CONCEPCIONES DEL HOMBRE
entore27 de Mayo de 2012
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CONCEPCIONES DEL HOMBRE
Se ha definido al hombre como animal social, animal racional, animal que hace o fabrica cosas, como el ser que conoce, que es capaz de hablar, capaz de manejar símbolo, dominador de la naturaleza mediante la técnica y la ciencia, etc.
El hombre es una animal más, producto de la evolución biológica. El hombre no ha existido siempre sobre la Tierra, sino que apareció en un tiempo relativamente reciente. Como cualquier otra especie viviente, la especie humana representa el término de una larga serie de transformaciones, de un proceso evolutivo.
Se creía que el hombre estaba hecho a imagen de Dios, que éste se abatía entre el bien y el mal sobrenaturales, en la gracia y el pecado. Se percibía como una criatura de Dios, como un destino único, como una libertad puesta a prueba ya sea para salvarse o condenarse.
Aquí vale más el alma que el logos, no preexiste sino que ha sido creada por Dios y está llamada a la vida inmortal; así mismo ya no se le entiende como pura razón sino que es voluntad, libertad y amor. La autoconciencia humana, iluminada por la revelación, percibe en sí una hondura infinita por su vinculación esencial con el misterio de Dios. Y entonces el hombre, es decir, su imagen, no nace de una ciencia antropológica sino de una experiencia viva de la luz de la revelación cristiana.
De alguna manera se toman elementos de la filosofía griega sin embargo se les da nuevo valor, se entienden y manejan de manera diferente, aquí el hombre es el centro entre el mundo material y sensible del cuerpo, y del mundo espiritual y el incorpóreo.
EL HOMBRE COMO ANIMAL SOCIAL.
“Es evidente que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político... Y la razón por la que el hombre es un animal político es mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es algo evidente. La naturaleza, en efecto, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer; por tanto, la poseen también los demás animales, ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso y agradable, y de poder significar esto los unos a los otros. Pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre el ser el único animal que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto, y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado”
Según Aristóteles, el hecho de que los hombres constituyan sociedad de ninguna manera es un capricho ni fruto de una decisión pactada previamente. El hombre está configurado de tal manera que por naturaleza es un ser social.
Es verdad que físicamente el individuo precede a la sociedad, “al estado” que dice Aristóteles, de tal manera que en el tiempo, el individuo, la familia o la tribu son anteriores al estado, pero desembocan éste al no bastarse a sí mismos para satisfacer las necesidades del hombre: defensa, trabajo, economía, comercio, etc.
La prueba más definitiva que encuentra Aristóteles para afirmar esa concepción del hombre destinado naturalmente a la sociedad - frente a la sociabilidad de las abejas o el gregarismo de otros animales-, la encuentra en el hecho del lenguaje.
“La razón por la cual el hombre es, más que la abeja o cualquier animal gregario, un animal social, es evidente: la naturaleza, como solemos decir, no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra (logos)”
La socialización es el proceso mediante el cual el individuo es absorbido por la cultura de su sociedad. La socialización es un aprendizaje; en su virtud el individuo aprende a adaptarse a sus grupos, y a sus normas, imágenes y valore. Se trata de un proceso de aprendizaje de conducta (y de ideas y ciencias que a la postre han de plasmarse en la conducta). Como proceso es permanente, pues dura toda la vida del individuo y es perenne en la sociedad. Para el individuo, la socialización es particularmente intensa durante sus primeros años. Y es durante la infancia cuando más clara se ve la naturaleza de la socialización, la cual es, en su carácter de aprendizaje, un proceso de interiorización normativa, imaginativa y valorativa. pautas de conducta presentes en su medio social, las cuales van configurando su propia identidad y constituyendo su forma de ser en el mundo.
El hombre es un animal social (zoon politikon) que desarrolla sus fines en el seno de una comunidad. La política del hombre se explica por su capacidad del lenguaje, único instrumento capaz de crear una memoria colectiva y un conjunto de leyes que diferencia lo permitido de lo prohibido. Aristóteles.
El hombre es un animal social (zóon politikon), es decir, un ser que necesita de los otros de su especie para sobrevivir
EL HOMBRE INTEMPORAL.
La antropología da una idea de hombre intemporal, subyace en cualquier desarrollo cultural y es similar en cualquier tiempo y lugar. “El hombre viejo debe morir para posibilitar la llegada del hombre nuevo”, es decir, no se trata de arreglar lo que hay sino de transformarlo tanto que deje de ser lo que era.
Asimismo lo que ahora le llaman conversión anteriormente Platón lo denominó como metabolé (cambio, transformación o desplazamiento notable). Esta manifestación nos limita con unas teorías pedagógicas que tienen como denominador común la imagen de un hombre perfecto, intemporal, ahistórico, al que hay que acercarse esforzadamente al transcurrir el tiempo.
Es el hombre intemporal, el que no es desgastado por el tiempo, que destruye las cosas inertes sino, al contrario, enriquecido y ensanchado. Este es el efecto natural de la vida en los seres y en las cosas que ella secretamente impulsa y anima.
Adjetivos: No temporal, independiente del curso del tiempo: no se preocupa por las modas, dice que lo clásico es intemporal. El hombre es imperfecto, inacabado, busca a través de la educación alcanzar el ideal de perfección. El hombre positivo cree en todo. El intemporal cree en los principios.
EL HOMBRE POSITIVO.
Finalmente, en el estado positivo o científico, el hombre niega totalmente la razón y se amolda a la realidad, sin cuestionar ningún hecho y anulando la filosofía. En este estado, sólo existe la objetividad, pues se parte de lo que es comprobable sólo por la experiencia del individuo o de otros. Esta objetividad sólo podría ser la base de la organización social, ya que si las normas se abordaban desde un punto de vista neutral y lógico, sin cuestionar nada, la sociedad se mantendría unida, además de que las leyes serían universales. Según Comte, el positivismo se compone esencialmente de una filosofía y de una política, necesariamente inseparables, como formando la una la base y la otra el fin de un mismo sistema universal, en el que la inteligencia y la sociabilidad se hallan íntimamente combinadas.
Definición: Es un sistema filosófico basado en la experiencia y el conocimiento empírico de los fenómenos naturales, en el cual la metafísica y la teología son sistemas de conocimientos imperfectos e inadecuados.
Sistema filosófico que se distingue por su carácter escéptico y sistemático respecto de todo lo que trasciende los límites del orden empírico.
A pesar de esto, el hombre, según el positivismo, no ha conocido desde un principio los verdaderos límites de su inteligencia, ni la senda que esta debe recorrer, ni los verdaderos métodos que debía emplear para llegar al conocimiento de la verdad depurada de toda ficción o hipótesis.
EL INDIVIDUO DEL EXISTENCIALISMO.
El existencialismo defiende que el individuo es libre y totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una ética de la responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de creencias externo a él. En líneas generales el existencialismo busca una ética que supere a las moralinas y prejuicios; en esto al observador neófito puede resultarle contradictorio ya que la ética que busca el existencialismo es una ética universal, válida para todos los seres humanos, que muchas veces no coincide con los postulados de las diversas morales particulares de cada una de las culturas preexistentes.
Se denomina existencialismo a una serie de doctrinas filosóficas que, aunque suelen diferir radicalmente en muchos puntos, coinciden en considerar que es la existencia del ser humano, el ser libre, la que define su esencia, en lugar de ser su esencia humana la que determina su existencia.
El hombre no es para los existencialistas un mero objeto. El hombre es un sujeto en el mundo y abierto al mundo. En términos sartrianos, el hombre se crea a sí mismo
Lo que está claro es que este movimiento de la filosofía destaca al ser humano individual como creador del significado de su vida. La temporalidad del sujeto, su existencia concreta en el mundo, es aquello que constituye al ser y no una supuesta esencia más abstracta.
Los existencialistas no creen que el individuo sea una parte de un todo, sino que cada ser humano es una integridad libre por sí misma. La existencia propia de una persona es lo que define su esencia y no una condición humana general. En otras palabras, el ser humano existe desde que es capaz de generar cualquier tipo de pensamiento. El pensamiento hace que la persona sea libre: sin libertad, no hay existencia. Esta misma libertad convierte al individuo en un ser responsable de sus actos. Hay, por
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