (1712-1778):
En su influyente tratado El contrato social, publicado en 1762, dibujó una versión diferente de la teoría contractual. La teoría de Rousseau tiene muchos
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